—Fabricaste collares para los niños.
—Lo hice.
Tsuna había notado eso en una mañana cuando al fin sentía su corazón volver a latir completo. Se fijó en un detalle que había pasado por alto y que ahora le causó curiosidad. Sus niños de siete y cinco años respectivamente, portaban en sus cuellos collares semejantes al igual que el dije en forma de escudo en el que destacaba una bala... dos collares que eran la copia exacta del que él le regaló a Reborn el día de su boda.
—¿Por qué?
—Para que denoten su herencia.
—¿Cuál? —miró a su esposo con duda.
—Tu sangre y la mía... esa es la herencia.
—¿Y el título de duques?
—También.
Y entonces se dio cuenta de detalles que no notó en esos años, detalles que podrían haber sido notorios para cualquiera pero que para él no lo fueron porque estaba tan acostumbrado a vivir en su casa que... lo obvio parecía no serlo.
El escudo de su cadena se hallaba replicado en varios sectores de su casa —que no era casa, ya era más grande de la que recordaba y ahora parecía ser una mansión—, en algunos adornos en las puertas, en cuadros que adornaban los salones, en adornos que portaba el auto e incluso en un sello que reposaba en el despacho de su esposo.
Estuvo tan enfrascado en su dolor durante esos años que no llegó a notar algo tan simple.
Entonces llegó algo para distraerlo, pero en esa ocasión sí lo notó... su cuarto embarazo. Y se puso a pensar en algo muy, pero muy singular. Su primer hijo llegó a la par que el título de Duque para su esposo y para él debido a su matrimonio, su segundo hijo llegó a la par que la ampliación de su casa... y su tercer retoño cuando Reborn salió de viaje por dos meses en pro de resolver unos asuntos de vital importancia para la corona... Ahora con su cuarto ciclo gestante la noticia no se diferenció en importancia pues iban a ser mostrados como candidatos directos a la herencia de la corona debido a la esterilidad de la cadena que hasta ese punto fue la principal.
—¿Por qué?
Su hijo mayor era su viva copia, una muy especial porque incluía las patillas rizadas de su padre. Era gracioso. Su segundo varoncito era un azabache galante con el cabello liso y un aura dulce que encantaba a todos, una combinación entre Reborn y él. Esperaba con ansias a que su pequeño bebé gestante se pareciera a Reborn para tener un bonito cuadro del cual presumir. Adoraba a su familia, pero... dudaba de ella también, y la razón llegó en la fiesta en donde se reuniría con los antiguos sucesores a la corona.
—Eres tan hermoso... Me recuerdas a Nana.
—Gracias..., aunque no sé de quién habla.
—Es raro que no lo sepas —aquel anciano rio dulcemente— pues Nana fue tu madre.
—¿Madre?
—Sí —Tsuna recibió una caricia dulce y una mirada nostálgica—. Tus ojos y tu sonrisa son idénticas, tu cabello se parece más al de tu abuelo, claro está.
—Señor..., ¿puede contarme más acerca de eso?
—Claro, cuando desees..., pero ahora vamos porque empieza el primer baile.
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Linaje
FanfictionNo entendía por qué su vida cambiaba tras cada pregunta que hacía. No sabía por qué la vida jugaba así con su alma. No concebía razón por la cual tras ser feliz siempre llegaba la agonía. ...