Capítulo 2

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Ambos seguían temerosos de abrir esa puerta, por una parte, querían saber quién era, pero por otro lado... algo les decía que no lo hicieran.

- Señor Tintin...-

- Tranquila, aquí estamos a salvo, cualquier cosa que pase... Solo hay que estar alertas, ¿entendido? -

-Si- dijo más firme.

Tintin sin tener que dudar tomó el pomo de la puerta y la giró lentamente, trató de no abrir mucho la puerta, sólo lo suficiente para ver quién era la persona del otro lado. Poco a poco una ráfaga de luz se trayecto en la habitación.

- ¿Quién es? - preguntó con curiosidad.

-Oh señor Tintin disculpe las molestias, pero me han dejado esta carta para usted, supongo que fue por error-

Tintin sabía muy bien quién era, esa voz casi anciana lo decía todo, >>Fuera de peligros<<. Ahora más que tranquilo abrió completa la puerta- ¡Señora!, que gusto verla, no se preocupe y muchas gracias por la carta, me aseguraré que no pase esto de nuevo-

-No hay de que Tintin- dijo amablemente y sus pasos sonaron en la escalera de madera-

- ¿Quién era? - preguntó Elizabeth enseguida.

-Solo mi casera, venga tenemos que ir a la biblioteca-

Elizabeth salió por delante, siguiéndola Tintin y Milú, poco antes de cerrar la puerta, ninguno reparó que un gato entró en la habitación, ninguno de los chicos, más que Milú, quien antes de que el joven pelirrojo cerrara por completo la puerta dio un salto hacia dentro abriéndose de golpe, causando que el gato de igual forma se diera cuenta de su presencia, comenzando una persecución de la cual Tintin y Elizabeth llegaron tarde.

Milú perseguía al perro por todo el departamento, Tintin trato de parar a su perro, pero fue en vano, aquel gato trapo por las paredes y por causa de la gravedad cayó encima del chico, Elizabeth observo todo el alboroto y trato de persuadir a Milú de que parara, resulto en vano, aquel perro estaba muy decidido en atrapar a ese gato, Tintin y Elizabeth perseguían a ambos animales, pero no podía hacer mucho. El pobre gato asustado llego hacia la otra ventana que daba a la sala, dando por acabado todo el desastre ocurrido.

Tintin observo el desorden ocurrido, todo su apartamento estaba hecho un desastre, Elizabeth tomó por los hombros al joven.

- ¡No hay tiempo para arreglar este desorden!, hay que irnos-

- Tiene razón, en marcha Milú- cerró la puerta y guiado por Elizabeth bajaron las escaleras.

Después de unas cuantas cuadras ambos chicos se encontraban en una mesa dentro de la biblioteca, Tintin estaba leyendo uno de los tantos libros que habían pedido, por lo que mientras Elizabeth contemplaba los diversos libros en las estanterías, pero no había rastro de algo más.

- ¿Has encontrado algo? - decía mientras observaba al chico, esperando una respuesta el muchacho parecía estar muy concentrado leyendo aquel libro viejo. Elizabeth decidió entonces acercarse hacia él.

-Disculpa- menciono un poco alto, pero no tanto como para ocasionar un gran ruido.

- ¿S-sí? - parecía que aquella voz femenina lo distrajo de su lectura, pero no tomó gran importancia ya que aquella presencia le resultaba agradable.

-Le decía, si había encontrado algo- dijo sonriendo levemente.

- Lo siento, yo- me distraje leyendo...-

- No se preocupe, solo quería asegurarme no he visto más libros como ese por ningún lado-

- Este libro habla acerca del Unicornio, realmente le pertenecía a Sir Francisco de Haddock, era capitán del Unicornio, su nave zarpó de Santo domingo en 1698, relata que fue una de la peores travesías de la historia naval, al parecer fue atacada por piratas y el barco jamás llegó a su destino... quedó un sobreviviente, el caballero de Haddock.- hizo pausa, -lo rescataron pero juro que su nombre estaba maldito, se comenta que el barco cargaba tabaco y otras mercancías, pero se especulaba que llevaba consigo un cargamento secreto-

---Tintin: El secreto del Unicornio---Donde viven las historias. Descúbrelo ahora