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11 de mayo, en un pequeño departamento de Riverdale.

—Buenos días, cariño —dijo su madre besando la mejilla de Chiara.

Solo pudo regalarle una mueca como respuesta.

—Anoche llegaste tarde a casa —la sorprendió— Creí que te ibas a quedar a dormir, ¿sucedió algo en casa de los Blossom?

—No, mami. Está todo bien.

—Bueno, amor —sonrió mientras agarraba su vaso térmico con café—. Si necesitas algo estaré trabajando.

Dió la vuelta sin esperar la respuesta de su hija.

—Ok, mamá.

Suspiró, dejando su respuesta a la nada en un susurro.

Aún era temprano por la mañana, en su mente pasaban mil cosas que hacer antes de ir a la escuela. La que más le convencía era la de pasar por Pop's de camino.

Tomó su mochila y salió para allá, quedaba a unas dos cuadras del departamento, por lo tanto no había muchos problemas durante el camino.

Apenas logró pisar la calle que un viento helado corrió chocando con su cara y haciendo erizar su piel.

—¡Maldición! —susurró para si misma— Debí haber traído una campera.

Solo había logrado dar unos cuantos pasos, ya había llegado a la esquina, no creyó ser lo más oportuno regresar sin caer en la tentación de quedarse a dormir 5 minutos más.

Siguió su camino sin rechistar.

Las dos cuadras restantes caminó bastante apurada intentaba llegar pronto para apartarlo de sus pensamientos, dejar de pensar en lo ocurrido.

Todo lo que hicieron fue un error, todo lo que vivieron estaba mal, pensaba la pequeña de los Campbell. Simplemente no podía desprenderlo de su mente.

Parecía que lo había perdido todo, aunque en el fondo algo estaba recalcando que no era así, que ella estaba equivocada.

Aunque ella logró ignorar aquel sentimiento.

Todos aquellos problemas que la atormentaban terminaron cuando la campanilla del local había anunciado su llegada. Le sonrió a Pop.

Se sentó en el sillón suspirando. Ya tenía en mente lo que iba a ordenar, era lo de siempre en ella. Seguro Pop lo adivinaría. Estaba acostumbrado a sus visitas.

—¡Chiara! Tanto tiempo, desde aquel día con los Blossom que no te he visto aquí —dijo Pop llegando a su mesa.

Un chico algo más alejado y solitario levantó la mirada observando la escena intrigado. Se encontraba frustrado.

Acomodó su gorro y negó. No le salían ideas capaces de hacer una historia con aquella escena, parecía patético.

—Hola, Pop... —saludó la chica algo cansada— En verdad ha pasado bastante.

—Te noto algo desanimada.

Comentó él.

—Te traeré la mejor malteada de frambuesa. Yo sé que es tu favorita.

La pesadilla de Riverdale [J.J]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora