Epílogo.

746 85 62
                                    

"Samuel llegó en helicóptero al hospital y desde ahí me marcaron. Cuando recibí la llamada estaba en el departamento llorando, recuerdo haberle hablado a Lana que me encontrara en el hospital central y salí corriendo" Guillermo explicó. "Había una enfermera y le pregunté sobre el General que habían traído ella dijo que estaba en quirófano y tenía que esperar a que saliera. Estuve horas ahí."

Guillermo recordaba el horrible olor a medicamentos y desinfectante. Recordaba el dolor en su pecho de saber si Samuel estaba bien o qué tan grave estaba, incluso la enfermera se cansó de decirle que ella no tenía la información y él tenía que esperar hasta que el cirujano saliera y le explicara todo. Lana había llegado lo más pronto que pudo y acompañó a Guille en todo momento.

"¿Y que pasó después?"

"Pues... Cuando salió de cirugía después de 3 horas, me dejaron ir a verlo y cuando llegué estaba dormido. Cabe decir que pasé la noche ahí, cuidándolo. En la mañana Lana me trajo comida y me dijo que me fuera a casa, por supuesto que me negué y al poco rato despertó Samuel."

También recordaba haber llorado cuando le dijeron que tenía dos costillas rotas y un pulmón perforado, su cerebro se nubló y no escuchó el procedimiento médico que habían realizado (igual no es como que lo entendiera) pero el doctor pareció notar su  falta te atención y toco su hombro diciéndole que Samuel había salido de peligro y solo tenía que reposar un mes con las costillas vendas.

Cuando Samuel despertó, se inclinó a abrazarlo pero el mayor siseó de dolor, ambos se percataron de todas las vendas que tenía por el pecho y el torso por lo que simplemente acurrucó su cabeza en la mano de su novio y escuchó las palabras de consolación mientras seguía llorando.

Había estado tan cerca de perder a Samuel. No quería pasar por esa experiencia nuevamente.

"¿Y cuando llegaron a casa? ¿Que pasó?" La voz seguía curiosa. Guillermo sonrió ante esto.

"Lo cuidé bien, le dieron una incapacidad de 2 meses en la milicia y yo dejé mi puesto en la cafetería. Samuel no podía levantarse para no abrirse la herida y yo era su enfermero personal."

Por supuesto que no iba a contar las demás cosas que hacían cuando Samuel ya no corría el riesgo de abrirse la herida y sus costillas estaban completamente curadas. No necesita saber la intimidad que tuvieron en los dos meses en los que ninguno trabajó y se quedaban en el departamento solos.

Por supuesto Guille se fue a vivir con Samuel como excusa de que estaba herido y necesitaba cuidar de él. Al principio Lana le creyó pero cuando vió la cantidad de ropa que Guille se llevaba y aceptó que el menor había encontrado su camino con Samuel. Y eso hizo felices a Rubén y Lana, habían conocido el lado más vulnerable del adolescente cuando sus padres lo abandonaron por sus preferencias sexuales y estuvo varios días deprimido, les alegró que el menor hubiera recuperado su felicidad con la llegada de Samuel.

En el mismo año, Guille entró a la universidad para estudiar pedagogía, su sueño era enseñarle a los pequeños y convivir con los adorables e inocentes niños de primaria. Samuel lo apoyó al 100% ayudándole a pagar su matrícula y algunas cuotas que el trabajo en la cafetería no cubría. Había regresado a su antiguo trabajo y el gerente comprendía el horario universitario de su empleado por lo que le había asignado únicamente medio tiempo y cubría el horario nocturno de 5 a 9.

Samuel había regresado al cuartel y seguía siendo general de brigada, Guillermo tenía el miedo de que pudieran volver a mandarlo a uno de los tantos países en guerra y pudiera perderlo.

Años después Samuel volvió a salir, ahora fue a alguna parte de Asia, un pequeño lugar cerca de Afganistán para ayudar a evacuar a la gente y llevarla a un lugar más seguro. Guillermo volvió a llorar y a rogarle a Dios que le devolviera a su novio en una sola pieza.

Dulce Agonía ||WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora