Estrofas a la luna

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Estaba la luna enamorada del sol

El alba le susurro a la luna que ya era hora de partir,

pero en esa mañana ella no quería ocultarse,

quería quedarse a lado de su amado radiante,

aun cuando sabia que esa noche no iba a poder a salir.

Desde esa mañana la luna se queda por las mañanas,

sabiendo que poco a poco va perdiendo su luz

y cada cierto tiempo se ausenta un tiempo

y vuelve poco a poco a brillar con las estrella,

pero recuerda que todas ellas no están tan cerca

como aquella potencia que ilumina su ausencia.

La luna está enamorada

Era la luna pequeña y traviesa,

por las noches aumenta sus piezas,

para desparramarlas por las siestas.

En la mañana soñaba brillar a su lado,

en las noches sentía su brillo lejano,

como prisma tomaba sus rayos.

No podía dejarlo, ni a su lado tomarlo

estaban destinados a brillar separados.

El escenario de la luna

La luna se ausenta un tiempo,

para volver al encuentro.

Se va de los cielos

se oculta de los ciervos.

Vuelve al escenario

con aplausos estrellados.

Desaparece paso a paso,

se oculta de su amado.

Resplandece en los sueños,

alumbra los deseos.

A la vista del madrugar

se espuma sin soñar,

en su estela dejara

el buenos días pajaral.

Cuando la luna mira al sol

Estaba el alba empezando,

y la luna se quedo a mirarlo.

Aparece su brillo fragante,

la deslumbra al instante.

Va aclarando a su paso,

su aroma despertando.

Se sube a lo alto,

la quema con su encanto.

Acercando por su paso

a todo lo lejano.

Cuando el sol mira a la luna

Al alzar su mirada,

le atrapo aquella escarcha.

Parecía toda helada,

pero brillaba tal estampa.

La luna para el sol

Poco a poco se escapaba la luna en la noche,

desaparecía un par de ella

y volvía tras su ausencia.

Se rumora que en la siesta

bailaba con su estela.

Se rumora que en su ausencia

el sol brilla para ella.

Se rumora que en su presencia

el sol besa su cabeza,

le manda flores pasajeras

y poemas en estrellas.

Cuando la luna no alumbra

es por qué el sol la toma en sus brazos

y la arropa en su regazo.

La luna se viste a su paso,

luego brilla en el ocaso

y se desnuda para su amado.

La luna se enamoro del sol

El alba le susurro a la luna que ya era hora de marcharse

pero ella sabía que no era hora de ocultarse.

Se levanto con la mañana, aun que estaba cansada,

Le sorprendió aquella fragancia, la claridad de su mirada.

Cuando miro tras las montañas, admiro al que las pintaba

con una brocha azulada pintaba con su mirada,

con el verde de las montañas deslumbraba su camarada.

Tras admirarlo mucho rato, se ausento de su trabajo,

no paraba de soñarlo, lo quería a su lado.

Decidió enamorarlo, con su sonrisa deslúmbralo.

Así la luna brillo de día, vestida con su sonrisa

el miro su escarcha, se enamoro de su estampa.

A partir de aquella mañana la luna se escapa de la noche,

se desnuda poco a poco, desaparece entre sus brazos

mientras se viste nos va alumbrando,

pero no debemos acostumbrarnos, el sol la está llamando.

A través del fuegoWhere stories live. Discover now