Engaño, verdad, supervivencia. Tercer acto

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«Mi tercer error fue dejar que me hicieras creer que éramos invencibles »

I

Hyung Won y Dior nunca pensaron que su primera conversación seria sobre el futuro tendrían que dedicarla a terceras personas. Habían estado muchas veces sentados juntos en esa cama, tumbados juntos en esa cama, pero aquella vez el aire se sentía pesado, y de esa sensación de tranquilidad que habían tenido hasta entonces cuando estaban en esa casa, no quedaba ni rastro. ¿Y si habían mancillado ese refugio de los dos para siempre?

–¿Desde cuándo...? –se atrevió a preguntar Hyung Won casi con un hilo de voz.

Llevaban demasiado rato en silencio mirándose las manos y él ya no lo soportaba más. Necesitaba entenderlo. Necesitaba saber cómo habían llegado a una situación como esa.

–La vez que olvidé de mi cita contigo –susurró ella–. Discutimos, nos besamos... Lloré. Lloré muchísimo. No sé cómo pasó, no sé qué me pasó.

–De eso hace tres meses –dijo él. No parecía enfadado, siquiera dolido, solo muy confundido.

–Lo sé –contestó ella–. Lo sé muy bien...

Y, de nuevo, se hizo el silencio. Qué se decía en una situación como esa, qué no se decía en una situación como esa. Estaban los dos tan perdidos y tan confusos que no sabían qué decir o qué hacer.

–¿Qué hay de ti? –preguntó ella entonces.

–Llevamos semanas viéndonos –murmuró–, supuestamente como amigos... pero hoy le besé y... No me puedo creer que le trajera aquí para acostarme con él. Soy horrible, lo siento.

Una confesión repentina que solo consiguió que Dior se riera.

–Si esto fuera una competición sobre quién lo ha hecho peor, está claro que el primer premio es para mí. –Suspiró–. Yo también lo siento. –Con cierta lentitud, sus ojos ascendieron despacio desde sus manos hasta encontrar con la mirada los de él, y Hyung Won hizo lo mismo tal y como sintió que ella le estaba mirando–. ¿Me perdonas? –susurró, despacio y con el corazón en un puño. Se sentía terriblemente mal y no había ningún consuelo o alivio en saber que la traición había sido mutua. Lo de Hyung Won había sido un desliz, pero ella... Dior no estaba segura de si alguien podría perdonar algo como eso.

Pero Hyung Won asintió sin ninguna duda, y ella sintió tal alivio que tuvo que llevarse las manos al pecho y respirar hondo para asimilarlo.

–¿Y tú me perdonas a mí?

Ella no pudo evitar reírse al escucharle. Llevó las manos hasta la nuca de Hyung Won y le atrajo hacia sí hasta pegar la cabeza de él contra su hombro y abrazarle con fuerza.

–Claro que te perdono, Wonie...

Él asintió despacio mientras un sollozo escapaba de sus labios. Acurrucado contra ella como estaba, la abrazó por la cintura y cerró los ojos mientras notaba las caricias de Dior en su pelo y en su espalda.

–¿Qué vamos a hacer ahora? –murmuró el muchacho.

–No lo sé –respondió ella mientras una risa de pura frustración escapaba de sus labios. Qué se suponía que se hacía en una situación como esa. Cómo se suponía que se lidiaba con una situación así.

Hyung Won trató de tumbarse del todo sobre la cama y ella salió de debajo de él para tumbarse a su espalda y abrazarle con fuerza. El chico estaba al borde de un ataque de nervios, y ella solo supo besarle los hombros y apretarle con los brazos para que supiera que ella seguía allí, que siempre estaría allí.

Annihilation » YeoDior, Hyungkyun. MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora