Las tres dejaron de reír al mismo tiempo al darse cuenta de mi expresión.
-¿Te sientes bien? –Pregunto Jenny.
Ely se levantó me tomo del brazo y me dirigió a una silla, dijo con un tono de preocupación. –Siéntate, en seguida te traigo agua.
-Estoy bien, gracias, no se preocupen. –Dije mientras me sentaba.
-¡Estas muy pálida, Mujer! ¿Quieres ir al servicio médico? –Exclamo Katy mientras se acercaba a mí.
Sin darme cuenta las tres chicas estaban rodeándome y podía sentir su mirada, era el centro de atención. Baje la mirada y conteste. –No se preocupen, solo tengo un problema personal, pero no quiero hablar de eso.
Las tres chicas se voltearon a ver, después Jenny tomo mi mano y pregunto. -¿Fue tu novio, verdad?
No pude contestar nada, los nervios y la pena me dominaron, así que solo atine en bajar aún más la mirada y ponerme rojo como un tomate. Acto seguido, Jenny me abrazo y recargo mi cabeza contra su pecho.
-No te preocupes, si necesitas llorar, llora y si quieres hablarlo con alguien, puedes confiar en nosotras. Me dijo mientras acariciaba mi cabello.
Katy nos empezó a contar su trágica historia con su último exnovio, de verdad lo había pasado mal con ese sujeto, después Ely, nos contó su experiencia con su expareja, pero aunque la situación era muy triste ella lo contaba de una forma divertida y nos hacía reír. Todas empezaron a hacer bromas y el ambiente lentamente comenzó a cambiar. Aun no entiendo bien que fue lo que paso, pero me empecé a sentir cómodo con ellas.
Después de relajarnos un poco seguimos con nuestras actividades, Jenny siguió enseñándome lo que tendría que hacer.
El día termino sin más sobresaltos, y pude ir a mi refugio, donde al acostarme en la cama solo me quedaba pensando. -¿Qué me pasa? ¿Por qué me pongo tan nervioso? Ni si quiera pude decirle a las chicas que soy un hombre, mañana es mi ultimo día antes de salir rumbo a España.
Por la mañana, me vestí como siempre con uno de mis trajes, y me fui hacia la oficina con toda la determinación de decirle a las chicas que era un hombre, pero al llegar a ella, las tres chicas ya estaban en la oficina y Katy me recibió con una increíble pregunta.
-¿Eres Gabriela o Gabriel?
La pregunta me sacudió el piso y me dejo un poco confundido, podía sentir las miradas de las chicas que me recorrían por completo, o al menos eso creía yo.
-Soy Gabriel. –Respondí.
-Se los dije chicas. –Exclamo Jenny, y las tres comenzaron a reír.
De pronto empezaron a sonar los teléfonos y Ely me dijo. –Gaby, hoy nos tocan los teléfonos. .-Levantó uno y respondió la llamada, acto seguido hice lo mismo y conteste otra.
Todo el día las chicas me trataron con total normalidad, parecía no importarles que yo fuera hombre, eso me tranquilizo mucho y me relajo por completo. La verdad no entendía por qué Katy me habría preguntado si era Gabriel o Gabriela pero me agradaba que se aclarara el malentendido.
Al término del día y antes de irnos del trabajo, Katy me dijo. –Gaby, que no se te olvide que el lunes tienes que estar en España, ya mande tus datos para los cursos, este es tu boleto de avión y estos son los documentos que tienes que presentar, nos vemos en un mes, diviértete. –Me entrego un sobre con todos los documentos y me giño un ojo.
Muchas Gracias, Katy, y muchas gracias a las tres, nos vemos en un mes. –Dije con una gran sonrisa.
-¿Me puedes traer un español en tu maleta? –Pregunto Jenny.
-Sí, Yo también quiero uno. -Replico Ely.
-Tranquilas chicas, este viaje es para que lo disfrute Gaby. –Respondió Katy.
-No se preocupen chicas, si puedo, les traigo hasta cuatro. -Conteste.
Reímos y deje la oficina para ir a mi departamento.
Estuve allí todo el sábado, sin hacer nada más que descansar, el domingo me puse a preparar mi maleta y ya una vez que lo tenía todo ordenado decidí revisar los documentos por si llegaba a faltar alguno.
El sobre tenía una credencial del trabajo con mi nuevo puesto, una carta para presentarla en las oficinas de los diplomados, un pasaporte y una visa temporal, y por ultimo un boleto de avión que me llamo mucho la atención ya que era de un color diferente a los que había visto antes, así que lo leí con gran detenimiento.
Al principio note algo raro, pero luego de unos minutos lo entendí todo, note que mi nombre estaba mal escrito y pensé que era un error de dedo bastante curioso, pero cuando lo repetí en voz alta entendí todo lo que paso el viernes en la oficina.
Mi nombre decía Gabrielle, que es el femenino anglosajón de Gabriel, y se pronuncian exactamente igual. –Ga, bri, el.
Katy no me había preguntado si era Gabriela (Mujer) o Gabriel (Hombre), ella me pregunto si mi nombre era Gabriela (Mujer/Castellano) o Gabrielle (Definitivamente mujer/Anglosajón)
ESTÁS LEYENDO
Morphosis blue
General FictionSi la vida cambia a cada momento, quizá un cambio más no estaría mal. Incluso la luz puede hacer que cambie nuestra forma de ver la vida.