Parte 8. Un beso secreto

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Era mi amigo de la secundaria, Alejandro. Ese niño y yo éramos inseparables, pero entramos a la prepa y todo cambió, cada quien tomó caminos distintos y nos dejamos de hablar. Jamás me imaginaría que fuera a la misma fiesta que yo, vamos.... era la fiesta del año, obvio que él iba a ir es el niño más fiestero que conozco. Cuando íbamos en secundaria, en nuestro último año nos invitaron a muchas fiestas, las mejores de hecho, cuando yo no me sentía con ganas de ir él siempre encontraba a manera de que fuera, y la verdad le agradezco ya que fueron una de las mejores noches de mi vida. Pero pues obviamente con el cambio de secundaria a la preparatoria ya no nos podíamos ver, ya que los dos teníamos que concentrarnos muchísimo en los estudios, los proyectos y ese tipo de cosas.

-¡Hey! No puedo creerlo hace años que no te veo- Dijo Alejandro mientras que yo lo abrazaba.

-Dios, hace como 8 meses que no te veo ¿Como estás? ¿Que tal la nueva escuela?- pregunté yo emocionada por saber que de nuevo pasaba en su vida. Wow en verdad extrañaba hablar con el.

-Pues la verdad me va muy bien, aunque me haces falta- Dijo con tono dulce.

-Aw tú también me haces falta niño- Dije mientras que alborotaba su cabello.

-¿Y qué hay de nuevo en tu vida señorita?- Preguntó mientras que caminábamos al otro lado de la cocina y poder platicar mejor.

-Pues conocí a alguien- Dije con una sonrisa un poco fingida en el rostro.

-No suenas muy feliz que digamos- Dijo él preocupado.

-Soy feliz, y mucho solo que estamos pasando por un momento difícil. Sabes... es una relación a distancia y esas cosas son difíciles.

-Te entiendo- dijo mientras que sobaba mi hombro- pero creo que deberían de hablarlo seriamente, por que sí las cosas siguen así podrías salir muy lastimada, te conozco.- dijo mentras que me veía con sus hermosos ojos color avellana.

-Pues sí creo que tienes razón- suspiré- voy a hablar con el.

El me abrazó y me dijo que todo iba a estar bien, que todo se puede solucionar si las cosas se hablan, así que le iba a hacer caso e iba a hablar con Andrew mañana, por el momento me iba a divertir y no iba a dejar que nada me pusiera triste esta noche. Los dos nos levantamos y fuimos con mis amigos a bailar, jugamos un poco beer pong y yo ya me empezaba a marear, sabía que tenía que parara èro no lo hice. La música era muy buena para bailar así que me baile toda la noche con Alex. La estaba pasando increíble, en verdad que el haberme encontrado con Alex había sido una maravilla.

Taylor nos iba llevar a casa, pero no la encontraba por ninguna parte y yo ya debía irme, tengo esa estricta regla de no pasarme de las 3:00 a.m y eran las 2:50, me urgía irme a mi casa. En eso llegó mi salvación, Alex.

-¿Necesitas que te lleve a casa?- Preguntó con las llaves de su auto en la mano.

-Eres mi heroe, gracias.- Dije mientras que los dos nos dirigimos a la salida.

El auto de Alex era precioso, era un Jeep negro, amo esos autos, son mis favoritos.

-Póngase el cinturón señorita, no quiero que me multen.-Yo reí y me puse el cinturón.

El camino a casa fue silencioso, pero no fue de esos silencios incómodos, pues ya había demasiada confianza. Por fin llegamos a mi casa y me acompañó hasta la puerta.

-Muchísimas gracias en verdad, ya te extrañaba, hay que ponernos de acuerdo para salir después.- dije con una sonrisa dibujada en el rostro.

-No hay de que sabes que siempre voy a estar aquí para ti.- Dijo y me abrazó.

Duramos unos segundos abrazados cuando me soltó nuestros ojos conectaron, wow en verdad que sus ojos eran bellísimos, las facciones de su rostro estaban perfectamente definidas. Sentí como su respiración estaba cada vez más cerca de mí, iba a besarme, sus labios estaban a pocos milímetros de los míos. me tomó de la cintura y me pegó contra la puerta de mi casa... nuestras narices chocaban, un movimiento más y nuestros labios estarían conectando, yo pasé mis manos por su tonificado torso, él era mas alto que yo así que tuve que pararme de puntitas...

-No puedo hacerlo, esto está mal, am a Andrew y jamás le pondría el cuerno. Lo siento- Me separé de él y entre a mi casa dejándolo atrás.

Subí a mi cuarto, y me tiré en la cama, chequé mi celular y como era de esperarse no tenía ni un solo mensaje de mi novio, había salido a una fiesta pero eso no le daba excusa de que n o me pudiera mandar mensaje. Se que yo también podría mandarle uno, pero ya estaba harta de que siempre fuera yo quien lo buscaba. 

A través de mi pantallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora