Capítulo 1 Ara

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"Soy un ser del Cielo y de la Tierra, de truenos y relámpagos, de lluvia y viento, de las galaxias."

No suelo dormir temprano, suelo quedarme despiertas viendo las estrellas, ver cada de una e imaginar tocarlas con las puntas de mis dedos, que me puedo alejar de todos mis problemas, bailar con ellas al son de música de una noche.

Esa noche dormí temprano, el dolor de un corazón me hizo hacerlo, me giré hacia la derecha de la cama y busqué en la mesita de noche mi teléfono, eran las 2:34 am. Levanten un poco mi mirada a mi ventana, pequeños rayos de luz de la luna se asomaban por las cortinas color azul cielo. Me levante lentamente y camine a la ventana, abrí un poco la cortina dándome paso para abrir la ventana, me senté en la orilla; mire hacia el cielo, ese madrugada era diferente como lo otros días. Estaba total oscuridad, de un color negro, las estrellas brillaban a su máximo esplendor.

-Que hermoso- exclame en voz baja, en ese momento me imaginé que escapaba con ellas, yendo entre las nubes donde la brisa tocaba con suavidad mi piel; llego el recuerdo de ese día; una pequeña lagrima apareció y bajó lentamente sobre mi mejilla, deje que bajara.

Sentir ese calor sobre mi mejilla me hizo volver del trance en el que me encontraba. Agradecí a la lágrima.

Sabía que en unas horas debía de ir a la universidad, ignoré eso y me quedé una hora más mirando las estrella. Una de las estrellas llamo la atención, no brillaba como la otras, su luz era apagada a comparación de las otras y era pequeña.

-"Mi Pequeña Akira, no llores más. No estás sola estamos contigo siempre." - Me sobresalto escuchar eso, giré rápidamente hacia la puerta, se encontraba cerrada, busqué en mi cuarto con un poco de dificultad por la oscuridad de esta, vacío, miré abajo hacia el jardín y nada.

-"No tengas temor, Akira. Poco a poco nos vas a conocer."- De nuevo lo escuche, respire profundo.

-Esperó conocerte. – Fueron mis últimas palabras que dije antes de regresar a mi cama y volví a dormir.

Al despertar recordé las frases de aquella madrugada, ¿Quién será? ¿Por qué no puedo verlo y solo escucharlo? ¿Será que lo imagine? Un pequeño toque a mi puerta hizo que llevara mi mirada hacia esta.

-Buenos días, Akira, ¿todo bien?- Me hermano se asomaba con una gran sonrisa de oreja a oreja, al observarme, hizo una mueca de confusión.

- ¿Otra vez dormiste tarde?- Se puso a un lado de la cama con los brazos cruzados con una cara de confusión.

-Lo siento mucho, no conciliar el sueño, no volverá a pasar Takeshi. - Salí de la cama, me dirigí para el armario para buscar lo que me pondría para la universidad.

-¿Lo prometes? - Takeshi se interpuso entre el armario y yo, lo miré.

Esos grandes ojos color almendra oscuros, y sus labios formando un línea. Sabría que diría eso, siempre prometía que iría a dormir temprano para después volver con mis desveladas.

-¿Sabes que no lo voy a prometer? - Lo observe fijamente sin bajar la mirada, su cara se suavizó, pero de buena manera, sino una mirada de vencido.

-Si, lo se. Pero lo hago porque aún tengo la esperanza que lo prometas y lo hagas. Ya estas grande Akira. - Se quito de mi camino y se dirigía hacia la puerta.

-Si no te apresuras llegarás tarde. -Dijo sin mirarme, caminando hacia la salida de mi habitación.

Posiblemente soy un caso perdido, pero seguiré haciendo caso a mi hermano mayor.

Takeshi está haciéndose responsable de mi desde que mis padres se divorciaron. No he sabido de ellos desde hace mucho tiempo. Desde el divorcio ellos quisieron reiniciar sus vidas, como si nunca estuvieran casados y ni hubieran tenido hijos.

Una carta de estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora