Tercero.

619 78 69
                                    

"AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH" Se escuchó el grito de Lana por todo el negocio.

"¡Shhh, Lana!" Guillermo trató de calmarla del otro lado del mostrador. "Lo siento, no ha pasado nada" se dirigió a los clientes con una sonrisa nerviosa. "Se rompió una uña y se puso como loca" trató de excusar a su prima que saltaba y chillaba de emoción.

Guillermo pasó la pequeña puerta para pasar al mostrador "Vamos atrás" tomó la mano de Lana "Dany ¿Nos cubres un momento?" Dany era la compañera de Lana en su turno, generalmente había dos o tres -incluso cuatro personas en temporada alta- personas en el turno de la tarde porque la cafetería solía llenarse más que en las mañanas.

Dany asintió y Guillermo caminó con su prima detrás de él a la parte de la cocina.

"¡No puede ser! ¡Te invitó a cenar! ¡Dios mío me va a dar algo!" La chillaba de alegría.

"Lana, tranquila, es solo una cena"

"¡Tú sabes que no es sólo una cena!"

"¡Lo sé!" Comenzó a chillar al igual que Lana.

"Okay, okay. Tenemos que controlar esto, necesitas ponerte algo sexy, pero no demasiado es solo la primera cita eso déjalo para la tercera... ¿Guille?" La muchacha se detuvo por un minuto.

"¿Vas a dejar que Samuel se entere que te gusta usar ropa afeminada?" Redujo el tono de su voz.

Guillermo empezó a usar ropa ajustada el día en que sus padres lo rechazaron, Lanita lo había llevado de compras para tratar de distraerlo de alguna manera y el menor encontró un estilo de moda que le encantó. Desde ese momento cambió algunas de sus prendas por otras más ajustadas y cortas, compró algunos pares de zapatos nuevos. Se podría decir que innovó su guardarropa.

"¿Y si me ve como un raro?" La seguridad del menor se esfumó.

"Yo no creo que seas raro, opino que es mejor que se dé cuenta como eres en realidad. No temas ocultar tu hermosa personalidad." Lo animó Lana y le dedicó una sonrisa.

"Gracias" se abrazaron.

♦♦

Guille estaba afuera de aquel restaurante informal, había optado por algo sencillo, que no llamara mucho la atención pero que demostrara quien era. Un overol gris ajustado y una sudadera tipo crop top era lo adecuado para él.

No sabía si entrar y tomar asiento o seguir esperando hasta que diera la hora de reunión. Había estado tan ansioso y nervioso que su hora de llegada había sido 6:14 y habían quedado hasta las 6:30.

La gente que pasaba caminando delante de él lo miraba raro, no era muy normal que un hombre vistiera ropa como esa. Lo sabía y a veces despertaba dándole igual y otras le importaba mucho lo que dijeran de él. ¿Quién podía culparlo? Se había escondido ante sus padres por sus gustos demasiados años, lo habían humillado y echado de casa cuando se enteraron, era normal que un joven en desarrollo tuviera miedo después de que su propia sangre lo tratara de esa forma. Al menos tenía a Lana y Rubén que siempre lo apoyaban.

"Hola Guille, ¿Llevas mucho tiempo esperando?" Samuel apareció frente a él, por primera vez lo veía sin su uniforme, en ropa común y corriente. Un par de jeans y una camiseta de la misma tela, con eso se hacía ver tan imponente.

Dulce Agonía ||WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora