° Cero °

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Mi cielo. Era mi cielo.

Sin pensarlo dos veces me acerque a donde ella se encontraba. Mi cielo, pobre de mi cielo que lloraba sometida ante ese energúmeno que lo único que hacía era gritarle. No lo dude ni un segundo más, necesitaba liberarla, necesitaba protegerla.

-Lo siento, pero no puedes hacer escalando. Estamos en una biblioteca. - dije entrometiéndome en la conversación. Quería abrazarla, quería decirle lo mucho que la necesitaba, pero joder, tenía que librarme de ese tipo primero.

-¿Qué carajos te importa? Estamos solucionando un problema entre mi novia y yo. - dijo aquel tipo que maltrataba a mi cielo. Ella bajo la mirada y logre ver como sus mejillas se sonrojaban.

Mi novia.

¿realmente me había olvidado? ¿realmente ella había sido capaz de reemplazarme?

-me importa un carajo lo que hagas, quiero que te largues de aquí - dije tomándolo por los hombros para conducirlo fuera de aquí. Era mas que obvio saber que él me golpearía y bueno, terminé en medio de una pelea que sabia que tal vez me costaría el trabajo, pero todo lo valía por tenerla a ella una vez mas conmigo.

Seguridad llego al cabo de unos segundos logrando que ese tipo se fuera. La multitud había hecho un circulo a nuestro alrededor. Busque con la mirada a mi cielo, pero ella no se encontraba allí. Me aparté de todos y volví a la sección de libros donde había empezado todo el problema.

Ella se encontraba allí, colocándose los audífonos y tomando un libro de aquella vieja estantería. No lo podía creer. Joder, hasta las manos me temblaban.

- ¿eres tu? - pregunté rompiendo el silencio. Ella ni se inmuto al verme.

Iba a explotar. Tenía en corazón en la mano sin saber a donde me dirigía.

La tome por la muñeca para que ella me mirase. Mi cielo me miró y yo temblé. Millones de corrientes se asomaron por todo mi cuerpo, mis latidos se aceleraban a cada segundo que pasaba. Moria por el asombro que me causaba tener a la chica de mis sueños a tan solo unos centímetros.

-¿Quién eres? No te conozco - dijo zafándose de mi agarre. Tomo el libro entre sus manos y salió disparada del lugar.

Vecina, destruyemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora