¿Cuándo comenzaron a sentirse de esa manera?
Nadie lo sabía. Simplemente había pasado sin que nadie más fuera capaz de saberlo, simplemente habían comenzado a extrañar y ser extrañados en silencio, hasta el punto en que las emociones se desbordaron como arena entre sus manos y no pudieron callarlo más; luchando por esconder una emoción intrusa que no les era mínimamente familiar, una cuyo estampado no habían terminado por lograr reconocer.
Su primera confesión había sido gracias a un pequeño descuido azaroso en los inicios del último año escolar, ambos estando nerviosos y conmocionados en lo que se suponía era una simple reunión para realizar un trabajo en pareja, cuando por fin comprendieron que aquel hilo invisible que les había mantenido unidos por años se llamaba amor, uno que brotó desde lo más profundo de sus almas y se alimentó con cada pequeño gesto y vivencia hasta florecer de forma maravillosa.
Ninguno de los dos supo qué es lo que hizo nacer aquella flor, o desde cuándo comenzó a plantar sus raíces, siendo siempre la misma incógnita indescifrable. Ocasionalmente, mientras sus manos se entrelazaban en la oscuridad, dejaban caer varias hipótesis al aire para intentar esclarecer aquella duda, especialmente uno de ellos.
Quizá la atracción surgió desde que se vieron por prima vez. Quizá el punto de partida se estableció desde lo sucedido en el festival deportivo. Quizá comenzó durante alguna de las tantas aventuras y problemas que pasaron juntos en esos años. Ó quizá... Desde la primera vez que se atrevieron a dar un paso hacia el contacto físico real, tal como lo hacían ahora.Midoriya simplemente no podía dejar de acariciar el hermoso cabello liso de los colores con todo el cariño del que era capaz, haciendo que sus dedos se perdieran entre las hebras de tonalidades distintas para fundirse con su suavidad, dando ligeros masajes y jugueteando entre ellas como si estuviera tratando con un niño pequeño que exigía su atención de forma descuidada; y Todoroki por su parte presionaba suavemente las yemas de sus dedos contra las redondas mejillas de Izuku en un gesto insistente, haciendo trazos por el camino que las pequeñas pecas marcaban, uniéndolas a través de un trazo imaginario para formar constelaciones; esos pequeños puntos que siempre le habían encantado por su aire de inocencia.
Estaban tan prendados uno del otro que se veían casi incapaces de soltarse, sentados cómodamente sobre el suave tacto del futón en el suelo de la habitación del más alto.
No sabían cuándo comenzaron a ser tan cercanos.
No sabían cuándo habían empezado a llamarse por sus nombres de pila.
No sabían cuándo habían elegido sus habitaciones como el escondite perfecto para dejar salir sin pena todo lo que habían callado dolorosamente durante el día.
Sólo sabían que era una respuesta natural a aquello que sentían y lo que eso implicaba.Vivían en una sociedad que limitaba en gran medida muchos de sus anhelos. Una sociedad donde lo más importante era no sobresalir ni llamar la atención de ninguna forma, una sociedad estricta y pulcra; el estilo de vida Japonés asfixiante.
Dos chicos tomándose de las manos en público sería demasiado extraño, y aunque en general las personas podían ser tolerantes, no deseaban arriesgarse a ser discriminados, especialmente con las metas que ambos se habían establecido una vez que fueran reconocidos como héroes profesionales.Era agotador tener que guardar ciertas cosas bajo la tierra, profundo, escondido.
Pero al cerrar la puerta ambos eran libres y encontraban una escapatoria a aquellas ideas, creando su propia burbuja para olvidar todo lo que había detrás de esta.
Los labios de Shōto buscaron los de su compañero, paciente, atrapándolos contra los suyos de forma suave, siendo totalmente correspondido al momento por el dulce chico de cabello verde; los brazos llenos de marcas abandonaron su misión inicial para envolverse al rededor de la cintura ajena con clara intención de dejarlo en un abrazo sin escape.
Sus ojos estaban cerrados, sus labios formando pequeñas sonrisas discretas cada vez que podían. Eran felices de esa forma, querían serlo.
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「El secreto entre los dos」 【One-Shot】「Dekutodo」
Fiksi PenggemarPorque cuando el amor no puede mostrarse a la luz del día, no queda más que encadenarse al voto silencioso de algo que nadie debe saber.