La chica del escrito. (1/3)

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Encontró una libreta de color azul, con una pluma en el espiral del cuaderno. Cuando la abrió, Pidge descubrió que el dueño de la libreta era Lance, su mejor amigo.

—¿Debería leerla?—Negó con la cabeza, agitando su cabello con el movimiento— Tal vez lo mejor sería ignorar que lo encontré y devolvérselo a Lance discretamente.

Eso planeaba la pequeña pero la curiosidad era tal que cuando llegó a su casa lo primero que hizo fue entrar a su habitación, cerrar su puerta y sentarse en su escritorio para comenzar a leer.

20/08/2015
Llegaste tan inesperadamente. No era como si te buscara, simplemente apareciste y te instalaste en lo más profundo de mi ser. No te buscaba y cuando menos me di cuenta me encontré admirando tu figura que se encontraba a un lado mío.

Ahora que te he encontrado ¿Qué podré hacer para acercarme a ti?

Pidge quedó sorprendida. Nunca hubiera imaginado que Lance tenía facilidad para escribir y menos cuando sus ensayos para la clase de literatura siempre tenían mensajes como "debería leer más" o "debería buscar métodos para mejorar su redacción".

La chica se quitó las gafas y giró un poco sobre sí misma en su silla tipo escritorio.
—A juzgar por la fecha, parece que escribió aquello hace tres años. ¿De quién hablará?

Ese año se habían conocido por primera vez. Pero no le tomó importancia. Esas palabras nunca pudieran ser para ella.

2/09/2015
Nunca estoy listo para nada y dejo que la vida me sorprenda de diversas formas, hoy ha logrado sorprenderme.
Diferentes sucesos acontecieron para que termináramos trabajando en equipo y la oportunidad de poder hablar y conocerte se presentó ante mí.
No es como que pensara, con anterioridad, en como eras antes de ese encuentro.
Bueno, lo confieso, sí lo pensé. Repasaba los días anteriores que personalidad encajaba perfectamente con la bella chica que eres y por más que busqué, ninguna de las que imaginé fue tan maravillosa, no tanto como la personalidad que realmente te caracteriza.

Por más que intentó recordar el suceso que narraba ese pequeño escrito Pidge no pudo identificar de lo que hablaba Lance. Pero una cosa le quedaba claro: alguien había enamorado completamente a Lance. Era tal el sentimiento que aquel cuaderno estaba plagado de múltiples frases, palabras y poemas dedicados para la musa de su mejor amigo. Pero, ¿quién era?

7/09/2015
¿Qué estará mal conmigo? Es una pregunta que con frecuencia se instala en mi mente y desaparece cuando, sin importar que sea yo, sonríes a mi persona.
Me parece incorrecto llamar a este cálido sentimiento "amor" pero creo que el error es mayúsculo cuando prolongo por más tiempo el reconocer que ya te amo.

Pidge sentía su cara enrojecida. Moría por conocer a aquella maravillosa chica que había cautivado de sobremanera a Lance. Las letras y palabras escritas con puño y letra por McClain eran una pequeña parte que ilustraban la grandiosidad y magnificencia de su musa. ¿Quién era? ¿Quién llevaba por más de 3 años cautivando a McClain?

El día transcurrió tan rápido que la lectura de la castaña se vio interrumpida por unos leves golpecitos en su puerta. Espantando a la de lentes, como sí la hubiera atrapado cometiendo el peor crimen. Escondió la libreta como si con ello pudiera ocultar el que toda la tarde paso sus ojos por los múltiples escritos de Lance.
—¿Pidge?— la voz de Matt se escuchaba tras la puerta— Mamá quiere saber si vas a bajar a cenar. ¿Puedo pasar?
—¡Pasa!
—¿Todo bien, enana? ¿Andas muy ocupada?
—La verdad no tengo tarea, estaba—estrujó la libreta entre sus manos sin mostrársela a su hermano— leyendo.
—¿Es interesante?
—Creo que demasiado— el ambiente se tornó silencioso, tomando la palabra nuevamente Pidge— Vamos a cenar.
Dejó el cuaderno en su escritorio.

Bajó a cenar siguiendo al mayor.

Su mente no dejó ni un momento de pensar en las palabras de Lance.

Lance. ¿Qué cara le mostraría mañana? No podía ya ignorar el hecho de que ella era conocedora de aquella habilidad con las palabras que tenía el moreno y que explotaba esa creatividad en crear escritos admirando la belleza de alguien.

Se sentía culpable pero debía averiguar quien era aquella chica.

—¡Pidge!— saludó Lance.
Tranquila— pensó la castaña, tomando una bocanada de aire, le sonrío a su mejor amigo y lo saludó— Hola.
Siguieron caminando. Por alguna extraña razón se sentía ansiosa al estar cerca de Lance.
—Oye, Holt— Sintió su corazón pararse al escuchar que la llamaba por su apellido, señal que indicaba que tocaría un tema que sugería cierta seriedad.
—¿Que ocurre, Lance?— No lo veas. Respira. Tranquila. Él no sabe que tienes aquel cuadernillo. ¿O se habrá dado cuenta de que tengo esa libreta? ¿Mi cara es de alguien que se siente culpable por abusar de la confianza de su mejor amigo?—Sus pensamientos la ensordecieron haciendo que fuera imposible el que escuchara la pregunta que Lance le había realizado hace segundos.
—¿Y bien?
—¿De qué hablamos?
—Estás muy rara, Pidge. ¿Te duele algo?— Lance se acercó a su mejor amiga para revisarla. Eso no habría importado antes pero ahora Katie se vio pensando en que palabras utilizaría Lance para describirla de la manera que lo hacía pensando en esa chica. ¿Qué adjetivos utilizaría? ¿Podría describir a su persona de la forma cálida que esa libreta dejaba ver? Quería saber pero le daba miedo, pues ella creía que nunca podría inspirar a tal grado a alguien, menos a su mejor amigo, para que él le dedicara cientas de hojas a recalcar lo bella, que según Lance, aquella,su inspiración, era.

Y un pensamiento que parecía maldición se posó en su mente.

Deseó desde el fondo de su corazón que aquellos escritos fueran para ella.

—E-Estoy bien, Lance. No debería preocuparte. ¡Oh! Es cierto, ¿Qué decías?— Pidge se distanció de él.
—Yo quería saber si no has visto un cuadernillo azul.
Finge que no sabes de que habla. Aunque sabes exactamente a que se refiere. — ¿Cuadernillo azul?
—Sí, se perdió cuando saque mis cosas tan desesperadamente por buscar la tarea de Iverson y ahora, no está.
—Te puedes comprar otra ¿no?
Lance bufó— No es eso, Pidge. Lo que tiene adentro. Es lo que interesa.
—Si son apuntes de clases, sabes que te puedes llevar mis notas y estudiar con ellas.
—Te tomaré la palabra porque casi no tomo apuntes pero, lo que estaba ahí era más importante que anotaciones de clases.
—¿Algo más importante que la clase de Iverson? ¿Puedo saber qué es?
—No es nada. Ignoremos esto, ¿vale?. Creo que no sabes de lo que hablo.
Error. Conocía que te afligía. Temías que alguien se enterara que Lance McClain, el rompecorazones por excelencia, estuviera recitando y dedicando palabras. Dedicatorias que no llegarían a aquella persona misteriosa.

Quisiera ser la persona a la cual describes como si fuera lo más bello que tu mirada azul ha visto. Quiero ser aquella a la que le dedicas rimas y juras un amor incondicional.

Pidge&Lance [Plance/Pidgance]~ Algunas historias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora