¿Guardarías el secreto?

Capítulo dos: parte uno.

Sophie despertó primero, gracias a fuertes gritos producto de una aparente discusión.

 — ¡Debemos matarlas! ¿O quieres que terminemos en la cárcel? Si las dejamos ir, correrán a la policía. No quiero más vueltas al asunto.

—Pero…

— ¡Pero nada! Ellas ya son parte de esto. No te hagas el bueno ahora, James. ¿Me oíste? –agregó amenazante.

 —Brit –repitió la pelirroja susurrando mientras movía a su amiga— ya despierta.

— ¿Qué pasa? –refregó sus ojos aún media dormida– ¿Q-qué pasó? ¿Dónde estamos? –miró a todos lados algo asustada.

 En ese momento se abrió fuertemente la puerta de la habitación en la que se encontraban y ambos chicos—aquellos desconocidos de la noche anterior— entraron.

—Hey James, mira, las princesitas han despertado –dijo en un tono bastante sarcástico Drew, el castaño.

Brit miró a Sophie, quien había comenzado a respirar más agitado. La pelirroja era una chica con un carácter bastante fuerte, esto ya la estaba hartando, y recién comenzaba.

—Hoy no salen de aquí vivas –dijo James acercándose a Brit, lo suficiente como para que se pusiera nerviosa.

— ¿Disfrutaron de su última noche? –Preguntó Drew, nuevamente con sarcasmo– Estaba ansioso porque despertaran.

— ¿¡Y por qué no nos mataste y ya!? –Sophie exclamó con furia poniéndose de pié y acercándose a Drew quien quedó algo sorprendido por su actitud. Apenas reaccionó tomó fuertemente el brazo de la pelirroja.

—No me vuelvas a hablar así, ¿entendido? –murmuró bastante cerca de sus labios, mientras sostenía su pistola apuntando al estómago de ella– ¿Entendido? –volvió a repetir, ahora en un tono más fuerte.

—Suéltame –dijo Sophie perdiendo la paciencia.

—Oh, veo que tenemos una rebelde –Drew soltó una carcajada y acto seguido acorraló a Sophie a la pared- Me gustan las chicas rebeldes –susurró en su oído- Lástima que te has metido en esto.

Se alejó y apuntó con la pistola hacia la chica.

— ¡Déjala en paz! –se integró Brit al librarse de los brazos de James, atacó a Drew haciéndolo tropezar y caer. Sophie recogió rápidamente el arma y apuntó a ambos chicos.

— ¡Suelta eso, ahora! –ordenó James pero ella lo ignoró.

— ¿¡Qué mierda esperas!? ¡Dispárale! –gritó Drew a James.

— ¡Silencio! –Gritó la pelirroja al castaño- No quiero que ninguno de los dos se mueva o disparo –dijo mientras apuntaba y caminaba hacia la puerta.

Ambas salieron del departamento y escaparon lo más pronto posible del lugar, pero ya estaban dentro de esto, no había escapatoria, si esto comenzaba mal… terminaría peor.