Mucho antes de que todo fuera como lo conocimos, mucho antes de que cierta leyenda fuera contada, existió otra historia.
Antes de que Eugene, Miranda y Red Litium apareciesen, inclúso antes de sus ancestros hubo algo más: La dinastía Kim
Cuando aún...
Un niño jugaba en el pequeño patio de su casa, corría y trataba de perseguir y alcanzar a un cuervo que merodeaba por ahí, sus mejillas tenían un leve sonrojo a causa de haber estado corriendo demasiado, sus pequeñas manitas no podían tomar al ave y su estatura tampoco ayudaba, pues tenía que ponerse de puntitas. Tenía el cabello rubio y la piel blanca, los ojos grandes y de color avellana, una sonrisa adorable que descongelaba el corazón de cualquiera. Un omega a simple vista, su olor era muy peculiar, pero a la vez embriagante: coco y mandarina.
—Jiminie — El niño volteó y miró al hombre parado en el umbral de la puerta.
—¡Papi! — Fue corriendo hasta él para darle la bienvenida. El hombre lo cargó y pellizco un poco su pequeña nariz.
—Vamos adentro Minie, hace frío — El niño asintió y recargó su pequeña cabeza en el hombro de su padre.
El mayor guió hasta su habitación a su pequeño, cuando entraron, el niño bajó de los brazos de su padre y fue a sentarse en una pequeña silla acomodada a lado de una ventana, que dejaba ver el lindo paisaje nocturno.
—¿Qué quieres leer hoy, bebé? — El niño fue hasta el pequeño librero de madera.
—Este me gusta — Tomó a Jimin entre sus brazos.
—Pues ese será — Sonrió —Vamos Minie, comienza — Lo alentó.
Era cierto que Jimin apenas era un niño de cinco años, pero su padre le había enseñado a leer y a escribir desde muy temprana edad, su hijo tenía una gran imaginación, y a pesar de su edad no le era difícil entretenerse.
—Papi, ya puedo escribir mi nombre — Dijo el pequeño una vez que acabó de leer, se acercó a la mesa de noche y le mostró lo que había escrito.
—Pero que bonito, mi amor — Jijoon se puso a su altura —Eres un niño muy inteligente.
—Jijoon — La voz de una mujer intervino.
El rubio dejó que su hijo siguiera escribiendo más cosas para después ir con la mujer.
—¿Qué ocurre Hyejin? — Suspiró.
—¿Qué crees que estás haciendo? — Cuestionó, evidentemente enojada.
—Pasando tiempo con mi hijo — No quería pelear, no estaba con ánimos.
—No puedo creer que aún le enseñes a leer y a escribir — Se cruzó de brazos. —Estoy segura de que Jimin es un omega y aún así te sigues empeñando en enseñarle cosas que no necesitará.
—¿Qué no necesitará dices? — Rió con burla, irritado. —Si la estúpida jerarquía dice que los omegas solo sirven para tener hijos, ¿les crees?
—Si, por algo lo dicen — Aceptó con obviedad —Si Jimin sigue aprendiendo esas cosas nadie se interesará en él — Después de fue.
Jijoon tuvo que respirar hondo algunas veces, no quería que su pequeño lo viese de mal humor.
—Papi — Llamó el rubio —¿Por qué mami dice que nadie me va a querer?
El mayor sintió como su corazón se rompía.
—Eso no es cierto mi amor — Le tomó entre sus brazos —Claro que alguien te querrá
—¿Quién?
—Alguien con cerebro — Jijoon no se refería a la forma literal, sino a la metafórica, en la sociedad había una estúpida jerarquía; creían que solo alfas y betas tenían derecho a una educación, mientras que los omegas solo debian dedicarse a las labores domésticas y a la crianza de niños, y eso a Jijoon le molestaba demasiado.
—¿Por qué yo no puedo ir a la escuela? — La inocencia de su hijo le destrozaba el corazón.
—Porque hay personas muy tontas que lo dicen.
—Los otros niños dicen que yo les debo obedecer porque yo soy inferior — Jugaba con sus manitas.
—Quiero que escuches bien lo que te voy a decir — Tomó las manos de su hijo entre las suyas —Tú no eres inferior a nadie, vales lo mismo que un alfa o un beta, tienes la misma fuerza, todos son personas y merecen el mismo trato, no dejes que nadie te haga creer lo contrario, ¿si? — El niño asintió —¿Me lo prometes?
—Lo prometo — Sonrió.
—Ahora a dormir, hasta mañana mi vida — Besó la frente de su hijo y se fue de su cuarto.
Furence y el Reino de las Sombras eran dos reino juntos que eran regidos por una familia, hace años fue establecida una jerarquía que decía que los alfas eran la sangre dominante, seguida de los betas y omegas, dejando a estos últimos la peor parte, pues se consideraban gente de menor valor.
Lo que no se imaginaban era que llegaría alguien que cambiaría esa visión por completo.
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Corto, lo sé peeero, el siguiente ya será largo, así que agárrense xd Cabe aclarar que ésta historia es mucho más antigua que "incluso si mueres", así que habrá algunas opiniones muy conservadoras acerca de algunos temas, but no tantas.
Voy a actualizar el fin todos los viernes, ese será su horario, aunque igual puedo darles capítulo en cualquier día de la semana, dependiendo qué tan ocupada esté.
