Annihilation » YeoDior, Hyungkyun. MONSTA X

Vida y muerte. Primer acto

"La primera vez me pregunté si podrías olvidar mis manos manchadas de sangre"

I

Hyung Won nunca supo qué tan liberadora podía llegar a ser la muerte hasta que la tuvo delante de sus ojos.

Había muchas cosas de las que tuvo miedo. De ser descubierto, de que no se entendieran sus motivos, de que Dior le abandonara. Sin embargo, se había repetido tanto que aquello había sido no más que un terrible accidente y que eso no era culpa suya sino de la persona que había osado entrar en su casa sin permiso, que nunca se sintió especialmente culpable por lo que pasó.

Habían pasado cinco años y el mundo seguía girando como si aquello nunca hubiese ocurrido. Algunos periódicos hablaron de la desaparición del paparazzi de forma breve durante menos de una semana, y después nada. No había pistas, siquiera indicios de que hubiera ocurrido un crimen, y el caso se cerró interpretando que el hombre simplemente se había fugado.

Ellos siguieron con sus vidas como si nada, y pronto en sus cabezas aquello se convirtió en un recuerdo lejano del que nunca hablaron y que empezaron a creer que había sido no más que un sueño que realmente jamás habría ocurrido.

Muchas cosas habían cambiado en cinco años. Hyung Won había abierto una pequeña empresa de entretenimiento donde además de CEO era profesor de baile y coreógrafo. Por su parte, Dior había organizado cuatro exposiciones de arte que habían tenido buen recibimiento del público, y no gracias a su nombre sino a pesar de él. La fama de princesa de hielo que siempre había tenido hacía que todo el mundo pensara que esa chica era buena para nada aparte de para ser guapa, por eso sus obras y el descubrimiento de su talento tuvieron todavía mayor impacto.

Respecto a sus vidas personales, no había cambiado gran cosa. Estaban oficialmente viviendo juntos, y sus relaciones con Yeo Joo y con Chang Kyun continuaron como hasta entonces. Sus dos amantes habían abierto un segundo restaurante y económicamente les iba bien, tanto que pudieron permitirse empezar a alquilar la casa aledaña a la de Hyung Won y Dior. Uno de los motivos por los que se habían decantado por esa opción había sido ver cómo Dior y Hyung Won casi de un día para otro se habían vuelto paranoicos con la posibilidad de ser observados. Incrementaron las medidas de seguridad tras el incidente del fotógrafo, y durante algunas semanas no quisieron acercarse demasiado ni a Yeo Joo ni a Chang Kyun dentro de esa casa.

Ahora las cosas parecían un poco más fáciles.

La compañía de Hyung Won y en la que él pasaba más tiempo del que pasaba en casa estaba justo en la misma manzana que uno de los restaurantes que dirigían Yeo Joo y Chang Kyun. Yeo Joo muchas veces estaba también en el otro, supervisando la cocina y que las cosas se hicieran bien, pero Chang Kyun siempre estaba en ese que quedaba cerca de la compañía de Hyung Won. No era raro que el menor se acercara hasta la empresa con comida para los aprendices o los bailarines. Si Yeo Joo no estaba en el restaurante, Chang Kyun se escabullía a sus horas de comer para estar con Hyung Won. Él lo agradecía en exceso, no solo por pasar tiempo con Chang Kyun, sino porque muchas veces practicaba tanto y se metía tanto en su trabajo que olvidaba descansar y olvidaba comer.

Cuando cenaban juntos solía hacerse tan tarde que no quedaba nadie en la compañía apenas. Y, si quedaban, ellos simplemente se metían en el despacho de Hyung Won y, discretamente, allí podían hablar y hacer lo que quisieran. Que se cogieran de las manos, que se acercaran de más, que se besaran como no podían besarse en público era bastante habitual.

Ese día la compañía estaba desierta y estaban en una de las salas de baile cenando juntos. Eran casi las cuatro de la madrugada y Chang Kyun estaba sentado sobre el regazo de su hyung mientras comían cogidos de la mano y hablaban de las cosas que les habían sucedido ese día. Era un día normal, casi aburrido, y quizá por eso estaban tan pegados: para compensar lo poco que tenían que decirse mutuamente.