⟩JINMIN | MINJIN⟨
【sin editar】
No hay signos de desaparición. Todo sigue siendo estable a simple vista que, sin embargo, hay algo que nos dice que en el fondo han cambiado. No te preocupes si ellos no te creen, tan sólo pregúntales una pequeña cosa:...
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No quiso postergar más su desesperación y resignado a esperar, se sentó en el aparatoso sofá. Tenía que recopilar información pero su memoria no era digna de ser una fuente confiable.
Recordaba que su madre incansablemente decía cada noviembre que vendría a acompañar a su amiga; siempre vestía sus mejores ropajes y llevaba flores tan bonitas que le hacían competencia a la belleza de la señora. No obstante, SeokJin jamás prestaba atención y se perdía algún que otro dato.
Estaba odiando a su memoria a la vez que se regañaba a sí mismo por ser tan descuidado. Si hubiese sabido que terminaría en esta situación, habría sabido el nombre del hijo de la señora Park. Al menos conocía de antemano su apellido, y debía ser optimista.
Pero estaba olvidando un pequeño e importantísimo detalle: él era el desaparecido y no sabía cómo reaccionarían sus padres al verlo.
Bastante tranquilo ya se ponía, sintiendo como no se desesperaba más hasta que un grito lo hizo sobresaltar.
—¡DoSuk, ven aquí! —apareció en su mente la voz de su madre llamando a su padre. SeokJin no pudo cooperar a la situación más que volverse nuevamente histérico.—¡Hay un ladrón!
Se giró y vio a su madre. Ella parecía estar aterrada, su pelo estaba desordenado y sus pintas eran muy andrajosas, apagadas y sin estilo para ser la madre que SeokJin recordaba.
—No, no, no.—exclamó el chico poniendo sus manos en alto, retrocediendo al ver a su mamá acercándose pavorosa con un jarrón en posesión. Su primera acción fue mentir.—Mamá, soy yo.
—¿Mamá? ¡No soy tu mamá!—espetó a punto de tirarle el jarrón.—¡¿Quién eres?!
—Soy yo, mamá.—repitió sintiéndose culpable en un hilo de voz. Nunca pensó estar asustado de su madre.—Por favor, baja eso, mamá. P-Podrías matarme.
—¡He preguntado quién eres!
Exclamó su madre haciendo un intento de tirarle el jarrón a la cabeza, pero se le resbaló y cayó a sus pies, destrozándose a pedazos. Su padre, para mantenerse alejado del disturbio que se creaba, se resguardaba en el fondo abrazando a su prima HaNa.
—Mamá, dejemos esta broma, ¿sí? —musitó casi angustiado.
Sentía que un mundo se caía sobre sus hombros, que su garganta se secaba apenas dejando pasar saliva como era debido, que la desesperación no le dejaba recuperar su estabilidad y lidiar con esto de la mejor manera.
—¡Respóndeme!—exigió su madre, volviendo sus manos en puños.
—¡Mamá, soy tu hijo! ¡Soy SeokJin! —gritó con agitación, para luego cerrar los ojos y abrirlos de forma automática. Quería despertar de este sueño.—¡Mi nombre es Kim SeokJin!
—¡Mi hijo no se llama SeokJin, se llama SeoJun! —El mencionado quería llorar, definitivamente lo que era su hogar no era su hogar. No más.—¡Y él no luce así!