P.O.V. Mack
Estaba nerviosa. Habían pasado dos días desde el encuentro con Dalton y además era el día de nuestra cita. No hablaba que ponerme, no encontraba algo que me diera a la perfección y que estuviera a la altura. Tenia ganas de tirar todo mi clóset, tenía ganas de salir corriendo y comprar nueva algo que siquiera disimulara mi cuerpo.
Continue buscando entre mi clóset hasta que encontré algo que parece ajustarse a las circunstancias. Me retoque un poco y sin más salí de la casa. Por suerte mis padres se encontraban trabajando y ninguno de ellos se encontraba en casa. Era un alivio de alguna forma saber que ellos estaban haciendo su vida con normalidad y ya no retrasandose por mi.
Deje una pequeña nota antes de salir y tome un taxi con destino al centro la ciudad, exactamente en un café. Estaba en buen tiempo, me sentía ansiosa por verlo.
Alrededor de doce minutos ya me encontraba entrando al café. Era un lugar muy cálido, era una especie de bar porque había una banda que tocaba música de antaño y las luces eran bajas con pequeños destellos de azules, verdes y rojos. Una moza se me acercó preguntando mi nombre y al decirle me llevo a otro lugar salón donde encontré a Dalton.
Él al verme sonrió. Llevaba una casaca de cuero, un polo blanco donde colgaban sus lentes de sol. Su sonrisa iluminaba el lugar, sus ojos me analizaron de pies a cabeza y en aquel instante pude ver su rostro a detalle. Era de tez blanca y tenía una pequeña cicatriz cerca a sus labios, no se notaba demasiado ante tanta perfección. Sus ojos esmeralda resaltaban en todo su rostro y tal vez en aquel momento fue cuando descubrí porque es que encontraba tanta perfección en él. Sus ojos esmeralda combinaban a la perfección con sus labios rojizos y la tez blanca, cuando sonreía la vida tenía otro sentido.
No tenía idea si lo habia visto antes o si quiera si cuales eran sus intenciones. Tal vez el sabia de mi problema y era alguien del pasado que se aprovecharía. No lo sabía, no tenía idea, pero aquel día sentí que me encontraba bien con ello. Me encontraba bien en aquel instante, tal vez después de todo de alguna forma algo bueno me traua perdida de memoria.
Me senté en el lugar temiendo que cometiera alguna estupidez. Dalton me sonrió y me saludó con un beso en la mejilla. Temble. Tenerlo cerca hacia que todo mi cuerpo se sintiera inseguro.
- pensé que no vendrías- dijo Dalton soltando una pequeña risita. Negué.
¿Como faltaría a una cita? ¿a mi primera cita? No había forma.
- no, tenlo por seguro que nunca falto- dije sonriendo. La moza que anteriormente estaba, se habia acercado con las cartas.
-eres mayor ¿verdad?- pregunto Dalton mordiéndose levemente los labios. Volé. En aquel momento mi mente ya estaba en otro lado, en algún lugar desconocido que acababa de descubrir.
- supongo, tengo 18 - respondí encogiendome de hombros. La verdad era que aún no había actualizado ninguno de mis documentos. Solo necesitaba hacer un click, pero estaba muy metida en otros asuntos. - ¿y de verdad tienes 25? - pregunte.
Dalton sonrió de lado, aquellas sonrisas socarronas.
- ¿parezco mayor?- pregunto enarcando una ceja. Negué. La verdad que sí, pero no quería darle el privilegio.
- no, pareces menor, por eso preguntaba. - dije. La conversación se sentía diferente a la que tenía con cualquier persona, podía sentir la tensión.
- acabo de cumplir 25, hace menos de una semana aún tenia 24 - explico. La señorita volvió a escribir nuestros pedidos. No tenía idea de lo que decía en la carta así que simplemente pedí lo mismo que Dalton había pedido.
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Vecina, destruyeme
Teen FictionTan atractivo como destructivo, Kylian Samner era la tormenta que había llegado y no perdonaría nada, esta vez no había segundas oportunidades, destruiría todo a su paso. "Te destruire de la forma más hermosa que cuando quedes dormida lo único que...