Engaño, verdad, supervivencia. Segundo acto

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«Mi segundo error fue descubrir que compartíamos un secreto»

I

Im Chang Kyun, lo estás haciendo mal! -chilló la muchacha.

Dior, detrás de ella, rió ante su enfado con el otro.

La situación no dejaba de resultarle hilarante. Ella estaba sentada en un rincón de la cocina esperando a que su mejor amiga terminase ese plato para que fueran a dar una vuelta, pero como siempre aquella práctica se estaba alargando muchísimo más de lo necesario.

Chang Kyun había hecho un puchero infantil y ahora Yeo Joo lo miraba con una ceja arqueada, como si tratara de decirle que no iba a lograr nada poniendo esa expresión. Su cocinero favorito y también socio de su restaurante, ese día estaba logrando desesperarla, aunque cualquiera hubiera pensado que el plato era más que perfecto tal y como estaba.

-Yeo joo-yah, deja de torturar al muchacho... Está cansado y lo estás frustrando, déjalo respirar.

La aludida terminó por hacer el mismo gesto que el chico, frunciendo los labios para más tarde cruzarse infantilmente de brazos.

-Está bien, está bien. Sigamos mañana, Kyunie.

A lo dicho, el más joven se dejó caer desplomado en el suelo, con la espalda contra la isla de la cocina. Ella tenía razón, Yeo Joo por poco había logrado matarle de pura frustración.

Había perdido la cuenta del tiempo que había pasado desde que empezase a intentar enseñarle cómo debía presentarse ese plato. Siquiera era la elaboración de la receta, siquiera era el sabor de ésta, Yeo Joo estaba desesperada con Chang Kyun porque el chico todavía no había logrado poner la comida en el plato de la forma en que Yeo Joo esperaba que el menor la pusiera, para que el plato resultara lo más atractivo y vistoso posible. ¿Por qué importaba tanto algo tan insignificante? Chang Kyun no lo entendía.

Pronto un trapo cayó sobre su pecho y, antes de darse cuenta, tenía una lata fría pegada a su mejilla. Se giró sorprendido para descubrir a su mentora sonriéndole mientras le ofrecía algo de beber.

-Gracias, noona...

Yeo Joo le dedicó una sonrisa más amplia, a la par que jugaba brevemente con el arete de su oreja izquierda, mientras Chang Kyun aceptaba la bebida y dejaba que Yeo Joo le tratara con cariño.

-Lo has hecho muy bien, mañana puliremos esos detalles que faltan para que quede perfecto.

Dicho aquello, tapó el plato y lo metió en la nevera. Chang Kyun, por su parte, cuando sintió que sus piernas habían dejado de temblar, recogió sus cosas y se dispuso a marcharse. No obstante, antes de hacerlo se inclinó noventa grados delante de Dior y le dio las gracias por apiadarse de él, justo antes de desaparecer casi corriendo por el vestíbulo.

-Empezó a hacerlo mal cuando tú entraste, unnie -le dijo Yeo Joo.

Ella se rió.

-Hace dos años que es tu pupilo y le sigue teniendo miedo a tu mejor amiga, la que pasa casi más tiempo aquí que él. No sé si me da ternura o pena, es solo un niño.

-Pasarán veinte años y seguiremos diciendo que es un niño -contraatacó la menor, causando risas en las dos.

Yoo Yeo Joo tenía un año menos que ella y, a sus escasos veinticuatro años, era considerada una de las mejores cocineras de la región. Nada más haber cumplido los 21, cuando logró conseguir los sponsors que necesitaba, había abierto un restaurante. Al poco había tenido la ocasión de conocer a Im Chang Kyun. El menor era tan extraño, tan metódico, tan ocurrente, que había sido difícil no caer enamorada en su talento. Chang Kyun tenía 19 cuando ella le conoció. Había empezado trabajando de camarero allí tras haberse escapado de casa para irse a Seúl. Pero pronto Yeo Joo había visto algo en el chico, y no se equivocó cuando la vio la soltura con la que manejaba los instrumentos de cocina, cuando vio la facilidad con la que aprendía cualquier cosa.

Annihilation » YeoDior, Hyungkyun. MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora