Capítulo 34

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Mis manos treparon por su pecho hasta llegar a su nuca, donde quedaron estáticas, realmente me había sorprendido. Sus manos, al contrario, impartían poderosas caricias tanto en mi cuello como en la parte baja de mi espalda. Sus labios se mezclaban con los míos compartiéndome el exquisito sabor del chocolate que anteriormente había probado, pero, sin duda alguna, esto era mejor que el que había sacado de la comisura de sus labios. Era tan intensa su manera de besar, me robaba por completo el aliento, tanto que mi pecho se expandía y contraía rápidamente tratando de recuperar entre besos el oxígeno perdido.

Su lengua se introdujo de abrupto en mi cavidad, cosa que sinceramente me fascinaba. Su carnoso y dulce miembro rozándose con el mío era una sensación tan placentera.

Me estrujaba entre sus brazos ¡Dios! Quería gritar para liberar todo el éxtasis que comenzaba a acumularse en mí. Finalmente reaccioné, ¡me estaba besando! ¡Me había detenido para besarme!

—Eres tan necia— susurró entre besos, mientras bajaba por mi mejilla con dirección a mi cuello.

—Y tú tan testarudo…— eché mi cabeza hacia atrás, dándole un mejor acceso a sus besos y leves mordidas. — ¿Por qué no admites que te encanto?— enderecé mi cabeza y él regresó a mis labios.

Avanzaba lentamente, por ende yo retrocedía hasta que llegó un punto en el que no había escape. Estaba aprisionada por su cuerpo y la barra. Sus manos vagaban por todo mi cuerpo, por mi espalda, cintura, cadera, glúteos.

Ni la más mínima brisa de aire pasaba entre nosotros —Admítelo, Louis— dije en un suspiro, ya que había regresado a mi cuello.

—Me encantas…— su mano comenzó a entrar por debajo de mi vestido —…Para una noche— mi temperatura interna de cuarenta grados prácticamente bajo hasta menos diez, era un imbécil.

—Eres un idiota, Tomlinson— lo empujé fuertemente y el sólo me miraba divertido.

—Idiota no— sonrió —Sincero, sí.

—Por favor, Louis, lo que menos tienes es sinceridad— rodé mis ojos antes de sacarle la vuelta y salir de la cocina.

— Hace unos segundos te morías por besarme ¿y ahora soy un idiota? — caminaba tras de mí.

—Sí, un idiota con todas las letras— afirmé tomando mi bolsa que estaba en uno de los sillones de la sala —Tienes que arruinarlo todo con tu actitud de ‘Ohsoyelmasmaloyrudodeluniverso’— dije molesta.

—Y tú siempre tienes que arruinarlo con ‘Soylamashermosadelmundoámameomuerete’— dijo sujetándome del brazo obligándome a voltearlo a ver.

—Por favor, Louis— dije irónica — ¿Cuándo te he dicho eso?— reprimía todas mis ganas de gritarle, sólo por Anna y Jared no lo hacía.

— ¡Todo el tiempo!— alargó levantando sus manos —Sólo estás pensando en ti, solamente piensas en lo que te beneficia a ti, sólo piensas en que estúpido vestido rosa usarás mañana. — Su mirada se clavaba en la mía —No sólo por ser ‘Linda’ puedes conseguir todo lo que se te antoja. — estaba ahora igual o más exaltado que yo.

— ¡Cállate, Louis!— le dije roja del coraje —Tú no sabes absolutamente nada de mí y mucho menos sobre lo que pienso, así que…

—Oh, claro que sí sé— afirmó con una amarga y fría carcajada —Así como tú afirmas saber mucho sobre el ‘Verdadero Louis’— hizo comillas con sus dedos —Yo también puedo saber mucho de una persona con tan sólo verla— me soltó el brazo bruscamente antes de darse la media vuelta.

—A ver, quiero escucharte…— le reté —Quiero escuchar qué es lo que crees saber de mí…

—Sé que…

— ¡Louis! ¡Llegaste!— la pequeña Anna llegó interrumpiendo nuestra ‘pequeña’ discusión. —Tini nos ayudó a hacer un pastel— dijo con emoción — ¿Quieres verlo?— preguntó mientras era elevada en los brazos de su hermano.

—No sólo quiero verlo— le contestó serio mientras caminaba hacia la cocina.

Sin siquiera decir nada me di la media vuelta y caminé hacia la puerta.

*

Se escuchó cerrarse la puerta principal. Se había ido.

— ¿Qué le pasó al pastel?— preguntó Anna formando una ‘o’ con sus labios.

—T-Tenia hambre preciosa— confesé.

— ¡Louis!— alargó riendo — ¡Tini!— gritó volteando hacia la entrada de la cocina esperando que cruzara la puerta —Tini, Louis se ha comido el pastel— se retorció en mis brazos para lograr que la bajara y así lo hice. Salió de la cocina y aproveché para tomar un trozo más. — ¿Por qué se fue?— preguntó con tristeza entrando nuevamente a la cocina —Ella dijo que se quedaría a cenar con nosotros— se subió a uno de los bancos, cruzó sus brazos y se recargó en la barra. ¿Tanto le agradaba?

—Hola, Louis…— saludó Jared entrando a la cocina. —Hey ¿Y Tina?— ¿Pero qué?

*

— ¿Dónde estuviste todo el día?— ¿Desde cuándo le interesaba?

—No creo que te interese y hoy no tengo ganas de ser ignorada al momento que comienzo a hablar— dije cortantemente sin detener mi caminar hacia las escaleras.

—Tina, ven ahora mismo— ordenó y sin duda alguna hice caso omiso. — ¿Qué no tienes celular? ¿Qué no puedes dedicar tres minutos de tu tiempo para avisarme dónde estarás? Estuve preocupada— mentira. Seguramente recién se había dado cuenta de que no había estado en todo el día en la casa.

—Si tengo celular, pero si el tuyo no estuviera ocupado todo el día, si en tu oficina te pasaran mis llamadas y si aquí tuvieras el tiempo para responderlo… lo haría— me detuve sólo para aclarar las cosas —Y no me digas que estuviste preocupada… si en realidad lo estuvieras, no llevarías ese vestido de fiesta.

—Tengo una importante cena…

—No pierdas tu tiempo explicándome, me da lo mismo— cualquiera pensaría que soy la peor, pero a ella no le interesa en lo más mínimo. Ya había dicho antes, lo que daría por que alguna vez me regañara o castigara. Pero ni para eso me dedica un poco de atención.

Me, Myself & I (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora