— ¡Es hora de los regalos! —Gritó Stiles entrando en el salón acompañado de Derek.
Habían tenido una pequeña charla en el dormitorio en la que Derek le había preguntado por su padre y Scott y si estaba todo bien con ambos. Stiles había afirmado que sí, y tras darle un beso quizás demasiado pasional que quizás había durado demasiado y se había traslado a la cama, salieron de la habitación cargando con algunos regalos para Bobbie y el resto de la manada.
Ambos sabían que aún había algo pendiente por resolver.
Pero Stiles no dijo nada y Derek no insistió. Aún no era el momento, asumió.
Los regalos fueron abriéndose con rapidez.
Nadie se sorprendió cuando la mayoría de los regalos para Lydia, fueron joyas, ropa de marca o libros enrevesados sobre química, matemáticas o latín.
Stiles le regaló un pañuelo multicolor a Isaac y no se arrepintió de nada cuando vio la expresión de decepción del rubio al comprobar que no era una bufanda.
A Noah le regalaron un peluquín (por si se quedaba calvo en un futuro, que tuviera con que disimularlo. Idea de Stiles que le ganó un coscorrón), una taza “Para el mejor abuelo del mundo” de parte de Bobby que iba a juego con la taza que Stiles le regaló en su día “Para el mejor padre del mundo” y un par de botas nuevas para sustituir a las viejas y gastadas Sullivans.
Scott recibió un pasaje para viajar a Hawaii con todos los gastos pagados y prácticamente salto de ilusión con la idea de poder visitar tales islas tropicales y a Danny su se había mudado allí para estar más cerca de su familia.
Erica y Boyd recibieron un regalo similar, sólo que en vez de un viaje a Hawaii, era un viaje a un balneario rústico para parejas en un páramo tranquilo y desolado del monte Fujii. Se miraron entre ellos y a Stiles no le hizo falta tener un olfato sobrehumano para saber que olían a lujuria.
Los regalos de Bobby fueron en su mayoría figuras de acción de superheroes. Hulk no podía faltar al igual que Spiderman y Batman. Aunque también hubieron dinosaurios y una espada láser con la que Stiles fanboyleo más que su propio hijo.
Los regalos de Liam y Melissa permanecieron en buen cuidado bajo el árbol a la espera de que su dueños vinieran a buscarlos pasadas las Navidades. Ya que Liam no pudo venir por asuntos familiares y Melissa por trabajo.
Sin embargo hicieron una videollamada grupal lo que fue algo desastroso pero al menos lograron lo que querían, felicitarse todos cara a cara.
Cuando Derek se deslizó hacia el árbol en busca de su regalo se sintió mal al descubrir que no había nada esperando para él debajo de la copa. Sin poder creerselo, echó una mirada a Stiles, que le sonrió como un niño pequeño que está a punto de cometer una traversura.
La puerta sonó en ese momento.
Nadie se levantó. Todos se quedaron inmóviles mirando a Derek. Hasta Bobbie. Lo que ya decía mucho.Cuando abrió la puerta, se quedo congelado de la impresión. Cora estaba allí, radiante, con su larga melena negra recogida en una suave coleta que le caía descuidada por el hombro y envuelta en una larga gabardina que la hacía parecer más mayor. Se veía incómodamente tímida y Derek sólo quería hacerla entrar para no dejarla ir nunca.
Pero primero paso a paso.
O tal vez de dos en dos.
Derek se ahorro el clásico hola y simplemente abrazó a Cora por un largo rato. Cora en vez de apartarse, como Derek esperaba tristemente que hiciera, se quedo ahí y se aferró a él con la misma intensidad.
ESTÁS LEYENDO
Navidades en Manada.
Fanfic¡Acompaña a nuestra querida manada durante sus vacaciones de Navidad! Contempla cómo pasan las fiestas Derek, Stiles y su hijo. Conoce la historia detrás del nacimiento del pequeño Bobby. Enternecete con el Sheriff actuando como el gran papá oso que...