glowing eyes/ Joshler

Desenlace

Estaba tan nervioso, tragaba saliba, sus labios estaban secos. Iba a ser fin de año, su mejor amigo estaba comprometido hace ya algunos días. Él estaba dispuesto a decirle la verdad esa misma noche, pensó. Pero después de un pequeño momento, mientras llevaba sus manos a su boca cubriéndola, se dijo a sí mismo que para no morir del horror que conllevaba decir esa verdad que había guardado por tanto tiempo y lo torturó hasta calcinar toda su sangre, pensó que era algo que tenía que decir al día siguiente, en la noche quizá cuando se confesara con Dios y con su esposa Jenna, quién le había dedicado todo su ser. Se encontraba en su automóvil y decidió que antes de bajar de aquél, tendría que decírselo a quién le había escrito tantas veces y así empezó una conversación temblorosa con los ojos abiertos y brillosos le confesó que él había hecho todo lo humanamente posible por ser un buen hijo, que se había castigado para no querer algo que podía traer problemas de todo tipo y pensaba en todas las personas a las que decepcionaría especialmente a a su padre, no podría contárselo. Entonces apretó los ojos cerrándolos y con un hilo de voz sólo pudo pronunciar._ lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, siento ser malo, siento no ser algo bueno ¡Dios mió! Exclamó y golpeó el bolante. Sólo quería llorar y morir, correr lejos en el frío y golpearse contra el suelo. En ese momento deseaba estar frente a un camión de carga esperando terminar con su vida. En ese momento se abrió la puerta del auto abruptamente. Rápidamente y aún sobresaltado se limpió sus lágrimas con sus manos y con la manga de su camisa, pensó que era desagradable, pero no había otra opción, no quería que lo vieran de esa manera. Su esposa era quién había abierto la puerta del auto, que algo preocupada le preguntó si se encontraba bien.  Él sólo encontró sonreír automáticamente y asentir con la cabeza. No quería que supiera que todo estaba mal desde siempre, que toda su vida se había escondido en el arte de fingir, fingirlo todo, para no ser mal chico y hacer las cosas bien, lo suficiente para que fuera lo que todos esperaban, para no volver a ver la cara triste y decepcionada de sus padres y pensar que Dios te mira de la misma forma cada vez que no sabes cómo vivir. Porque sólo hay incertidumbre. Más tranquilo, suspiró y pensó que ya había pasado otra de sus recurrentes crisis, pensó que tal vez ya no era necesario hacer un escándalo.