Ximena
-Que pendeja eres, ¿por qué no me habías dicho nada? -Paula me dio un leve empujón.
-Porque no me había decidido y aparte primero quería decírselo a Rodrigo -seguí cambiando el pañal de mi pequeño Leo.
-Me siento traicionada -rodeé los ojos-. ¿Y ahora qué haremos sin ti?
-Les voy a ayudar en lo que quieran desde acá y en algún momento voy a volver, pero por ahora no, quiero estar con mis niños -cargué a mi hijo y le di un beso en la sien.
-Yo también quiero estar con mis hijas, pero aún así no dejo todo.
-Si fuera tú haría lo mismo, Ella está pequeña y Eliz entre más crece más te necesita -tomé el biberón de mi hijo y lo metí en su boca.
-¿Esto lo haces por Rodrigo? -fruncí el ceño-. O sea, ¿Rodrigo te dijo que lo hicieras?
-Por supuesto que no, cuando le di la noticia se sorprendió.
-Y se alegró.
-Obvio -señalé la salida-. Vamos a ver a los niños -asintió y salimos de la habitación-. Rodrigo no tiene nada que ver con esto, yo tomé la decidión porque quise, aunque no te voy a negar que esto me va a evitar discusiones con Rodrigo -sonreí al recordar lo bien que la pasamos la noche anterior-. Ayer arreglamos nuestros problemas de la mejor manera.
-Me imagino -sonrió y se mordió el lanío inferior.
-Eso sólo quiere decir que tú y Rogelio ya se arreglaron.
-Así es -tenía una sonrisa de oreja a oreja-. Y que manera de hacerlo.
-Lo mismo me pasó con Rodrigo -reí.
-Golosa -ambas reímos.
Llegamos a la sala y ahí estaban los niños jugando.
-Tía -vi a Eliz-, León no quiere hablar -vi a mi hijo que estaba haciendo un puchero.
-¿Por qué no quieres hablar? -negó.
-Es que no entendí lo que dijo y después ya no me lo quiso repetir.
-¿Me lo tienes? -le di el bebé a Paula y me acerqué a mi cachorro-. Amor, ¿por qué no quieres hablar?
-No -tenía los ojos llenos de lágrimas.
-Mi amor, tienes que entender que tú estás pequeño y por eso te cuesta hablar, pero sino lo intentas no vas a lograr hablar bien. Esto no se va a solucionar callándote -acaricié su mejilla.
-Eliz no entiende o te yo... O te yo io -empezó a llorar y lo abracé.
-Cachorrito, no te pongas así -lo senté en mis piernas.
-No te entendí porque hablaste muy rápido -Eliz se acercó y le limpió las lágrimas-. Dime otra vez lo querías contarme, hazlo despacio y verás que te voy a entender, ¿sí?
-Sí -sonreí. Eliz tenía una paciencia con Ella y León, que su mamá y yo admirabamos-. Hoy ugue ton e Fato, fúbol y gané.
-Le ganaste al Flaco -Eliz aplaudió-. ¿Ya ves que si te entendí?
-Sí -mi hijo sonrió.
-¿Vas a ir a jugar mi amor? -asintió. Lo bajé de mis piernas y se sentó junto a Ella, mientras que yo volví con Paula y Leonardo-. Me preocupa cuando León se pone así y últimamente lo hace más seguido.
-Quizás se avergüenza, ¿no crees?
-Sí, eso es, supongo que porque escucha que Ella habla mejor que él.
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El Sicario 3
ActionCuando me convertí en padre las cosas cambiaron, me volví más frío y calculador contra mis enemigos, porque como cualquier padre quería proteger a mis hijos. La vida de ellos y de su madre estaban sobre la de cualquier otro ser en el mundo. Destrui...