The End Of The F***ing World

Capitulo 4

Aclaración: cuando esta escrito en cursiva, así es lo que los personajes están pensando, ire aclarando por contexto a quien pertenece cada pensamiento.

Advertencia: breve escena de abuso sexual a un menor, nada muy explicito.

- ¿En qué momento se te ocurrió que esto era una buena idea?- Le susurró el ojiazul mirando al hombre de unos cincuenta años que conducía el transporte en el que estaban.

Habían estado barados en la carretera por una o dos horas, Harry levantando el dedo indice pidiendo a alguno de los pocos coches que pasaban que les dieran un aventón, mientras Louis se quedaba recostado sobre un árbol mirandolo con aburrimiento. Lamentablemente, nadie parecía querer levantar a un adolescente semidesnudo a las orillas del bosque.

"Solo los bichos raros levantan a otros bichos raros" le había dicho Louis peresosamente, antes de que un auto negro parase al lado de Harry y la ventana de este bajase para revelar un hombre mayor, de cabello canoso y rostro arrugado. Les había preguntado si se dirigían al sur y, luego de asentir y aceptar el aventón, Harry instó a Louis a subirse en la parte trasera del coche, para luego sentarse él en el asiento de copiloto.

"Si nos matan será tu culpa" había chillado antes de subirse al auto.

El risado estuvo ignorando a Louis todo el viaje, manteniendo una charla amena con el señor, quien según contaba había estado en el ejercito y en ese momento se dirigía para comprar una cachorra perteneciente a una de las razas más peligrosas para las luchas de perros. Según contaba, con ella tenía planeado gabar millones.

Desde ese momento Harrt notó que a Louis le disgustaba ese señor casi en demasía.

-En fin. Cuentenme muchachos, ¿dónde estan sus madres? Estoy seguro de que estarán preocupadas por sus niños, tal vez deberían llamarlas o...

- No, no le importara. No se preocupe- Le contestó el castaño escuetamente.

- ¿Y la tuya muchacho?

- No creo, está muerta.

Un tenso silencio calló sobre el ambiente después de decir eso. Ojos azules quemandole la nuca, probablemente preguntandole porque  había mentido cuando él preguntó.

Siguieron en silencio hasta llegar a una estación de servicio, se sentaron los tres en una de las mesas con sillas alcolchadas y el señor, quien se presentó como Marcus, les trajo café y medialunas.

-¿Son su familia?- Le preguntó Louis señalando la foto dentro de la billetera de cuero que yacía en medio de la mesa.

- Oh, sí- Contestó el hombre embolviendo sus palabras de un tono meloso- Este es el pequeño Robert, y este grandulón de por aquí es Miguel.- Explicó señalando a los pequeños de la foto, primero a un bebé que no tendría más de siete meses y luego a un niño de unos seis años.

Louis comenzó a mordisquear uno de los muchos escarbadientes apuñados en un enbase de plastico para luego agarrar la billetera donde se lucía la foto y darle un rápido vistaso, antes de sonreir.

- Parece una papa- Comentó con sorna dejando la billetera nuevamente sobre la mesa.

-¿Qué dijiste?- La expreción de Marcus cambió lentamnete a una más seria y Harry comenzó a sentirse incomodo.

- Es una broma- Louis intentó aflojar el ambiente- Estoy bromeando.

Marcus asintió y continuó endulzando su café.

- Más bien parece un jamón- Continuó tomando nuevamente la foto, y Harry no sabía si Louis quería ver el mundo arder o simplemente hacer enojar al señor que por alguna razón le caía mal- ¿Qué? Admitanlo, miren, es verdad ¿o no?- Siguió picando la pasiencia del señor.

- No- Susurró Harry mirando a Marcus de reojo, rezando para que el mayor no los dejara abandonados en medio de la carretera por la incompetencia de su acompañante.

- Ustedes son muy aburridos- Louis rodó los ojos y soltó la billetera con desgano antes dd pararse y salir del local.

Harry no se preocupó, el castaño no podía ir muy lejos.

- Lo siento- Murmuró Harry antes de tomar un pequeño sorbo café, se sentía un poco cohibido ante la incomodidad del mayor.

- No te preocupes, hijo. Es un poco intenso, ¿verdad?- Conestó sonriendo un poco y agarrando su billetera.

- ¿Entonces estuvo en el ejercito?- Cambió de tema cuando sintió al silencio tomar demasiado protagonismo. Al ver al hombre asentir agregó- ¿Y mató gente?

- Bueno... viene con el oficio.

- ¿Sabe a cuantos? ¿Los a contado?

- Sería un poco enfermizo llevar la cuenta ¿verdad?- Contestó, sus palabras pintadas con un toque de humor y sus manos creando ademanes de complicidad.

Yo la habría llevado pensó Harry asintiendo y luego parandose.

- Voy al baño.- Dijo comenzando a alejarse.

- Te acompaño- Respondió el hombre y comenzó a seguirlo.

Mientras tanto, Louis estaba sentado en una de las mesas de afuera del pequelo bar, mirando al frente, a nada en particular.

No soy bueno para disculparme, pero a veces sé que debería y con eso en mente, se paró y recorrió el bar hasta el lugar donde estaba sentado antes con el conductor y Harry. Al no encontrarlos, supuso que estatían en el baño(el auto seguía en el estacionamiento, no los había visto salir y Harry era incapaz de dejarlo barado, o al menos eso suponía) por lo que decidió entrar a buscarlos.

A veces solo dejo que las cosas pasen, aunque no quiera pensaba Harry mientras su mano arruinada era olisqueada por el hombre mayor, para luego ser colocada a su pesar sobre los genitales ajenos. Sintió un revoltijo al sentirlo palpitar, contubo las ganas de vomitar y se sintió inutil por no ser capaz de apartarse o defenderse, se había quedado estatico no sé porque.

-¿Qué está pasando?- La voz de Louis fue su salvacio, su mano fue liberada y el hombre se alejó.

- Mejor me voy...-Comenzó a decir Marcus antes de que Louis interrumpiera su paso.

- ¿A dónde crees que vas? Dame tu billetera.- Dijo con determinación.

- ¿Qué?

- Dame tu billetera- Alzó la voz.

- No- Respondió mirando brebemente a Harry, quien parecía aturdido con los ojos en la escena.

- Dame tu billetera- Louis estaba perdiendo su poca y sagrada pasiencia- O te juro que voy a ir a visitar a tu esposa, a Miguel y a tu extraño bebé papa y les contaré lo que te gusta hacerles a adolescentes en los baños.

- No lo harías.

- Le diré a la policía también.

Marcus se apresuró a dejar la billetera sobre su mano extendida antes de salir corriendo.