—¿Y tú examen de francés? —la voz de una joven replica sobre mis oídos
—Dentro de una hora —afirmo con una voz nerviosa y totalmente negada. —. Rayos, creo que no sé nada. —las manos que están sujetando aquellos folios donde viene la lección que debo tener aprendida, se vuelven sudorosas.
—¡No entres en pánico, Violet! —la castaña me dedica una sonrisa tratando de calmar mi inminente ataque de pánico.
—¡Voy a reprobar! —carraspeo ahora apretando los dientes y mis ojos, comienzo a dar vueltas sobre todo el patio de esta escuela sin igual, como un circulo, un circulo con espirales que da infinitas vueltas sin poder parar.
—¿Quieres que te preste mi ayuda? —Sarah-Jane sonríe, pero ríe por mis divertidos gestos. —. Tengo una hora libre de clase, el maestro de Economía no vendrá hoy, está enfermo. —espeta con una cierta alegría y ahora rebusca por su mochila una serie de folios y una carpeta donde lleva todos sus apuntes en francés.
—¿Harías eso por mí? —sonrío algo impresionada.
—¿Por qué no? —la joven francesa me da un breve toque en el hombro. —. ¡Ahora eres una más del grupo! —sonríe con ánimos.
Le sonrío de forma emocionada, y de forma agradecida, por que por fin creo tener amigos en este país, amigos que de una forma u otra me recuerdan a los que tenía en mi país natal.
—Laurent está en la biblioteca —replica animosa. —. Seguro que también puede darnos algo de ayuda. —se ríe.
—¿No estudia? —mis ojos se tornan hacia su rostro con una cierta curiosidad.
—¡¿Laurent?! — emite una sólida carcajada. —. Apenas lo hace. —ríe. —. ¿Puedes creer que solo estudia dos horas diarias y que tiene calificaciones muy altas? —sus piernas comienzan a andar, y cuando lo hacen, las mías se ponen ejecución como dos notas musicales con una armonía enorme.
—¡No lo creo! —río de forma risueña y lanzo mis brazos al aire, produciendo un leve movimiento a mi mochila. —. ¡Yo al menos necesito seis horas para poder estudiar de alguna manera! —recalco sorprendida.
—¡Lo sé! —se ríe expresando simpatía. —. Por eso siempre lo ves leyendo cómics, pues no le hace falta ojear muchos libros. —arruga su nariz y ríe.
Me río de forma amena.
—¿Alguna vez visitaste la biblioteca? —su rostro se torna hacia el mío con curiosidad.
—Sólo una vez —aclaro. —. Pero tuve que salir de ahí, porque la gente no me miró con muy buenos ojos. —junto mis brazos como mecanismo de defensa, tal vez para sentirme más cómoda. —. Apenas recuerdo cómo era. —río.
—No te preocupes por la gente, Violet —me aconseja. —. La mitad de los rumores que rulan por esta escuela, no son verdad. —posa una mano sobre la mía y se para sobre uno de los pasillos que estamos bajando para acceder a la biblioteca. —. ¿Crees que yo no debo soportarlo? —ríe y sus manos nerviosas buscan la botella de agua que compró sobre una de las máquinas que hay colocadas en la cafetería.
—¡Creían que Guy y yo teníamos herpes! —afirma divertida. —. ¡Tuvimos que soportar ese rumor todo el año pasado! —el tono de su voz se eleva. —. ¡Fue horrible! —sus labios enfundados con lipgloss transparente sueltan un suspiro angustiante.
—¿De verdad? —mis ojos se abren de forma inmediata.
—¡Sí! —afirma algo molesta. —. Todo por qué el año pasado el acné de Guy empeoró. —ahora se ríe debido a que esa situación parece sacada de otro planeta. —. ¡Hasta Adrienne tuvo que soportar eso! —el tono de su voz baja de forma drástica cuando la joven se dispone a andar por el sitio donde estamos.
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𝐇𝐎𝐌𝐄𝐖𝐎𝐑𝐊 ─ daft punk fanfiction.
FanfictionPARÍS, AÑO 1992. Violet debe trasladarse, a París, durante un año con su familia, ya que su padre ha encontrado un trabajo como ayudante de un famoso productor musical francés. Se verá influida por la presencia de Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Ho...