La oxitocina en nuestra vida social

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La oxitocina en nuestra vida social

La oxitocina es la hormona de la sociabilidad y la confianza. Se segrega oxitocina en diversas situaciones de la vida social: una comida agradable, una conversación, durante un masaje... La resiliencia, que es la capacidad de adaptarse y fortalecerse a pesar de sufrir experiencias muy estresantes, tiene mucho que ver con la facultad de segregar estas hormonas del bienestar.

También favorece el desarrollo de los vínculos afectivos y sexuales placenteros. Hay un pico de liberación de oxitocina y endorfinas importante en el momento del orgasmo.

Además, la oxitocina tiene la capacidad de producir empatía; nos da la oportunidad de reconocer las emociones de los otros y responder afectivamente.

[...]


—Matteo, creo que tenemos que hablar...

— ¿Crees?

—Es, es algo complicado para mí —se quejó la mexicana—. Pero últimamente he estado pasando por muchas emociones y, la presión de mi familia. Que me siento desorientada, es decir, ya no sé qué pensar. Por momentos siento que nuestra relación va sobre ruedas; nos entendemos a la perfección y, sabemos muy bien cuáles son nuestras metas y ambiciones, nos apoyamos y luchamos por cumplirlas, pero, a veces siento que me quedo estancada. No contigo, contigo me siento muy bien, eres asombroso y cuando estamos juntos sé que nada más debe importarme; sino con lo que tenemos... que deberíamos contemplar otros "objetivos"... hemos sido muy claros con el otro, ninguno de los dos quería casarse, ninguno se siente listo para dar ese paso y, estoy aliviada de que tu pienses igual que yo acerca del matrimonio y los hijos. Pero siento que, no es lo ideal, quiero, quiero decir, que no tengo ningún apuro, en serio, pero te digo esto porque confío plenamente en ti y sé que me vas a entender porque, la honestidad es eso que nos ha mantenido juntos hasta ahora... yo, intento decirte que, aunque me encanta el ritmo que lleva nuestra relación, de verdad, y aprecio mucho tu esfuerzo por recuperar lo que teníamos antes de terminar yo... creo que, nada cambiaría si tenemos hijos ahora o en 5 años, ¿me entiendes? La vida no se hizo para planearla, sino para vivirla. Y yo creo firmemente que, casados o no, con hijos o no, , eres mi persona y, nada va a cambiar eso.

— ¿En serio quieres tener esta conversación? —preguntó el italiano lleno de molestia,

—Sí, ESTAMOS teniendo esta conversación.

—No, TÚ, quieres tener esta, yo no estoy dispuesto a tenerla. Y puedes conversarlo sola, porque no quiero ni pienso tener esta conversación de aquí a 8 años o más.

—Vaya —replicó ella con un suspiro—. Me encantó que fueras honesto, aunque no era lo que esperaba oír. Pensé que me apoyarías.

—Emilia, ¿hijos, matrimonio? Ni siquiera nos hemos graduado...

—Sí, pero. No me entendiste, yo solo pienso que no hay necesidad de un plan, y si tiene que pasar, pasará. Matteo, no te estoy pidiendo un anillo, mucho menos un hijo... solo, te estoy pidiendo que, lo reconsideres.

—No hay nada que considerar, te dejaste meter ideas de tu loca familia.

— ¿Mi loca familia? ¡¿Perdón?! Creo que es el miedo al cambio el que habla por ti, no tu lado razonable —rezongó Emilia—. No estoy loca, yo te vi cargando a Valeria y como jugabas con el pequeño Pedro y, mi corazón supo que, no importaba cuando, en cualquier momento YO también querría ser madre.

· O X I T O C I N A · #SagaNeuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora