메리 크리스마스!

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¡Era navidad!

Habían despertado por la mañana y habían corrido escaleras abajo para ver sus regalos bajo el hermoso árbol de navidad. Los ojos les brillaron cuando vieron los paquetes envueltos en papel regalo.

—Este año recibo mis muñecos budús —aseguró Kyungsoo con una sonrisa.

Los demás no se hicieron esperar y empezaron a leer los nombres en los paquetes. Si no era para él lo lanzaban lejos.

—¡Sí! —gritó Chanyeol.

Todos voltearon curiosos y se acercaron para ver su regalo. 5 pares de chanclas Adidas. No eran las 10 que pidió, pero estaba satisfecho.

Los demás se apresuraron a buscar el suyo para ver lo que Santa (aka: sus padres) había traído para ellos. LuHan sabía que no iba a llegarle el novio que pidió, así que estaba aún más curioso.

A los pocos minutos, cada uno encontró su regalo y lo abrió rasgando el papel. Algunos no consiguieron lo que pidieron, pero consiguieron algo que los hacía igual de felices. Todos estaban satisfechos, menos LuHan.

No había encontrado un paquete con su nombre. ¿Sus padres no le habían comprado nada? ¿Había sido un mal hijo?

Sus hermanos vieron el dulce puchero de LuHan y se dieron cuenta que no había un regalo para él. —Tal vez el tuyo es demasiado grande para entrar a la casa —lo animó Tao.

Sus padres eligieron ese momento para bajar. —Buenos días, niños —saludó SuHo —Y Feliz Navidad.

Kris abrazó a cada uno y les dio un beso en la cabeza mientras SuHo servía el desayuno. —¿Qué les trajo Santa? —preguntó Kris.

Los chicos empezaron a gritar y mostrar sus nuevas cosas. LuHan se encogió detrás de ellos y revisó debajo del árbol de nuevo. No había más cosas.

—Papá —llamó a Kris. —¿Fui malo? —preguntó inocentemente.

Kris pidió un poco de silencio de sus hijos y se acercó a LuHan con una sonrisa. —Claro que no, cielo. De hecho, fuiste el más obediente este año. —antes de que LuHan pudiera preguntar o decir algo, acarició su pelo con suavidad —Tenemos tu regalo afuera.

—Juro por Dios, si le compraron un coche me voy a infartar —dijo Kyungsoo.

LuHan corrió a la puerta con sus hermanos detrás y la abrió desesperado. La nieve cubría el patio delantero, pero imposible no ver ese papel verde y rojo en medio. Sonrió divertido porque sabía lo que era por la forma. Corrió descalzo hasta ahí, sin importar la nieve y el viento helado.

Rasgó el papel tan rápido como pudo y sonrió cuando vio el rostro sonriente de SeHun, un poco roja por el frío. SeHun terminó de quitarse el papel regalo y rodeó la cintura de LuHan.

—LuHan —dijo —¿Quieres ser mi novio?

LuHan lanzó un gritito emocionado y asintió muchas veces. —¡Sí!

Sus hermanos hicieron arcadas falsas desde la puerta. SeHun besó la frente de LuHan y después sus suaves y frías mejillas. Cuando notó a LuHan temblar violentamente, bajó la mirada y se encontró con sus pequeños pies descalzos enterrados en la nieve. Rápidamente lo levantó en sus brazos y lo llevó hasta la casa.

—No debiste salir así, LuHan —regañó.









Y así había sido cuando SeHun se lo pidió. LuHan aún lo recordaba con claridad y felicidad. Había tenido un resfriado horrible después de eso, pero nadie ni nada podía quitarle la sonrisa del rostro. Además, SeHun había ido a cuidarlo también.

Era navidad de nuevo, pero este era su 7mo aniversario. Había sido un largo y duro camino, lo admitía, pero había valido cada segundo. Habían tenido peleas, e incluso se habían separado por unos días. Ambos pensaron que había acabado, pero unos días después, ambos salieron a buscarse como desesperados.

Sus hermanos aún hacían caras de disgusto cuando veían a SeHun, pero lo hacían sólo para burlarse. Estaban acostumbrados a SeHun. Sus padres los habían hechado de casa cuando cumplieron 20, pero no sin darles su apoyo a la hora de buscar un lugar cómodo o cuando necesitaban un poco de dinero.

Con 22 años, LuHan iba a la universidad y vivía en un apartamento con sus hermanos. En realidad, tenían dos apartamentos para que los 9 entraran cómodamente. No habían podido separarse como sus padres esperaban, así que les permitieron vivir juntos. SeHun vivía frente al apartamento de LuHan con su compañero. Así que se veían todo el día.

Todos estaban reunidos en la mesa para navidad. Sus padres habían hecho una deliciosa cena y todos estaban listos para comer todo lo que podían.

SeHun no podía pasar la navidad con ellos porque tenía su propia familia, pero se encontraría con LuHan al día siguiente. Estaba bien para ambos. Separarse un poco los hacía sentir más ansiosos de verse la próxima vez.


Cuando se vieron al día siguiente, SeHun trajo un pequeño regalo para LuHan. Eran brazaletes de plata, hermosos.

—Uno es para ti y otro para mí. —le explicó —Serán hasta que pueda poner un anillo en tu hermosa mano.

LuHan quitó sus lágrimas y tomó la más grande. —Yo te la pongo —ofreció. SeHun asintió y le extendió su mano.

Luego tomó la otra manilla y se la puso a LuHan, la aseguró con un destornillador de plata que venía con los brazaletes. —Está bien, así me aseguro de que nadie piense que estás libre. No soy tu dueño, y no quiero serlo. Quiero ser el amor de tu vida, quiero que me escojas antes que a cualquier otro.

LuHan rodeó el cuello de su novio con sus brazos y lo obligó a inclinarse —Lo eres, Oh SeHun. —susurró cerca de sus labios —Eres y siempre serás el amor de mi vida. Si alguna vez nos separamos por mucho tiempo, asegúrate de recordarte a ti mismo que yo soy el amor de tu vida. Yo haré lo mismo.

Sus labios se juntaron con suavidad y amor. Ambos saboreaban el mismo sentimiento en los labios del otro. No habría ningún otro par de labios que los hicieran sentir de esa forma. Nadie movería su mundo como lo hacía el otro.

—¡Qué pinche asco! —escucharon gritar a Kyungsoo —Ya basta, por Dios.

SeHun y LuHan sonrieron en el beso y se separaron lentamente. —Te amo, Wu LuHan. Te amo como nunca amaré a nadie.

—Te amo, Oh SeHun, amor de mi vida.





—Estoy seguro de que moriré de diabetes real cuando al fin se casen —se quejó Jongin.

—¡Idiota! —le gritó Baekhyun —Si dices que se casarán con tanta seriedad, en serio pasará.

—Créeme, Baek —interrumpió Lay —Eso ya está predicho, no puedes evitarlo.

Los demás hermanos asintieron de acuerdo y resignados. —Estamos condenados a esto, Baek —concordó Kyungsoo. —Debemos superarlo ya.




SeHun y LuHan se besaron una vez más antes de dejar descansar a sus hermanos. Podían mimarse más tarde. De hecho, tenían toda una vida para mimarse.














Fin.





Lloranding...

¡Feliz Navidad!

Espero que lo hayan pasado hermoso ❤️❤️

Como les dije, esta historia acabaría en Navidad 😊😊❤️

Gracias por todo su apoyo, como siempre. Las amo demasiado.


JLH ❤️



Ocho hermanos, un primer amor ~HunHan~ // Especial de NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora