Capítulo 1: Despiertate imbécil.

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Narra ____ Smith.

Había sonado el despertador, eso indicaba que era hora de levantarme con una gran sonrisa, la cual ni se molestó en salir, e ir al odiado instituto. Lo único que me gustaba de él es que podía estar con mis amigos dando por culo a algunos pringados, y eso me divertía. Normalmente no estábamos todos juntos, a veces estaba con Zayn, un chico que se las daba de malo pero en realidad era un jodido encanto. Otras con Liam, él era mi mejor amigo y siempre, y digo siempre podía contar con él, aunque a veces se parecía a mi padre y se pasaba de sobreprotector, pero eso me hacía amarlo aún más. Otras veces estaba con Louis, ese chico era constantemente una fiesta, no sabías con qué gilipollez te saltaría esa vez. Y otras veces, pero no menos importantes para mí, estaba con Niall, ese chico era súper adorable, sus ojos azules decían más cosas que un cuadro de Picasso. Aunque apenas mantenía conversación con él, al igual que con Louis. Me llevaba mejor con Liam y Zayn pero aún así Niall me caía muy bien, y agradecía su compañía.

Me levanté de mi amada cama y me acerqué al armario, cogí una camiseta con el logo de batman, sabía que a mi mejor amigo le gustaba y me agradaba ponerme ropa de su gusto. Cogí unos vaqueros ceñidos de color negro, según los idiotas de Niall y Louis me quedaba bien ese color, ¿por qué no hacerles caso? No tenía más ganas de partirme la cabeza buscando ropa así que pillé mis vans negras, las acomodé en mis pies. Alcé mi mochila a mi hombro y bajé a desayunar.

Como de costumbre ya no había nadie en casa solo una nota que ponía:

Buenos días hija, tómate el zumo de naranja y disfruta de tu día de clase.

Al parecer mis padres no entendían del todo qué era el instituto, y si por cualquier caso lo entendían, me dejaban esos mensajes para hacerme enojar, quitando el mal humor que tenía a las siete y media de la mañana un asqueroso lunes más en la rutina ya de por sí.

...

Ya estaba llegando a paso ligero a la casa de Liam, odiaba que me hicieran esperar, soy de esas personas que prefieren que esperen por ella a que yo deba esperar por otros. Llamé a la puerta, sin resultado ninguno, mi ceño se frunció como signo a la ignorancia recibida. Como tenía una confianza con Liam casi asquerosa a la vista de otros me daba igual pillarlo desnudo si es que estaba así en su cuarto vistiéndose. Sin pensarlo más, ya que no daba tiempo, solté la mochila entre unos arbustos, para que no pudieran verla y llevársela, y por una de las enredaderas que componían la pared de la ventana del cuarto de Liam, comencé a subir, no negaba que tenía miedo, pero era eso o dejar a mi mejor amigo aquí, y no me agradaba ir a clase sola.

Llegué a la ventana de Liam y entré a su cuarto, y ahí estaba él, durmiendo a tan solo un cuarto de hora de que las clases empezaran. Como dije antes odio que hagan esperar, si no fuera mi mejor amigo y lo amara tanto ya me habría ido, no sin antes tirarle un vaso de agua a la cara.... oh, eso no era tan mala idea. Pero antes debía intentarlo al modo tradicional, tradicional a mi manera más bien. Tomé unos pasos de carrerilla y me lancé a su cama cayendo sobre él.

-Mhh, ____, déjame dormir joder.- Dijo a regañadientes.

-Liam no me jodas, levanta que llegamos tarde.- Dije dándole toquecitos en la cara para desvelarlo.

-No, yo quiero dormir.- Y se puso boca abajo.

Increíble, de verdad. Pues nada, no me dejó otra opción, me levanté de su cama, me coloqué bien la ropa y bajé a la cocina. Cogí un bol no muy grande, pero sí un poco más grande que un par de vasos juntos y volví a subir. Seguía igual, su culo hacía un bulto bajo las sábanas, donde me senté y puse el bol sobre su cabeza, sin llegar a tocarle ni derramar nada de agua.

-Liam, despiértate imbécil.- Dije obteniendo un gruñido por su parte como respuesta.

Y fue entonces cuando giré la muñeca dejando caer el líquido del vaso sobre su cabeza, me levanté de su trasero y comecé a reír. Liam sobresaltó de la cama y me miró enfadado, aunque viéndome reír así de tan en tanto tiempo podía considerarse un regalo, por lo que no se molestó por lo que hice y comenzó a reír.

-Ahora dame un abrazo.- Rió dirigiéndose hacia mí.

-¡No! Ahora vístete que llegaremos tarde.- Le ordené.

-Sí, mamá.- Simuló la voz de un niño pequeño poniendo una voz aguda bastante irritante,.

Él sabía que me irritaba, por eso la ponía, ugh. Me miró divertido y fue al baño, cerró la puerta y unos 10 minutos despés salió y se dirigió a mí. Llevaba una camiseta blanca que marcaba bien sus brazos trabajados por horas en el gimnasio, su tableta en el abdomen y sus tatuajes le daban un rollo malo que extrañamente me ponía. Abajo llevaba unos vaqueros rotos ceñidos también, le gusta marcar al parecer, y no me extraña, tiene de qué presumir. Sus zapatos con la lengüeta desatada eran blancos en un pasado pues ahora estaban llenos de barro y algo desgastados, pero aún así le quedaba genial. Su pelo castaño lo dejó despeinado, pero eso a los chicos no les importa pues parece que se lo han puesto así a posta.

-Sé que te pongo, pero deja de comerme con la mirada, enana.- Dijo riendo.

-Reservaré mis ganas de devorarte, mi amor.- Dije irónica y me dirigí a la puerta.

Liam se colocó la mochila al hombro y bajamos, abrió la puerta y en lo que él la cerraba con llave yo cogí la mochila de entre los arbustos, parece que no le faltaba de nada. Cerró y caminamos al instituto, tan solo a un par de minutos de comenzar las clases, y nosotros aún a unos metros de la casa de Liam. Por suerte, sumando nuestro apresurado paso y el retraso del profesor por cualquier mierda familiar la cual no me tomé la molestia en escuchar, llegamos a tiempo. Estábamos sentados así:

Liam, a su lado derecho yo, a mi lado derecho Niall, detrás de Liam Louis, y detrás mía Zayn, y a la derecha de Zayn un chico bastante guapo, pero muy creído, cosa que me ponía y me desesperaba. Ellos normalmente hablaban con él, yo no, puesto que estaba con mi mejor amigo, o con otras personas hablando que requerían mi presencia más que él.

La clase fue bien, más que nada porque me quedé dormida, pero como estaba en la penúltima fila, el profesor ni se inmutó. Y así pasaron dos más hasta la hora del recreo.

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Hola, espero que les haya gustado el primer capítulo. No subiré el segundo hasta que no tenga varios comentarios y varios votos, porque ¿para qué subir capítulo si lo van a ignorar? Bueno, voten y comenten por favor, y compártanla, necesito lectores, aún no me convence mucho la novela después de todo lo que me pasó.

Prometo que en el próximo, habrá más personajes y más emoción, sólo si veo que merecerá la pena mi esfuerzo. Gracias por leer, un beso psicológico. :) x.

Viviendo con mi vecino. (Hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora