VII

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Mañana. Misma rutina. Y cada vez, menos ganas de ir a ese lugar, con personas que no socializo y que tampoco pienso hacer. Con materias que no me interesan.

Mientras lavaba mis dientes, pensaba en el porqué, ____ insistía tantas veces últimamente en querer que pase tiempo con ella y sus amigos. No me caía mal o algo por el estilo, es sólo que no me dan ganas de salir de mi zona de confort.

Ya estoy bastante acostumbrado a estar en plena soledad y no sabía que era salir con amigos, compartir momentos, chismes, secretos y demás.

Mi madre siempre trataba de "alentarme", por así decir, para que pueda pensar en salir de mi bella cueva. Mi habitación. Tengo todo lo que nesecito en mi casita y salir de aquí, me parecería una estupidez, mucho menos saldría para conocer gente.

Lamentablemente, ya debía bajar a desayunar para no llegar tarde y que mi madre no me regañe por eso.

Entrando a la cocina, me encontré con la mujer mayor a cargo de esta humilde casa y agarré mi vaso de leche, con dos rodajas de pan, algo viejas, tostadas. No era el mejor desayuno de todos, pero aprendí a no quejarme con los años.

Fui a la mesa del comedor para sentarme y disponerme a comer. Mientras, miraba como mi madre hacia labores de la casa desde temprano y se notaba con cansancio, también se quejaba de a tanto, de su dolor de espalda que llevaba hace días.

Ella era la mujer más fuerte que pude conocer.

Hacia todo lo que podía, para que nos encontremos bien o podamos pasar un día con comida. Desde que mi padre nos abandonó desde que era pequeño, las cosas se nos complicaban mucho. Cada día que pasaba ella, era uno pensando en, ¿tendremos para comer hoy?, ¿cuando podré pagar mis deudas?, ¿podré durar bastante tiempo en un empleo?.

Tiene tres empleos y es mucho para alguien, a eso se deben sus dolores corporales, de los cuales trato de que se le pasen, haciéndole algunos masajes como podía.

Con todo lo que debía pagar, nesecitaba mucho dinero y por eso también, vivíamos a base de ramen, que era algo económico, tratábamos de ahorrar en luz, gas y demás. Yo le decía que podría trabajar para ayudarla un poco y dejar mis estudios; pero se negaba completamente.

Mi relación con mi padre, era inexistente, no sabía de su paradero, ni número de teléfono. Nada que se relacione con él. Ni siquiera seguía llamándolo padre, no se lo merecía.

Mi madre no me contó porque él nos abandonó, pero haya sido por lo que haya sido, no puedo perdonarlo.

Dejé lo que había usado para comer, en el lavavajillas y fui a buscar mi bolso e ir a la bendita escuela, una vez que la saludé.

Coloqué mis audífonos en mis oídos y me dejé llevar por cada verso que escuchaba. La música era algo que no podía faltarme y no me imaginaba un día sin ella. Me hacía sentir bien y alejaba mis problemas por un rato.

También escribir canciones me ayudaba a liberar mis pensamientos y sentimientos, de alguna forma tenía que hacerlo, ya que no tenia a nadie con quien hablar, personalmente. Cada vez que sentía las ganas de desahogarme, solía publicar cosas en Twitter.

En esa red social, me sentía comprendido y podía llegar a hablar con personas que se sentían como yo.

—◇

Me encontraba con mis compañeros, guardando cada una de nuestras cosas para poder irnos, a casa.

En todo este día, ____ no ha venido a pedirme si quería pasar el día con sus amigos y eso me pareció raro. No se porqué, pero por un lado, esperaba que ella lo hiciera.

Luego de cruzar miradas con ella, salí de mi respectivo salón, con mis audífonos puestos y me fui de la escuela para comenzar a ir hacia mi casa. Pensaba y miraba las calles, edificios, negocios, gente.

¿Todas estas personas, sufrirán igual que Yo? ¿esconden dolores? ¿se sentirán solos?, no lo sé, pocas preguntas para muchas respuestas.

Suspiré cansado con mis ojos cerrados y parado delante de la puerta de mi casa. Buscaba las pocas llaves que tenía, tiradas dentro de mi bolso como siempre y frustrado, cuando mi intento fallaba, terminando dos minutos buscándolas.

Una vez cerrada la gran madera y busqué a mi madre con mi mirada, esperando a que se encuentre en casa, lo cual, sabía que eso no iba a pasar. Teniendo tres trabajos, solamente la veía a la mañana y para cuando ella llegaba, yo ya estaba durmiendo.

Me ponía triste saber eso y no compartir tiempo con ella, ni una comida o mínima charla, nada.

—ya debería de haberse hecho costumbre para ti, estar solo...siempre sólo... —susurré para mi.

Siempre hablaba sólo, ¿qué esperaban, de alguien sin vida social y encerrado en su cueva mirando animé?

Me dirigí a mi habitación sin cerrar la puerta y tiré mi bolso a una silla, acostandome en mi no tan cómoda cama. Mis hombros me dolían desde hace dos días y sentía varios nudos en mi nuca, trataba de hacerme masajes, pero el dolor no se iba.

Decidí sentarme y agarrar mis cuadernos para empezar a hacer las tareas que me habían dejado, antes de quedar dormido sin darme cuenta.

~🥀~

—¡llegué mamá! —grité entrando a mi casa y cerrando algo fuerte por la corriente de aire, así que, fue sin querer. Perdón mamita querida, por hacerte la puerta giratoria.

Comencé a buscarla con la vista y cerré mis ojos al oler el rico aroma, proveniente de la cocina. La comida de mi madre era deliciosa y la amaba, pero adoraba que se huela por la casa. Mi estación favorita es el invierno, ya que además del frío, la sopa caliente y sabrosa de mamá, lo hacía perfecto.

—¿cerraste niña? —me miró levantando sus cejas y revolviendo la olla.

—emm, creo que no del todo bien y tal vez quedó abierta —dejé un beso en su mejilla y cuando fui a dejar mi bolso en la silla, la mujer adulta me frenó.

—llévalo a tu habitación —tiré mi cuello hacia atrás quejándome —no te cuesta nada, lo dejas ahí y bajas de nuevo a comer hija

—está bien... —susurré y agarré mi bolso para ir a hacer lo que me había ordenado. Lo hice lo más rápido que pude y así poder comer de una vez, ya que tenía hambre.

Mi madre me dejó el plato en frente de mío, con mis palillos y una cuchara. Mientras comía, ella me hablaba lavando todo lo que había usado para prepararme el almuerzo.

Sinceramente, no le estaba prestando tanta atención, ya que estaba perdida en mis pensamientos.

Más que nada, en el momento cuando HyunJin cruzó su mirada con la mía, como si quisiera algo y había visto que estaba a punto de hablar, en el instante en abrir su boca, pero al parecer se había retractado y se fue del salón.

Hoy no había ido a insistirle en ningún momento, que pase el día con nosotros y llegué a la conclusión, de que tal vez a él le puede molestar que le insista siempre.

Cuando él ponga algo de su parte y quiera intentar dejar estar solo, que se acerque a mi o me mande un mensaje. Con gusto lo ayudaré siempre.

I Can Wait For You▪↱Hwang Hyun Jin y tu↰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora