Capítulo 2: Vagabundo confuso

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2-Vagabundo confuso

**Renji**

Miro amenazante las grandes puertas de madera de acceso al cuartel del shinsengumi. No tengo nada en contra de estos guerreros salvo que son unos vendidos del gobierno, pero prefiero no tener problemas con ellos por ahora, mi único objetivo es ese samurái. Consigo que los guardias de la puerta me dejen entrar al ver mi aplomo y ganas de repartir espadazos si me lo propongo, por lo que camino libremente por el patio principal observando el viejo dojo donde viven los reclutas de la organización. No tardo en mucho en hallar a mi presa. Kuchiki se encuentra inclinado junto al pozo, mojándose la cara y el cabello para asearse. No lleva puesta su armadura ni el gorro y su pelo cae suelto y húmedo enmarcando su rostro, dejándome anonadado ante la visión. ¿Qué rayos me pasa?? ¡Es un hombre! Tengo que centrarme en mi propósito. Él se endereza en cuanto me ve y se acerca a mí mientras yo me pongo en posición defensiva. Sus ojos tranquilos parecen querer mostrarme confianza pero no accedo a ello. No me fío de ningún samurái y menos de uno tan soberbio.

-Has venido finalmente....-

-¡Por supuesto!! ¡Ponte tu armadura y luchemos!-

**Byakuya**

Los ojos del rounin intentan intimidar a los míos sin conseguirlo. Le miro de arriba abajo y siento una sensación agradable al observar a ese joven. Tiene coraje....y eso me gusta. Una parte de mi, está emocionada porque haya venido. Eso es que he despertado en él al menos un mínimo interés en mi persona, aunque solo sea para luchar. Me retiro del pozo y entro dentro del dojo para coger mi katana y volver a su encuentro. Se sorprende de ver que no me he puesto la armadura y parece molesto.

-¿por qué no te vistes por completo?-

-¿No deseas un combate justo? No me hace falta esa pesada armadura para vencerte-

-¡JA! Eres tan arrogante...te quitaré ese orgullo de un corte-

-Demuéstramelo-

-¡URRIAAA!!!-

Me aparto esquivando su primer ataque. Demasiado predecible. Alzo mi katana para darle un corte horizontal y veo como su kimono se rasga ligeramente por la parte de su vientre creándole una herida superficial. Él maldice en voz baja y retrocede para ganar terreno. Empuña su arma con ambas manos y vuelve a lanzarse a por mí. Chocamos nuestras espadas y noto como me golpea la pierna con una de sus rodillas para hacerme reclinar y él aprovecha para herirme uno de los muslos con una estocada.

-Jeje, ahora estamos en igualdad-

-Lo dudo. ¿No recuerdas la primera herida que te hice?-

El joven gruñe molesto al tocarse la cicatriz que le dejé en su cara en nuestro primer encuentro. No debería habérsela hecho, tiene una cara hermosa como para dejarle marca, pero aún no ha perdido su ¿encanto? No sé qué me pasa, pero por primera vez me siento desconcertado al luchar contra un hombre. Normalmente los aniquilo sin más, pero éste...no quiero que muera tan rápido. Veo vida en sus ojos, una llama ardiente en su cabello rojo, él es especial... ¿habrá sido bendecido o maldecido por un dios como a mí? Nadie quiere estar cerca de mí por ello, pero a este chico le da igual luchar conmigo y acercarse tanto. Seguimos blandiendo nuestras espadas, haciéndonos numerosos cortes hasta que la falta de aire y el agotamiento empiezan a hacer mella en nuestros cuerpos. En él el efecto es más agudizado que en mi cuerpo, ya que yo cuento con la ayuda de mi espíritu para recuperarme enseguida.

-¿Aún tienes fuerzas o te rindes?-

-Ah....ah.....¡¡nunca!! -

En su último embiste consigo apartarme de su trayectoria sorprendiéndole y le golpeo con la empuñadura de mi katana estampándole contra una de las paredes de madera del dojo arrancándole un gemido asfixiado de dolor. Clavo mi espada muy cerca de su rostro y me acerco a él tanto que nuestros cuerpos se rozan ligeramente. Aún veo la furia reflejada en sus profundos ojos pardos y no puedo evitar agarrarle del pelo para inclinar su cabeza y besarle dominantemente en los labios. Un arrebato total.

"Polvos" mágicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora