Capítulo cinco: parte dos.

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Estas chicas ya se habían convertido en un verdadero problema para ambos mafiosos. Habían sido unos días perdidos y ahora sí debían terminar con todo esto. Drew disfrutaba el momento. Disfrutaba tanto ver a los demás sufrir y sólo él sabía porqué.

Ahora, James observaba a la chica frente a sus ojos. La miró fijamente y volvió a él aquel extraño sentimiento. Se sintió débil ante ella y cerró los ojos apretando con todas sus fuerzas el cuchillo en su mano.

—      ¿Qué mierda esperas? —lo regañó Drew, comenzando a perder la paciencia. Mientras, la pelirroja seguía gritando con las pocas fuerzas que le quedaban. El castaño volteó y se acercó amenazante para gritar con rabia— ¡Te vas a callar o acabo contigo primero!

—      Por favor, basta… —suplicó entre su llanto, pero no había caso, el chico no tenía piedad y golpeó fuertemente su rostro.

—      Date prisa. —Habló casi como una orden a James, quien no dejaba de observar a la morena frente a él.

Para Sophie, esto también debía acabar pronto y no con ellas muertas, precisamente. Tras el golpe de Drew, la ira se apoderó de ella. Jamás en la vida alguien la había tocado y ahora un maldito desconocido la acababa de golpear, haciéndola sentir el ser más débil en el universo. Respiró hondo y comenzó a intentar desatar sus muñecas. La rabia se había apoderado por completo de ella. Hubiera matado a cualquier persona que se le hubiese cruzado por delante. En su rostro, su mirada era otra, sus ojos se habían vuelto tan profundos que ya no eran aquellos ojos claros y dulces, si no que era la misma mirada que llevaba Drew, una mirada fría, cruel, maligna. Logró desatarse, dejando dolorosas marcas en sus muñecas que la ira le impidió sentir. Ahora, todo estaba a su favor. El cuchillo que Drew llevaba en su pantalón estaba a su alcance, pero la maniobra debía ser rápida y con cautela. El castaño seguía concentrado en apresurar a su amigo y reaccionó recién cuando sintió un fuerte dolor en su muslo. Bajó lentamente la mirada para observar su pierna y encontró su mismo cuchillo enterrado en ésta. Aquel lapso de tiempo en que miró su pierna fue tan lento que cuando alzó la mirada ambas chicas salían de la habitación corriendo. Intentó seguirlas pero el dolor era insoportable y cayó al suelo quejándose. Alzó la mirada buscando a James y éste yacía en el suelo.

—No… —susurró y se arrastró hasta el rubio— No puedes estar muerto… —agregó observando la sangre en la polera de James, quien también había sido herido con su cuchillo, en el abdomen— ¡James, reacciona! —insistió hasta que el chico comenzó a recuperar el aire, había sido sólo un desmayo. Aún así, seguía en grave estado por la pérdida de sangre.

Por otro lado ambas chicas habían huido del lugar sin detenerse.

—      Sophie, ¿estás bien? —preguntó su amiga mientras caminaban a paso apresurado por la carretera. La pelirroja no contestó. Llevaba la mirada fija en el camino— Sophie… ¡Sophie! —Brit alzó la voz y tomó su brazo haciendo que volteara— ¡Reacciona! —la miró a los ojos y en éstos desapareció aquel color oscuro y opaco. La chica rompió en llanto abrazando fuertemente a su amiga. No lograba entender porqué lloraba, ¿Por herir físicamente a alguien? ¿Por haber sido maltratada? ¿O por querer que todo acabara pronto?

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—      ¿Qué se supone que haremos ahora? —Brit suspiró agobiada. Esa pregunta realmente necesitaba una respuesta y rápido. Ambas chicas guardaron silencio pensando en que hacer— ¿Y si… y si contactas a tu padre? —La castaña terminó de hablar y miró tímidamente a su amiga, quien se incómodo ante la pregunta.

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⏰ Last updated: Aug 23, 2014 ⏰

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