MUÉRDEME. ©

- Capítulo 6 -

Pasaron 3 días. Finalmente me dieron el alta.

- DRA: Deberás venir 1 día a la semana a mi consulta, y otro día a la consulta de Julen.

- ABRIL: Que sí...

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Salimos del hospital.

- MAMEN: Mi coche es aquel Mini rojo.

No dije nada y me acerqué a él.

- MAMEN: Sube. Mi casa está a 10 minutos de la ciudad, pero la vida en el campo me parece ideal, no hay color.

- ABRIL: ¿A qué ha venido lo de la mancha?

- MAMEN: Pues que no sabes su origen, imagino.

- ABRIL: ¿Por qué imaginas eso?

- MAMEN: Ya lo sabrás.

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Llegamos a una casa apartada en el campo. Estaba solitaria, pero muy mona decorada.

- MAMEN: Tienes lista tu habitación.

Me la enseñó. Parecía la habitación de una niña de 6 años. Quizás la había decorado con ilusión, pero no, mi ilusión se esfumó hace unos días.

- ABRIL: Vaya.

- MAMEN: ¿Pasa algo?

- ABRIL: Sí, que odio el rosa. Además, no sabías si iba a vivir o no. ¿Por qué estas molestias? ¿Por qué me haces la pelota?

- MAMEN: Siempre puedes añadir y quitar detalles. Además, siempre tuve la esperanza de que saldrías adelante.

- ABRIL: Mis padres deberían seguir vivos, yo no.

- MAMEN: Abril...

- ABRIL: Gracias. Ahora quiero estar sola.

Y se marchó.

En ese instante, rompí a llorar. Mi vida había cambiado por completo. Mi tía encendió la tele y se sentó en el sofá, así que decidí bajar tras haberme desahogado.

- ABRIL: Mamen.

- MAMEN: Dime, Abril.

- ABRIL: ¿Mi dinero heredado, dónde está?

- MAMEN: Puedo comprarte lo que necesites.

- ABRIL: Tengo dinero, no es necesario.

-  MAMEN: Apenas hace 5 días que despertaste. El dinero no está aún. Faltan un par de semanas.

- ABRIL: Pues vale. Vuelvo a mi cuarto.

Subí a mi cuarto y me tumbé en la cama.

Mi tía llamó a la puerta.

- ABRIL: Prefiero estar sola.

- MAMEN: Esta tarde quería salir de compras, ¿quieres venir?

- ABRIL: Mi dinero no estará hasta dentro de unas semanas, así que no, no quiero ir.

- MAMEN: Te puedo prestar dinero. Incluso llevo algún regalito atrasado... Bueno, varios jaja. Pero más vale tarde que nunca, ¿no?

Sonrió.

Reí sarcásticamente.

- ABRIL: Los regalos se hacen en el momento. Valoro más una mierda el día de mi cumpleaños que un anillo de oro 10 años después, sinceramente.

Se quedó seria.

- MAMEN: Abril... Deberíamos hablar y...

- ABRIL: No porque me pagues cosas te querré más, a eso iba. Asúmelo ya. Mi cariño no se compra, se gana.

- MAMEN: El mío también, y parece que no te lo quieres ganar.

- ABRIL: Bravo, lo estás pillando.

- MAMEN: Entiendo tu dolor, y lo difícil que está siendo este pedazo de cambio... Lo que no entiendo es ese odio hacia mí.

- ABRIL: No es odio. Simplemente me supera la situación. Nada más. Yo agradezco lo que haces por mí, pero hay cosas que me superan. Ahora, me gustaría estar sola.

- MAMEN: Como quieras.