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Sus manos sudaban. No podía evitarlo, estaba nervioso. JungKook dejó su celular a un lado luego de cortar una llamada que NamJoon no pudo evitar hacer. Fue más un monólogo que una conversación, Nam lo había llenado de consejos a los cuales el solo fue capaz de asentir. No hagas esto, no hagas esto otro, pero nada de formas de cómo lograrlo. Tenía miedo, no podía negarlo. En aquel momento podía parecer fuerte, pero no sabía lo que podría ocurrir en cuanto los ojos de JiMin se posaran en él. Esos bonitos ojos.

El timbre sonó y JungKook quiso escapar, pero no había manera. Era el momento de la verdad. Se acercó a la puerta, pasando su mano por su cabeza antes y la abrió, dejando ver a un sonriente JiMin esperado por el. Traía una bolsa ecológica de supermercado en sus manos y pantalones negros apretados en sus piernas. Aquello más sus ojitos sonrientes fueron golpes bajos. Tragó saliva.

—Ah, JiMin-hyung. Pasa.— le dió el espacio necesario para que pudiera entrar y cerró la puerta tras su espalda siendo un poco ruidoso. La puerta se le había resbalado, pero JiMin no pareció notarlo ya que caminaba tranquilamente hasta la habitación de su menor. —¿Dónde vas?

—¿A tu habitación? Quiero ver películas. — respondió el mayor rápidamente como si fuese obvio, apenas volteandose y continuó caminando.

—Pero podemos estar aquí, en la sala— se apresuró a decir JungKook y eso fue suficiente para que el rubio se detuviera.

—JungKook...nuestras pijamadas siempre son en tu habitación. Solo quiero ver una película y comer golosinas ¿Hay algo malo en ello?— un puchero bastó para convencerle. Había empezado mal. —Haremos lo mismo que hacíamos antes, cuando éramos amigos, no te preocupes.

[Dame un descanzo, bebé. Tomemos esto despacio]

JungKook simplemente asintió y JiMin continuó con su camino, entrando a la habitación. El menor entró a los minutos, pero no cerró está vez la puerta. Era más seguro, a pesar de que el era el único en su hogar en ese momento.

En cosa de minutos ya ambos estaban acostados viendo Increíbles 2. JungKook completamente vestido y JiMin sin chaqueta ni pantalón ya que dijo que le molestaban mucho. JungKook reclamó en un principio, pero terminó aceptando, ya que aquello era algo que su mayor solía hacer antes de que se volvieran Bros.

—JungKook, pásame el paquete...de Cheetos— pidió JiMin con la mirada perdida en la película. El menor le hizo caso rápidamente antes de que su mano tocara accidentalmente partes que no debía. —Gracias.

Por un momento JungKook sintió que el era el que veía todo con mala intención y que quizás tenía razón. Pero era todo tan complejo.

Continuaron viendo la película sin ningún problema y diciendo alguna broma entremedio que los hizo reír a carcajadas. Él estómago de JungKook cosquilleaba, pero no de nerviosismo, sino de placer y de felicidad. Le gustaba ello, le gustaba tener a JiMin de aquella forma y que esa tensión que antes estaba en días anteriores disminuyera. Pero a la vez...aquello no lo estaba ayudando. Durante momentos JungKook lo miró, el rostro de su mayor iluminado por la tenue luz de la pantalla, y se quedaba observándolo más tiempo del necesario. Le encantaba, no podía evitarlo. Si tan solo las cosas no fueran así, sus labios ya estarían pegados y la televisión solo sería un simple fondo bajo el sonido de sus gemidos.

Al momento de finalizar la película, JungKook se levantó para cambiarla, pero JiMin tenía otros planes en mente y se lo hizo saber agarrando su mano y devolviéndolo a la cama. JungKook volvió a tragar saliva y esta vez se escuchó hasta la casa del vecino.

—JungKook, espera. Vuelve a la cama— susurró JiMin atrayndolo hacia él.

—Pero aún quedan muchas películas por ver.

somos bros × jikookmin au!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora