Despertarse fue tan fácil como quedarse dormido la noche anterior. Mientras se levantaba de la cama para ir a buscar un par de prendas nuevas, Lincoln tenía la sensación de que no era temprano para levantarse, dado que podía escuchar a los niños vertiginosos jugando justo fuera de su ventana ‒ algo que no podía imaginar levantarse temprano un domingo por la mañana.
Una vez que tenía su ropa lista en su cama, el siguiente paso era ir al baño para refrescarse. Como él era claramente el último en despertar, eso significaba que no habría ninguna línea para llegar al baño, un pensamiento que le complació; nada como una ducha cálida y relajante antes de comenzar con la tarea.
Sin embargo, al abrir la puerta, Lincoln quedó estupefacto ante lo que tenía delante; allí, acurrucadas en un grupo, estaban Lori, Luan, Lynn, Lola y Lisa, quienes lucían grandes y brillantes sonrisas.
‒ ¡Buenos días, Lincoln! ‒ dijeron al unísono.
Lincoln miró a sus hermanas de inmediato, demasiado atónito como para hacer otra cosa que mirarlas con perplejidad.
‒ Buenos... días ‒ Lincoln finalmente logró decir algo, después de unos buenos diez segundos de silencio.
Lola se separó del grupo para acercarse y acariciar su rostro contra su torso mientras lo abrazaba con fuerza.
‒ ¡Estamos tan contentas de que finalmente hayas despertado, dormilón! ‒ trinó Lola. ‒ ¡Hemos estado esperando que te levantes durante horas!
Los párpados de Lincoln casi se salen de su lugar mientras se levantaban en un instante del shock.
‒ ¡¿Por horas?!
Fue el turno de Luan de acercarse a él de forma personal mientras caminaba alrededor de él y, arrodillándose en el acto, le pasó un brazo por el hombro, luego presionó su mejilla contra la de él. Ella no pareció notar que Lincoln se encogía de incomodidad, ya que no se molestó en soltarlo.
‒ ¿Qué te ocurre, hermano? ‒ preguntó ella con afabilidad.
Lincoln se sintió tenso por el burbujeo mareado en sus entrañas. Esto era lo contrario de lo que Luan le hizo sentir ayer. En lugar de sentir una reconfortante calidez, su interior se revolvió con pequeños y vertiginosos dolores. A él le gustaba los abrazos tanto como a sus hermanas, pero el que ella le estaba dando se alejaba mucho del concepto de proporcionarle comodidad.
‒ Solo... iré a cepillarme los dientes ‒ dijo Lincoln, retorciéndose en el agarre demasiado amable de Luan. ‒ E-eso es todo.
Justo cuando estaba a punto de tratar de liberarse una vez más, Lynn se acercó a él con la sonrisa que era agradable ayer, pero que ahora rayaba en lo inquietante, dadas sus circunstancias actuales.
‒ No te preocupes por ir al baño. Te tenemos cubierto ‒ aseguró Lynn.
Lincoln levantó una ceja. ‒ ¿De qué estás ¡hablando...Oh!?
En un abrir y cerrar de ojos, Lincoln se encontró encaramado en lo alto de los hombros de Lynn después de que ella lo hubiera alzado allí arriba, sobre ella misma. Con las piernas colgando de sus hombros, Lynn se aseguró de agarrarle las dos piernas antes de dirigirse directamente al baño, seguida de cerca por las otras cuatro hermanas.
‒ ¡Abran paso para el mejor hermano de todos! ‒ gritó Lynn.
Finalmente, Lola pasó rápidamente junto a ellos, llegó a la puerta del baño y la abrió para permitir que el combo de Lynn y Lincoln pasara volando. Mientras Lori, Luan y Lisa se acercaban, Lola sacó el cepillo de dientes de Lincoln del recipiente en el lavabo, agarró la pasta de dientes justo al lado del mismo recipiente, y puso una delicada masa de pasta de dientes del tamaño de un guisante en las cerdas. Mientras tanto, Lynn dejó a Lincoln frente al espejo del baño y Lola le entregó el cepillo de dientes.
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Muy buenas chicas
FanfictionCuando Lynn cree que Lincoln piensa en ella, Lori, Luan, Lola y Lisa como sus "malas hermanas", ella conspira con las otras cuatro sobre lo que deberían hacer con respecto a su descubrimiento. Fanfic original por: Weavillain Traducción original por:...