Llegaron hasta Brompton Road para visitar el centro de la ciudad. La iluminación navideña era hermosa. Simplemente el centro de Londres estaba transformado en una villa navideña.
-Es hermoso.- Sting estaba asombrado. Era la primera vez que visitaba aquella ciudad. Y para su buena suerte llego en la mejor época.
-Lo es.-
Justo cuando Sting intenta secuestra los labios del pelinegro algo llamo su atención. El desfile navideño que se acerba reunió rápidamente a una gran multitud de personas.
-Vamos, Rogue.- Sting corrió arrastrando consigo a Rogue. Pelando contra la multitud por ganar un buen lugar.
Se aseguro que tomar a Rogue entre sus brazos para que este pudiera ver mejor, pues él era un poco mas alto. Una banda sinfónica que interpretaba música navideña encabezaba. Seguida de la famosa guardia real. El avanzar del desfile era espectacular, contingentes de personas escenificadas, disfraces, carros alegóricos había de todo. Y quizá estos últimos eran lo mejor del desfile.
-Mira Rogue.- Sting apunto un trineo estirado por renos reales. -Es hermoso.- Sting nunca había visto un reno real.
-¿Porque va solo?.- Rogue no entendía la ausencia de alguien en aquel hermoso, casi mágico trineo.
Cuando Rogue seguía especulando por qué nadie lo montaba. De la nada una chica se planto frente a ellos.
-Chicos colóquense esto.- Les alcanzo a Rogue y Sting un par de alas de ángel que eran hermosas, parecían reales.
-¿Qué?.- Rogue estaba sorprendido. -Esta mujer esta loca- dijo en voz baja.
-Rápido.- la chica insistía desesperada. Ella era la responsable de aquel trineo y debía encontrar un remplazo de los personajes del mismo. Era sumamente improvisado, pero imagino que aquella pareja de hermosos chicos debía satisfacer al público.
-Estoy listo.- Sting lucia aquellas alas en su espalda. Sonriendo mostrando su pulgar. El no especuló, simplemente cooperó.
Rogue pudo mirar como ágilmente el rubio se había colocado aquellas. La verdad era que el rubio se veía hermoso con aquellas alas le sentaban muy bien, en verdad parecía un ángel.
-Con eso bastará.- la chica los jalo, abriendo la puerta del trineo sin darle oportunidad a Rogue colocar las suyas, dejándolas en el olvido. -Por favor cuento contigo rubio.- Al parecer no querían que ese trineo fuese solo durante el desfile ni un minuto más. -Deja de ser tan emo chico, ayúdame-
La chica le pasó a Rogue una capa con capucha. Esta era afelpada de color rojo con bordes blancos. Claramente era el tocado final del disfraz de un santa claus.
Decidido a no discutir, Rogue se colocó aquella prenda. Afortunadamente cubría todo su cuerpo, y combinaba perfectamente con su bufanda roja y su abrigo. No tuvo que usar la capucha, pues ya contaba con el gorro navideño que Sting le había suplicado utilizara. Quizá no era el mejor disfraz, pero Rogue simplemente se veía hermoso en esas fachas.
-Vamos Rogue.- Ya sentado dentro del trineo Sting jalo a Rogue para que el pelinegro entrara. -Será divertido.- Los ojos del tibio brillaban.
Rogue no podada pensar otra cosa que no fuera ¿en verdad esto esta pasando?. No supo en qué momento terminó participando el desfile navideño, en un trineo acompañado de un rubio que parecía el mismísimo arcángel Miguel.
-Gracias- La chica se despidió al tiempo que el trineo se movía y el sonido de las campanas de los renos indicaban que estaban en movimiento.
Rogue miraba extrañado todo aquello. La gente los miraba, les tomaba fotos. No le gustaba ser el centro de atención por algunos segundos para las personas presentes. Era aún peor cuando el desfile hacía una pequeña pausa. Se sentía más observado y nervioso. Contrario al rubio, quien saludaba a los niños, adultos a todo mundo. Incluso se ponía de pie para lucir sus alas de arcángel, se había quitado su gorra para presumir su cabellera rubia, lucir sus ojos azules y mostrar su piel de ángel. Sonreía para las cámaras. Estaba claro que lo disfrutaba.
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Nuestra Navidad (StinGue)
FanfictionMiro por la ventana la nieve caer. La nieve también le ponía triste. Sobre todo, aquellas tormentas invernales, que azotaban la ciudad. Obligando a los ciudadanos a refugiarse, más bien a confinarse, en sus departamentos hasta por una semana entera...