El embriagante olor de tu perfume....
El sabor adictivo de tus labios....
Tu suave piel contra la mia...
Tus calidas manos calentando mi alma..
Los recuerdo que siempre creamos...
La vida "perfecta" que teniamos...
Sin haberme dado cuenta, todo habí...
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•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°• - EL DÍA - †*****************************†
POV OMNISCIENTE
El azabache ya estaba en su silla de trabajo como comúnmente lo hacía, se sentía de cierta manera un poco más amargado de lo normal.
Fue a hacer su rutinaria ducha de máximo 3 minutos, mientras que su inconcientemente imaginaba a su pareja enfrente de el. Con ese cuerpo imperfecto para muchos, pero para el era una obra hecha por los mismos dioses y sentía orgulloso de reclamarlo como suyo...
Y mientras rápidamente se vestía los sucesos de la noche anterior vinieron como pequeños recuerdos haciéndolo sentir mejor que antes.
Sabia que sonaba como un idiota pensando esas estupideces. Pero quién diría que el hombre más fuerte de la humanidad también caería en el dulce infierno del amor y en el ardor agridulce de las mariposas en el estómago.
Salió de la habitación. Todo estaba silencioso. Hoy era día libre y la mayoría de mocosos visitan a sus familiares.
Rápidamente recordó de la estúpida y abrumadora cantidad de papeleo que no había terminado de llenar, algo que con tan solo pensarlo ya lo tenían bastante enojado.
Suspiró pesadamente, estaba frustrado y no lo negaría, así que antes de cualquier acción decidió hacer su usual rutina de limpieza.
Claro que cuando terminó el ruido de los cadetes ya habían llenado los pasillos dandole a entender que el desayuno ya estaba preparado.
Bajo, y no se sorprendió al no ver casi ningún alma rondando por el lugar. Claro que se le hizo más fácil ver a su cadete siendo acompañada con la "cuatro ojos" (algo que le molestaba) se notaba su tensión, dándole un pequeño motivo de sospecha.
Fue por su desayuno, mientras la cocinera le dedicaba una mirada de odio, y le entregaba del te que siempre le preparaba su pareja.
Y no culpaba a la cocinera, en primera casi incendia completamente el cuartel solo por querér hacer un pan, en segunda porque casi envenena a casi toda la legión con su intento de "sopa de tomate" que con suerte un tal Carlos lo probó y dio un aviso que esa era comida era más tóxica que cualquier cosa. Siendo completamente expulsado de la cocina y que ahora su pareja le cocinaba sin falta, y era algo que amaba pero no abusaba.
Tan absorto estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta que ya había terminado, rápidamente quería marcharse si no fuera por aquel hombre de grandes cejas (las cejas de la libertad) le arruinara más su existencia.
— hey Levi, en tu oficina deje papeleo quiero que termines eso hoy los necesito para mañana..
— tsk, y tú dónde estarás....— si antes estaba irritado ahora estaba molesto.