Capítulo 6

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Hubo un silencio incomodo entre todos, y las poderosa mirada de Lydia Martín junto con la de Derek Hale, hicieron que Stiles sintiera ganas de morirse en ese preciso momento. Una parte de él, la que siempre fue paranoica, comenzó a pensar en las posibilidades de que supieran o intuyeran algo sobre su verdadera identidad y eso estaba jodidísimo. La sudoración comenzó a ponerlo un poco más nervioso y entonces miro a su amigo suplicando su ayuda.

—Es porque se las compre yo a los dos —dijo Scott con nerviosismo.
Ahí estaba su amigo salvándole el culo una vez más debido a su incapacidad de mentir bien debido a la presión.

«Gracias Scott» gimió para sus adentros con satisfacción, ya habría tiempo de hacerlo en voz alta.

Y aunque las cosas parecieron dejarle de importar a Lydia, quien cogio el vaso de Stiles y dio un sorbo a la bebida para Derek, sin embargo, continuo con la mirada inquisidora que le helaba la sangre por un par de segundos más. Stiles no comprendía muy bien porque Derek lo analizaba tanto pero a pesar de ser muy amable con él en ese estado, el lobo seguía siendo lobo cuando los de la manada aparecían.

«Siempre tiene que aparentar, ¿no?»
Murmuro mientras tomaba de su enorme vaso de soda una vez que Lydia lo hubiese dejado a un lado y entonces lo sintió.

Ese sentir tan característico que se tiene cuando uno bebe agua o cualquier otro liquido a cantidades exageradas como lo hacía él a menudo cuando comía chatarra y estaba nervioso. Una comezón en la vejiga que imploraba con dolor que pronto la llevaran a asistir a lo que todo ser humano hace y para desagrado de Stiles, recordó que esa mañana no había ido al baño.

Que vaya, sí, se había dado una ducha rápida y a ojo cerrado por la vergüenza de su nuevo cuerpo tratando de no pensar en que la esponja tocaba partes que no deberían o que nunca en su vida había tocado con alguien similar como para manejarlos con naturalidad, aunque se tratase de su propio cuerpo, ese nuevo cuerpo era distinto.

Sintiendo que el escosor comenzaba a molestarle más bajo la mirada esperando que su vejiga pudiera aguantar más, no quería ir al baño todavía no sabe como las chicas lo hacen y le avergonzaba decirle a Scott algo al respecto.

Alzo la vista esperando que su breve momento de reflexión no hubiera sido demasiado obvia, pero para su horrenda suerte, todos lo miraron como el bicho raro que de por si ya era (aunque esa tarde lo era aun mas debido a su estado) y espero que el silencio les hiciera cambiar de tema una vez que fingiera estar normal y tranquilo.

«Malditos perros y sus súper olfatos» dijo frunciendo el ceño sintiendo que continuaron mirándolo.

—¿Qué te pasa? —pregunto el rubio mientras le robaba otra patata frita de su charola.

—Nada —respondió secamente ignorando su comida a medio comer.

—Claro que te pasa algo, te conozco muy bien Sti...Stella —esta vez Scott casi la caga.

«Uff, por poco Scott» Suspiro frunciendo el ceño ligeramente.

Miro que Derek fruncía el ceño también e intento adivinar el significado de aquel ángulo particular, algo como "¿Por qué coño se conocen tan bien?" o un "¿Desde a que hora Isaac tomo el resto de mi hamburguesa?" Porque justo en ese instante Isaac le dio tremenda mordida a la hamburguesa doble carne, con extra queso, tocino y salsa secreta de Derek.

Una muerte segura.

Pero eso no era importante aunque le interesaba saber la razón por la que Derek actuaba molesto, en ese momento era más importante el tema de su vejiga porque una cosa de aquella necesidad básica era entrar forzosamente a un baño, o de plano ir a lo bestia a un matorral como los perros que estaban ahí. Pero Stiles no era hombre, entonces no podía ir a lo bestia y sólo quedaba la primera opción.

Stiles, don't touch it! [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora