La hormona de la sociabilidad entre especies

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Oxitocina, la hormona de la sociabilidad entre especies

Las personas que comparten parte de su vida con un perro están convencidas de la singularidad de esta relación fundada en una lealtad incondicional. Pero, tal como ocurre con la comunicación entre el gato y las personas, también existe una explicación científica para la misteriosa alquimia entre el perro y su dueño, donde juega un papel fundamental a la oxitocina. De acuerdo con los resultados del estudio elaborado en la Universidad de Azabu, en Japón, sólo basta una mirada entre cuadrúpedo y amo para elevar en ambos los niveles de esta hormona.

Los gestos de cariño y las miradas llenas de significado son sólo algunos de los acontecimientos que estarían regulados por la hormona humana de la oxitocina. También conocida, de manera popular, como la "hormona del amor", ésta tiene el mérito de fomentar la sociabilidad entre individuos de la misma especie, y más allá, asegurando tanto una sensación inmediata de satisfacción personal como el cuidado eficiente de los bebés para contribuir a la supervivencia de las especies.

[...]


—Entonces Delfina se ha estado escondiendo en la casita de juegos —murmuró Ámbar, a lo que su esposo dijo que sí con la cabeza—. Y Pedro, querido, quieres que las chicas y yo la llevemos de Spa.

—Se ha estado encargando de la administración de los gimnasios en mi lugar, y con el niño caminando de aquí para allá cuando llega a casa. Se siente bajo mucha presión...

—Tu armaste la casita para justificar que los dos trabajan.

—Y vos seguís siendo un esposo desconsiderado y mandón —agregó la rubia.

—Pero un buen padre, eso si —refutó Pedro—. Entonces, cuando ella me reproche algo yo le diré, vos te escondías por noches seguidas en la casita de juegos mintiendo acerca de salidas tardadas del trabajo.

—Al menos no tiene una aventura —apoyó Simón.

—No puedo contra esa lógica —se quejó el argentino.

—Al diablo, no voy a rechazar un día de Spa por que vos querés usar tu cartucho de esposo herido y chantajeador —dijo Ámbar, culminando la conversación.

Pero Pedro, aun teniendo un haz bajo la manga dijo: — ¿Y no te asusta dejar solo a Simón con las bebés?

—Olvidenlo, ¿para cuando quieres tu fiesta de divorcio? —sonrió ella.

— ¡Hey...! —esta vez fue el turno de quejarse del mexicano—. Son mis hijas, puedo cuidar de ellas.

—Ah, ¿sí? ¿Dónde están las niñas? —preguntó Ámbar.

—En su cuarto —replicó él.

—No, Emilia las está cuidando —dijo ella haciéndolo dudar.

—Claro que no, Emi está comprando hornos industriales para su resposteria, no es un ambiente seguro para bebés.

—Entonces están en la guardería —sugirió su esposa.

—No las tenemos inscritas en ninguna guardería —Simón frunció el ceño.

— ¡Bravo! Prueba superada mi amor —la rubia felicitó a su esposo con un beso en los labios—. Pedro, más te vale que el Spa incluya todos los tratamientos, esto no te saldrá barato.

—Intenté hacerlos pelear y solo gané una cuenta del tamaño de un numero de teléfono en mi estado bancario —Ámbar se rió malvadamente.

· O X I T O C I N A · #SagaNeuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora