"Capítulo 3"

9 1 0
                                    

-¿Necesitan ayuda?

Cuando el brillo se disipó, dejó ver a otros dos ángeles. Uno era muy grande, su armadura tenía el símbolo de una hoja y tenía detalles verdes, el otro era exactamente igual a Ayla pero era un chico de cabello blanco y ojos celestes muy intensos.

-Kaylan.

-Ayla.

-Ariel que bueno que llegaron.

-Que lindo encuentro pero...

Los arqueros prepararon nuevamente sus armas solo esperaban la orden de su nuevo líder porque el anterior ya había sido destruido.

-Esperamos órdenes...¿Hacemos lo que tú ya sabes líder?

-Pueden dejar de hablar.

-Maniobra cuatro.

–Entendido–

-¿Maniobra 4? No importa ¡Disparen!

Sientos de flechas volaron hacía la barrera pero una fila de árboles crecieron derrepente y de tuvieron ala mitad pero la otra mitad la detuvo una pared de hielo creada por dos ángeles, poco a poco los demonios iban disminuyendo, gracias aque llegó el resto del equipo.

-No se salvan sin nosotros-dijo en un tono burlón y arrogante.

-Ya quisieras kaylan pero Ayla y yo acabamos con la mayoría, esto que ves son las sobras.

–Uhhhh–

-Chicos concentrense en la batalla y dejen de pelear entre sí, kaylan ayudame a reparar la barrera.

-Sí.

Los dos se colocaron frente ala pared de hielo y extendieron sus brazos, un brillo celeste y un rayo de luz celeste salió de sus manos era hielo, reparando así toda la barrera que protegía a los estudiantes.

-Chicos tenemos un problema.

-¿Que sucede?

-Algo muy grande viene hacia acá.

Un demonio gigante se abrió pasó entre el resto de los demonios, tenía tres ojos y una boca en la que se podía ver sobros de dedos humanos. Todos se quedaron quietos al ver esa enorme criatura con un mazo entre sus grotescas garras, un demonio más pequeño se colocó justo frente a él.

-¿Quién de ustedes se enfrentará a este guerrero?

-Chicos es muy peligroso derrotó a más de veinte mil ángeles.

-Yo me encargo de él.

-Ariel es muy peligroso.

-Tranquilo Criss, he vencido peores que él.

Los dos guerreros se acercaron al centro del gimnasio, se colocaron cara a cara, Ariel tenía sus grandes ojos verdes fijos en su oponente con su hacha en mano, esperando el momento perfecto para atacar.

El demonio comenzó atacar pero para Ariel esto parecía un juego de niños, la parte de arriba del mazo se desprendió y se dirigió justo donde estaba el ángel sujetándolo de los brazos pero el solo se rió y en un segundo rompió el mazo.

-¡¿Pero como?!, Nadie a podido romper mi mazo.

-¡No me subestimes!

Se lanzó y corto sus dos brazos, los gritos de dolor eran espantosos, en el lugar donde estaban sus extremidades comenzaba a salir humo negro, los demonios comenzaron a gritar.

-Sí hay algo que no me agrada es que me juzguen por mi tamaño, no por el simple hecho de ser un ángel.

-¿Pe...pero cómo pasó esto? He vencido a mejores que tú.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 12, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ángeles Sagrados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora