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Describir mi día como uno malo no le hace justicia. Las dos entrevistas de trabajo que tuve fueron horribles, perdí mi documento y la pizza que compré para la cena se arruinó por la lluvia en el camino de vuelta a casa.

Y, para colmo, tenía decenas de mensajes de distintos periodistas pidiéndome entrevistas.

Al llegar a mi departamento dejé las cosas en la entrada y fui directamente a la ducha. Necesitaba el agua caliente después de todo ese rato afuera con la lluvia, el viento y el frío, característico de las noches de invierno.

Ya limpia con mi pijama, unas medias gruesas y mis pantuflas de pingüino me dirigí a arreglar mi cena: una pizza inundada. Para mi sorpresa, la pizza estaba bien, a pesar de que la caja estaba completamente arruinada por el agua.

Una vez que recalenté y serví la comida prendí el televisor. Fui de canal en canal esperando encontrar algo entretenido a esas horas de la noche, lo cual no fue nada fácil. De pronto vi mi cara en uno de los canales por los que pasé. Completamente atónita volví hasta este.

¿Qué estaba pasando? ¿Porque habían fotos mías en un canal de televisión?

El programa parecía ser uno típico sobre la farándula argentina, de esos que se transmiten por la mañana y retransmiten a la noche, y cuyo público se reduce a señoras mayores sin mucho más que ver o hacer. Pero esto significaba que la noticia ya estaba en todas las redes sociales, por lo cual muchos, por no decir todos, estaban enterados. Ahora todos los mensajes cobran sentido.

¿Por qué otra razón estaría yo en la televisión que por vos?

Por más que ya era hora de que esto salga a la luz, no esperaba que fuera tan público y viral. Nuestra relación no fue pública, pero tu fama había crecido demasiado en todos esos años, y creo que nunca me había dado cuenta de su magnitud hasta hoy.

El titular en la pantalla decía "Dybala, el soltero más codiciado de Italia".

Después de mi foto apareció una de los dos juntos, probablemente sacadas de nuestras redes sociales, y más tarde una tuya.

Y como si fuera por arte de magia, mi teléfono empieza a sonar. Obviamente sos vos.

Ya te conozco, demasiado.

No necesito esto ahora. Simplemente te corté.

Mi celular vibró otra vez, indicando que había recibido un nuevo mensaje.

"Aurora"

¿Y ahora qué?

El celular vuelve a vibrar. Un nuevo mensaje tuyo. ¿Nunca te rendís?

"Por favor"

Y volviste a llamar. Ya no sé qué más hacer.

- Ro. - dijo algo aliviado. - Pensé que no me ibas a contestar.

- ¿Qué necesitas? - respondí cortante.

- Yo... - ninguno habló por un par de segundos. - Quiero saber cómo estás. Sólo eso.

- Estoy bien, así que por favor dejá de llamarme. - supliqué.

- Me preocupo por vos, ¿sabes? -

- Si, bueno. Como ya te dije, estoy bien. Así que dejá de llamar y no te preocupes más.

Como de costumbre, del otro lado se escuchaba la música muy alta. De repente se escuchó un portazo y la música se volvió más leve.

- Te extraño. - soltó.

Y otra vez estamos en la misma. ¿Cuánto más va a durar?

- Ya me dijiste eso. - suspiré. - Estoy harta de que siempre me hagas lo mismo. Harta. - confesé.

- Pero es la verdad. Te extraño. Extraño tu risa, tus labios, tu piel, tus miradas y tus abrazos. No puedo dejar de pensarte. Te necesito. - simplemente declaró.

Basta.

Las lagrimas otra vez amenazaban con caer. Los recuerdos juntos volvían a aparecer en mi mente.

Un silencio insoportable perduró por varios segundos.

- ¿Vos me extrañas a mi?

Without Me ~ Paulo Dybala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora