No entiendo que ocurre, todo estaba tan bien hace unos minutos.
Mi mente no para de dar vueltas, me siento mareado, no puedo dormir, las voces en mi cabeza están vueltas locas.
La oscuridad está cerca
Él está cerca
Dema está cerca
Deberías estar muerto
-¡Déjenme en paz! - grito con desesperación, tan alto que siento como se desgarra mi garganta. Estoy sólo.
Solía soñar en las noches y ahora solo veo la parte trasera de mis ojos mientras los susurros se vuelven gritos y las inseguridades voces.
Siento como poco a poco estoy callendo por un abismo de mis propios miedos, siento como se han materializado en un ser que no me deja ser. Estoy sólo en esto con "eso".
Decidí llamarlo Dema, pues es lo que entendía cuando las voces susurraban que algo estaba a punto de acercarse.
Siempre que Dema está cerca todo se derrumba.
Puedo estar en mi mejor momento, cantando y bailando alegremente en la soledad de mi hogar, puedo estar con animo de hacer amigos por primera vez en mi vida, pero llega Dema y lo arruina todo.
Sólo quiero que me deje en paz.
Sabes que no harás amigos, nadie te quiere, yo soy tu único amigo.
-No, no más, ya no dejaré que me controles, ¿oíste?- digo a la nada, sintiendo la materialización de Dema frente a mi, mientras el resto de las voces murmuran cosas detrás de mi -ya no dejaré que seas dueño de mi vida-
Con lágrimas en los ojos salgo de mi habitación con dirección al baño.
Espero a relajarme un poco, y siento como Dema y el resto de las voces desaparecen poco a poco.
Es hora, no quiero que vuelva, y se que no lo hará después de esto.
Me miro al espejo, dios, estoy hecho un asco.
Saco de un cajón un empaque de veneno para ratas que usé hace tiempo y comienzo a acercarlo a mi boca.
Una, por cada voz escuchada.
Dos, por cada amigo que no tuve.Siento como mi cuerpo comienza a rechazarlas, pero ya no puedo parar.
Tres, por cada vez que Dema tomó control sobre mi.
Cuatro, por cada cosa que callé.Comienzo a toser, sintiendo el vomito subiendo por mi tráquea.
Cinco, por que supongo que Dema al fin obtuvo lo que quiso, mi muerte.
La caja ahora está vacía, mi vista comienza a nublarse, mi estómago duele, duele mucho.
Me recargo de espalda a la puerta del baño, y veo a Dema frente a mi.
Al fin estaremos juntos, y sabrás lo que es el verdadero infierno.
Después solo hubo oscuridad.