Capítulo 40: No te salvaron, te salvamos.

1.5K 106 7
                                    

Comencé a ver sus hermosos ojos, sentía como miraban fijamente los míos, como mi mundo se detenía en cuestión de segundos solamente por haberme encontrado con los suyos.

Mi corazón se rompía cada vez más en mil pedazos, me dolía tenerlo en frente y no poder besarlo, me dolía su indiferencia de vez en cuando, como de un momento a otro se comportaba como la persona más estúpida que pudiera existir.

Sonreí sin separar mis labios, sonreí con dolor.

Sentía como el tren de emociones llegaban a mí. Son increíble las diferentes sensaciones que siento cuando Liam está cerca de mí, la tembladera en mis manos no desaparecían por ningún motivo, eso  es una de las cosas que este sujeto causa en mi.

— ¿Estás bien? —Me pregunta

—Ti —Afirmé.

Soltó una sonrisa.

—Como las niñas pequeñas.

Mis mejillas se sonrojaron. Se voltea y pone su mirada en frente, volvió a conducir.

—Me encantan tus ojos —Le susurre muy bajito para que se le hiciera imposible escucharme.

— ¿Qué dijiste? —Volvió a voltearse.

—Nada nada —Le sonreí.

— ¿Segura?

—Segura —Mentí.

—Qué mala eres mintiendo —Bufó —A mí también los tuyos.

Tomé su mentón y lo gire despacio hacia adelante.

—No me quiero morir virgen —Bromee.

De reojo me observa con una mirada picara. Reímos.

El recorrido se había hecho largo, tal vez fue por lo que nos pasamos estacionando.

—Sana y salva —Pone su mano en la frente, como un soldado.

—Muchas gracias —Bajé de su moto y besé suavemente su mejilla.

Comencé a caminar hacía la puerta, voltee y vi cómo me observaba desde su moto.

— ¿Y? ¿Qué no piensas entrar?

Suelta una sonrisa al instante. Diablos, tantas sonrisas en un sólo día.

Se bajó de su moto, no podía quitar mi mirada encima de él, no tengo que pecar. Lamí mis labios. Es una ricura.

Entramos a la casa.

— ¿Te puedo hacer una preguntar algo?

Se acomoda en el sofá, me siento junto a él.

—Claro —Respondí.

— ¿Averiguaste por qué ese auto te perseguía aquella noche?

—Aún no, se me está haciendo difícil.

—Debes de tener mucho cuidado al salir sola.

El timbre comienza a sonar, me levanto abrir la puerta.

—Buenas tardes hermosa —Es un cartero diferente.

—Buenas tardes precioso —Contesta Liam con una voz de pocos amigos mientras se posiciona detrás de mí.

— ¿Se encuentra Peyton Morgan?

—Soy yo.

—Firme aquí —Me entrego una pluma junto a un papel y firme —Muchas gracias —Me dice con una sonrisa coqueta mientras me entrega un sobre.

Entre Dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora