Colección Oneshots Marvel: Marvel Christmas

Everstrange/Rosstrange

24 de diciembre

– ¿En serio Everett? ¿Realmente debo usar ese sweater espantoso? – preguntó Strange mientras hacía una mueca, no se podría por nada del mundo aquella aberración.

– Cállate Stephen y ponte la mandita cosa, es una tradición – explicó el agente mientras se pasaba las manos por la cara frustrado, su novio podía ser un grano en el culo.

– Ross tu ni siquiera eres cristiano ¿crees en Dios si quiera? Además ese tal Jesús no nació en diciembre, según algunas investigaciones históricas nació entre marzo y . . . - no pudo seguir hablando porque en ese momento el agente le puso una mano en la boca y lo miró enfadado, pero el ex médico en vez de espantarse lo que hizo fue pasar su lengua por la mano de su novio, haciendo que este la quitara y lo mirara con asco – Ay Ross, te he lamido cosas peores que tu mano – con su comentario sólo consiguió un golpe en las costillas.

– Stephen eres exasperante, no se puede intentar nada contigo. Maldito idiota, vete a la mierda – gritó el más bajo y salió de la habitación dando un portazo, dejando el doctor Strange confundido, sin entender que diablos había pasado, se quedó algunos minutos en la nada y realmente no podía llegar a ninguna conclusión fue en ese momento que decidió recurrir a sus poderes.

– Mierda Stephen, usa las malditas puertas – le gritó Christine cuando su exnovio se le apareció en la sala de descanso del hospital, la mujer pensaba dormir algunos minutos luego de dos extenuantes cirugías y el idiota de Strange venía con preguntas más que obvias – cariño – fue sarcástica – no te pienso ayudar, deduce tu solito porque Ross se fue, usa tu cerebro – le dio unos golpecitos en la cabeza y luego lo empujó fuera de la habitación, necesitaba dormir.

Su siguiente parada fue la mansión Stark, de seguro alguno de los vengadores le podría dar una mano, aprovechó que muchos superhéroes estaban viendo una película en el salón, para expresar ante todos sus problemas. Algunos se golpearon la frente y otros estallaron en una carcajada, el doctor Strange los quedó mirando aún más confundido que antes.

– Eres un grandísimo idiota – esa fue Natasha, quien de paso le aventó algunas palomitas por la frente.

– Tío, es obvio lo que el tío Ross – Parker rodó los ojos y siguió concentrado en la película.

– Stephen eres un imbécil, tendrás que hacer mérito para no dormir en el sofá – este fue el comentario de Tony Stark.

– Doctor Strange, disculpe a mi hijo y a mi esposo – le dedicó una severa mirada a Tony, quien levantó los hombros y siguió viendo la televisión – venga conmigo, vamos por una cerveza y conversamos la situación.

– Oh Capitán gracias, eres el mejor, realmente fantástico – comenzó a alabar Strange.

– No mires tanto a mi hombre – ahora recibió las palomitas de Stark y decidió huir cuanto antes del lugar.

Horas más tarde estaba pensando en todo lo que había hablado con el Capitán América, realmente se sentía un grandísimo idiota, por primera vez su novio quería hacer algo distinto, hacer algo de parejas, algo que el mismísimo Doctor Strange le había pedido más de una vez. Quizás era su momento de actuar, de conseguir que la relación siguiera a flote.

Fue al centro comercial, había olvido lo horrible que era visitar esos lugares, tanta gente y ruido lo estaba mareando, pero decidió seguir adelante y acompañado de un carrito de compras, comenzó a leer distintas bolsas y paquetes. Cuando llegó a su hogar, comenzó a poner las luces por todas partes, estaba seguro de que de noche se vería deslumbrante.