Parte 4. Una promesa

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La mañana del Domingo había llegado, ya habíamos hecho maletas y nos estábamos preparando para subir al camión. Dejé mis maletas en el lugar en el que debía dejarlas y me subí a tomar mi lugar. Al principio del camino veníamos platicando y contando anécdotas sobre el campamento, cuando de repente voltee y Taylor se estaba tragando con Dylan, en eso veo que Andrew viene hacia mí...

-¿Está libre el asiento?.- Pregunta viéndome a los ojos.

Me sentía tan débil cuando hacía eso.

-Si, claro siéntate.- Dije mientras que me acomodaba para caber los dos.

-Gracias. Bueno como sabes podría perder mi empleo si descubren que estoy saliendo con una campista, sobretodo por que eres dos años menor que yo.-

-La edad es solo un número.- Dije con un tono muy seguro.

-Y la cárcel es solo un cuarto.- Dijo Dakota.

Andrew y yo reímos por el comentario de Dakota, pero ambos sabíamos que iba a ser una relación riesgosa, iba a ser una relación a distancia, pero bien dicen que las relaciones a distancia son más sinceras y es en donde más confianza hay. Bueno al menos yo siempre creí eso. Estuvimos un rato platicando y luego me quedé dormida en su hombro...

-Amor, ya llegamos. Levántate.- Me dijo mientras que me daba besos en la mejilla.

-Nooo eso significa que voy a tener que despedirme de ti.- Dije con un tono triste.

-Lo sé, pero nos vamos a ver pronto. No te preocupes, lo prometo.- Dijo mientras que me abrazaba con fuerza.

Me despedí de él con un cálido beso y un abrazo. Sabía que no lo iba a ver en mucho tiempo así que quería disfrutar el momento. Mi mamá ya había llegado por mi para irnos a casa. Su autobús ya se había ido y yo ya estaba en mi auto.

Cuando llegué a mi casa desempaqué y me metí a la cama con una taza de té de  manzanilla para poder dormir bien. Amo el té de manzanilla es mi favorito, me hace sentir relajada y que todo está bajo control.

Hablamos toda la noche, sobre nuestros gustos, nuestras fortalezas y debilidades. Hablamos de todo.

Lo que sentí después de haber hablado con él fue especial, jamás me había sentido así antes, con él era diferente, sentía que podía hablar de cualquier tema sin ser juzgada por lo que pensara. Habíamos hecho click, me sentía especial, el que alguien me quisiera de esa manera era demasiado para mi, jamás había tenido una experiencia como esta y se sentía bien, yo me sentía bien. Era como si esa parte que me faltara por fin fuera completada por él, al fin me sentía completa. Después de haber hablado con él fue como si ya nos conociéramos, como si no fuéramos completos desconocidos. 

A través de mi pantallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora