Posterior al incidente, los presuntos involucrados y otros tantos, no se volvieron a presentar en el trabajo. Se dio por entendido que ellos eran los causantes del atentado.
En el laboratorio se volvieron más estrictos con el ingreso del personal, solo los jefes de proyecto y técnicos podían trabajar en él. Los demás programadores nos tendríamos que limitar a hacer nuestro trabajo desde la comodidad de las oficinas, lo que dificultaba realizar pruebas o conseguir información de los equipos.
Aunque nadie lo decía directamente, algunos jefes seguían sospechando de mí, por lo que ya no era tan fácil que me dejaran participar en los proyectos más importantes. Por órdenes del director, me habían asignado un escritorio, por decirlo de alguna manera... Especial, tenía una cámara de vigilancia a mis espaldas que permitía estar monitoreando mis actividades. Aunque estaba tranquilo pues sabía que no tenía relación con los perpetradores, me sentía un poco frustrado al no poder participar en las actividades que podrían darme mayor reconocimiento.
Habían pasado dos semanas desde que estaba trabajando de esa forma y cada día me sentía más cansado y un poco triste, casi no me daba hambre y se empezaba a reflejar en mi figura, los trajes me quedaban ya un poco holgados. Estaba por comprar unos nuevos cuando mi apetito vivió, tenía muchas ganas de duces, sobretodo de leche, creí que regresaría pronto a mi talla, así que no le di más importancia al tema.
Mi inquietud por comprar nuevos trajes regreso casi al cumplir el mes, mi figura no solo era más delgada si no que mi trasero había crecido, se veía redondo y bien proporcionado, realmente me gustaba verlo antes y después de bañarme. Pero los trajes realmente se me veían fatales.
El fin de semana salí a conseguir uno, entre a la tienda donde siempre los compraba pero no encontré alguno que me gustara, recorrí algunas tiendas y por fin encontré uno que me llamo la atención. Era un traje beige claro que se veía casual, le pedí al dependiente que me lo enseñara en la talla que siempre lo compraba pero al verme sonrío y dijo.
-Esa no es tu talla, eres más delgado, deja te tomo tus medidas para proporcionarte el correcto.
-Disculpa. –Conteste. –Siempre pido esa talla pero he bajado un poco de peso.
Comenzó a medirme y mientras lo hacía sonreía de una forma divertida. Después fue por un traje más pequeño de lo que había pensado.
-Este es el que te puede quedar mejor, pero tenemos que hacerle algunos arreglos, póntelo. –Me dijo mientras me daba las prendas.
Empecé a ponérmelo y sentí que me quedaba algo justo de las piernas, pero me quedaba grande de la cintura.
-¿Seguro que es la talla? –Pregunte.
-Sí, es la que mejor te quedara, solo tenemos que meterle un poco por acá. –Ajusto un poco la cintura con sus manos. –Pruébate el saco.
-Me queda perfecto. –Conteste emocionado al probármelo.
-Tardare algunos minutos en hacer los arreglos, si gusta, puede dar una vuelta en lo que lo termino.
-Sí, muchas gracias, quiero comprar otros, lo mejor será que busque en otras tiendas.
-¡Ho! No creo que encuentre algo con sus gustos por aquí, somos la única tienda que hace este tipo de trajes.
-¿A qué se refiere? –Pregunte extrañado.
-Somos los únicos que hacemos trajes a medida, los únicos que usamos este tipo de tela, nuestros diseños son exclusivos. Nadie le ofrecerá un trabajo como la que brindamos.
Era cierto, en todas las tiendas que había recorrido no encontré algo que me gustara excepto allí.
-Bueno, me fijare en tus trajes antes de ir a dar una vuelta.
-De este lado tengo más modelos. –Señalo.
Tenía una gran variedad en la parte de atrás, fue fácil que me enamorara de otros, termine escogiendo cuatro más en colores negro, azul marino, café y gris. Con estos, tendría suficiente para toda la semana, solo tendría que esperar a que los ajustaran para que me los entregaran.
Salí de la tienda y di algunas vueltas antes de regresar, compre camisas y un nuevo par de zapatos. Ya casi en la noche, un poco antes de que cerraran la tienda, recogí mis nuevos trajes.
El lunes, me puse por primera vez el traje beige ajustado, me quedaba perfecto en el abdomen pero al verme en el espejo note algo que me desmoralizo, se me veían caderas.
No me había percatado, pero también me habían crecido y con el nuevo pantalón se veían demasiado notorias, pero sobre todo se me veía más grande el trasero, el pantalón no tenía bolsas en la parte de atrás y me dejaba ver una muy femenina figura.
Me cambie por uno de los trajes de siempre, pero realmente se me veían mal, parecía un niño usando el traje de su papá. Después de mucho analizarlo, decidí ponerme mis nuevas prendas, por lo menos estaba claro que eran mías.
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Morphosis blue
General FictionSi la vida cambia a cada momento, quizá un cambio más no estaría mal. Incluso la luz puede hacer que cambie nuestra forma de ver la vida.