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Él no podía creer que JiMin realmente se había ido.

Se removió entre las cobijas. Un intenso calor dominaba su cuerpo, haciendo que gruesas gotas de sudor se esparcieran sobre su piel, mojando su ropa. Su respiración acelerada y con pequeños quejidos volvían la escena mucho peor, siendo las cerezas del pastel sus movimientos erráticos y las lágrimas en la comisura de sus ojos que estaban por caer.

Un pequeño calor, algo diferente al que lo consumía, se posó en su brazo izquierdo. Este era tibio, siendo más exactos y más acogedor. Sus movimientos disminuyeron la velocidad en cuando ese tibio toque comenzó a moverse, logrando que de una vez por todas abriera los ojos.

—JugnKookie, despierta. ¿Qu-qué es lo que te pasa?

En cuanto sus ojos lograron enfocar, la imagen frente a él le devolvió el alma al cuerpo. Esas mejillas rojizas por el frío, sus labios abultados y casi morados, y sus ojitos que le miraban preocupados. Él estaba ahí.

—¡JiMin!— logró pronunciar entre su desordenada y agitada respiración, mientras tragaba saliva intentando calmarse.

—¿Estás bien?— La preocupación aun fuerte en el rostro del rubio, pues había encontrado a JungKook llorando dormido.

—¿Qué hora es?— Fue la pregunta que el menor formuló, aún intentando comprender que es lo que había ocurrido.

—Cuatro cincuenta y ocho de la madrugada.— respondió Park al tiempo que miraba su teléfono. —No fuiste a salvarme, te quedaste dormido. No sabía ya como sacar a Hye de mi patio, hacía mucho frío. Si hubieras salido, yo-

Sus palabras quedaron en el aire, pues los brazos de JungKook lo rodearon fuerte, quitandole el aliento. El chico aún respiraba pesado y entretiempo, clara señal de que aun no se había calmado. Intentaba acomodarse con tímidez en su cuello, mientras aspiraba su aroma, como si no lo hubiera visto por demasiado tiempo.

—Estás aquí, no te fuiste— pronunció el menor con un claro dolor en sus palabras.

JiMin le devolvió el abrazo con un solo brazo, acariciandole la espalda, ya que con el otro intentaba sostenerlos a ambos para que no cayeran por la posición en la cual se encontraban.

—¿A dónde me iría, Kookie?— le respondió con calma, siguiendo el ritmo de sus caricias.

—No lo sé.

La cabeza adormecida de Jeon poco a poco iba iluminándose, dándose cuenta de la situación en la cual se encontraba. Él se había dormido y todo aquello había sido un sueño. En ese instante, ya más despierto, lograba notar cuan obvio era ese hecho, pero su mente había jugado tan cruel con él que no había logrado deducir que esa realidad era falsa cuando la estaba viviendo. Podría haberse dado cuenta desde el inicio, porque veía como Hye y JiMin hablaban, pero en esas circunstancias, todo es complejo y duro de ver y asimilar.

—Creo que tuviste una pesadilla— JiMin alejó a JungKook de su cuerpo, así poder observar su rostro. Parte de su flequillo se había pegado a su frente debido al sudor, así que le peinó hacia atrás. El chico solo le miraba atento. —¿Seguro que estás bien? Kookie, solo fue un mal sueño.

—Pero un sueño que me hizo dar cuenta de muchas cosas.

En realidad, JiMin no esperaba respuesta y menos una parecida a ella. Una pesadez se apoderó en su pecho de inmediato y temía de los pensamientos de Jeon en ese instante, pero de todas formas quería escucharlos.

—¿Qué cosas?

JungKook miró a su mayor, buscando las palabras correctas para decir. Debía decirlo, aquel sueño le hizo notar un lado el cual no estaba viendo y que estaba volviendo su relación abrumadora, sin percibirlo directamente. Mordió su labio y clavó sus ojos en los de JiMin.

somos bros × jikookmin au!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora