Muchos son los que lo conocen y dentro de la escuela secundaria, deciden alejarse, mirarle mal de lejos, no pasar por los pasillos o simplemente ignorarle manteniendo la vista en la pantalla del celular. Es como si incluso el ruido se redujera un poco, pero no es miedo, es precaución, es esa forma en la que las cosas se fueron acomodando... pero claro, es que se trata de un grupo.
Y qué es un grupo. Bueno, todo psicólogo social puede especificarte varias formas de describirlo pero la más simple es un conjunto de dos o más personas que comparten un espacio y una serie de características y roles. Y eso es lo que poco a poco habían adoptado.
El problema radicaba en que ese grupo de niños habían dejado de ser niños y se convertían poco a poco en adultos, revueltos con otros grupos en ese instituto gris famoso por sus equipos de baloncesto y futbol americano. El de hombres, diría Kenny.
Ahora bien, esta historia es una de muchas, es la que se escogió para explicar esto pero casos como este existen al menos unos cinco y sabemos que se irán sumando más conforme la gente fuera del grupo se vaya acercando a este chico en especial.
Habría que explicar de qué se trata todo este escrito, pues bien, es de cómo se llega a la homeostasis, al equilibrio, al conocimiento colectivo de que con Cartman NO te metes o vas a sufrir. Pero para saber esto debes ser parte del grupo, de todos esos niños ya no tan niños que crecieron con él, que lo odiaron, que lo siguen odiando pero ahí siguen... cerca, porque quien ya conoce a la bestia, no le teme tanto y más bien, previene a los otros. Es como si todos tuvieran un sentido de responsabilidad hacia con el mundo, especialmente esos tres chicos que siempre estarían posando en las fotos con él.
Era ese día, como ya dijimos, parecido a otros, un lunes, vamos a decir pero la verdad no importa. Lo que importa es que ya había acabado la clase de biología y que varios chicos algo asqueados y enfermizos salían de los sanitarios y del salón número ocho de la segunda planta. Pero Eric no, él estaba robándose la tarea de Leopold y guardándola en su casillero.
El punto es que, como ya dijimos, en la secundaria, los grupos se ven obligados a interaccionar con otros y formar nuevos, así que ahí estaba un chico ajeno a esta realidad, se llama Jerome. Es un chico común, quizá atractivo para alguien y poca cosa para otros, como para Cartman, que ni siquiera se sabía su nombre ni había notado que en biología, se sienta detrás de él. Es de cabello castaño pero se lo pinta de verde o azul de vez en cuando, sus ojos están rojizos, quizá de tantos desvelos, tiene un diente de plata y sus labios están resecos y casi siempre sangran por quitarse la piel reseca con los dientes o los dedos.
Este chico no sería importante si no fuera el ejemplo de lo que sucede cuando te metes con Cartman, no con un Cartman niño, libre de la ley y la justicia, sino de uno de dieciséis años, conocido por el departamento de la policía y que esperan una señal para llevarlo directito al pabellón, pero que extrañamente no llega esa señal, como si ahora se portara bien...
Ilusos.
Cuando estaba guardando la tarea en su mochila, con una galleta sostenida por sus dientes y la otra mano ocupada en su celular, contestando un mensaje, este tipo, Jerome, llegó y cerró la puerta del casillero con tal violencia que lo hizo morder su galleta y la mitad quedó en el suelo, pero siguió masticando, tranquilo. Recuperándose, fingiendo, manejando de nuevo la situación como el líder nato que era.
-¿Sí? –le dijo mientras abría de nuevo el casillero.
-¡¿Te crees muy gracioso, no, gordo estúpido?!
-No estoy gordo, estoy fuertecito. –le explicó sacando la otra libreta, la que necesitaría para copiar la otra tarea de la siguiente clase a esa. Ni siquiera una mirada le había dado y algunos ya preveían lo que estaba sucediendo, porque eso le dio en el ego al alto chico de chamarra oscura y botas de casquillo.
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Cartman Week (?)
FanfictionPues es como mi aportación a esta semana de admiración y amor por este regordete personaje, espero que me puedan dar una oportunidad y les guste.