Parte 9. EL engaño

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La alarma no dejaba de sonar, cuando por fin pude apagarla me levanté y fui al baño a lavarme la cara, dios estaba súper hinchada. Me vi al espejo y apliqué un poco de crema para bajar la hinchazón. Regresé a mi cuarto y mi celular estaba sonando, era Tyler. Diablos, había olvidado que Tyler Dakota y yo íbamos a la cabaña de Dakota a unas horas de la ciudad para pasar el fin de semana alejadas de la sociedad. Su cabaña era hermosa, yo amaba ir cuando nos invitaba, cuando entras la sala principal es de piel blanca acompañada de una hermosa chimenea, toda la pared es de ladrillo, tiene unos ventanales hermosos y hay alfombra café en toda la sala. Del techo cuelgan unos candelabros de oro preciosos, la cocina está adornada con mármol gris, y todo es blanco. El comedor es amplio, tanto que caben hasta 12 personas, cuando subes las escaleras de madera hay 6 cuartos, el principal está al final del largo pasillo, cuando entras hay una cama king size con sábanas blancas y almohadas de plumas, todos los otros cuartos son parecidos. En el tercer piso tiene un jacuzzi enorme, como hay ventanas en vez de paredes puedes ver todo el bosque, y cuando es invierno se ve mejor.

Dakota y Tyler ya habían llegado y estaban afuera esperándome, bajé a la puerta principal con mi maleta y ahí estaba Eduardo, Eduardo era el esposo de mi mamá, cuando mi mamá se separó de mi papá yo tenía unos 3 años, dos años después conoció a Eduardo, desde ese entonces ha vivido con nosotros y cuando yo tenía 8 años tuvieron una hija, es mi media hermana pero la quiero con todo mi corazón y haría lo que fuera para mantenerla feliz y protegerla. Eduardo y yo nos llevábamos muy bien cuando yo era más pequeña, pero de repente las cosas cambiaron un día y desde ese entonces ya nada volvió a ser igual, había veces en las que nos peleábamos tan mal que mi mamá pensaba en separarse de él. Estaba abriendo la puerta para poder salir cuando...

-¿Y tú a dónde crees que vas?- Preguntó con un tono no muy amable.

-Ala cabaña de Dakota con Tyler. - Respondí un poco seca.

-¿Y a quien le pediste permiso?-

Okay en primera no tiene por qué hablarme así y en segunda ¿Quien se cree como para pensar que yo le iba a pedir permiso para salir?

-Le pedí permiso a mamá. - Dije y agarré mis cosas dirigiéndome a la puerta para salir, cuando ya estaba abriendo la puerta....

-Tu no vas a ir a ningún lado.- Cuando dijo eso yo me reí.

-Ah, ¿Y cómo por qué no?- Dije con tono sarcástico.

-Hay dos personas en esta casa a las que les debes de pedir permiso antes de salir.- Dijo esperando que le pidiera permiso, estaba loco sí creí que YO le iba a pedir permiso.

-Ja, si... no lo creo. Adiós.- Dije y salí de mi casa.

Podía sentir la furia apoderarse de su cuerpo, guardé mi maleta en el maletero de la camioneta de Dakota y me subí, en eso veo como Eduardo se dirigía hacia mi con cara de enojo, Dakota aceleró y eso hizo que Eduardo se quedara atrás sin poder detenerme.

-Diablos Steph, sí que estaba enojado ¿Qué fue lo que hiciste esta vez?- Preguntó Tyler riendo.

-Le molestó que solo le pidiera permiso a mi mamá para salir y no a él, vamos... como si yo fuera a pedirle permiso a esa persona, ni en un millón de años.

-Eres terrible.- Dijo Dakota riendo.

En el camino veníamos escuchando Imagine Dragons, perfecto para cualquier ocasión. Cuando llegamos dejamos el equipaje en la sala y fuimos a la cocina a prepararnos algo de comer, yo moría de hambre, nos hicimos unos sándwiches y subimos a escoger nuestros cuartos aunque al final las tres íbamos a terminar durmiendo en el mismo. Nos cambiamos y nos pusimos nuestros trajes de baño, tomamos unas fotos antes de entrar al jacuzzi, en el último piso hay un minibar en el que los padres de Dakota guardan todo el alcohol, había botellas de todo, y todo para nosotras tres, la íbamos a pasar muy bien. Dakota estaba usando un traje de baño de dos piezas azul marino que contrastaba perfecto con su piel clara y sus ojos verdes, Tyler llevaba también un traje de dos piezas rojo que quedaba muy bien con su piel morena, yo llevaba un bikini amarillo mostaza, todas nos veíamos espectaculares, nos sentíamos muy buen con nosotras mismas.

Estuvimos un rato platicando sobre todo en el jacuzzi, de pronto ya se había hecho de noche y ya teníamos hambre así que salimos del jacuzzi y fuimos a la cocina a prepararnos algo.

-De verdad necesitaba un fin de semana alejada de todo.- Dije soltando aire.

-Yo también.- Dijo Tyler.

Dakota encontró una lassagna en el refrigerador, así que la calentamos y la acompañamos con una copa de vino, bueno tal vez la botella entera. Ya estábamos un poco mareadas y empezábamos a reírnos de todo, en eso escuchamos como alguien tocaba la puerta, yo me quedé pensando en quien podía ser, Dakota y Tyler se me quedaron viendo mientras que sonreían.

-Oh no ¿Qué hicieron?- Ellas no me respondieron y corrieron a la puerta, yo las seguí.

Cuando abrieron la puerta era Dylan con un amigo y también estaba Andrew, ugh yo no lo quería ver en este momento, no ahora que estábamos peleados, lo único que quería era olvidarme de todo y poder disfrutar del fin de semana con mis amigas. Obviamente Tyler y Dakota no sabían de los problemas que Andrew y yo teníamos por el momento, sí no no lo hubieran invitado.

-¡Sorpresa!- Dijo Dylan mientas que pasaban y dejaban sus maletas en la sala.

Yo me quedé parada en medio de la sala sin decir nada, Andrew se empezó a acercar a mi con una sonrisa, yo no lo quería ver, en verdad estaba enojada con él.

-Hola hermosa- Dijo mientras que me abrazaba, pero yo no le devolví el abrazo.- ¿Qué pasa?- Preguntó.

-Tu sabes bien que es lo que pasa.- Dije, me volteé y me dirigí a la cocina.

-¿Qué pasa?- Dijeron Dakota y Tyler entrando a la cocina.

-Es Andrew, hemos estado peleando y la verdad no tengo ganas de verlo.- Dije bajando la mirada.

-Vamos amiga deberían de arreglar las cosas, son una pareja muy bonita y yo se que pueden salir de esta.- Dijo Tyler sobando mi hombro.

-Esta bien.- Dije exhalando.

En eso entró Andrew a la cocina.

-Vamos linda ¿No vas a decirme que te pasa?- Preguntó mientras que se acercaba a mi.

-Sabes bien que me pasa Andrew, sabes exactamente por qué estoy enojada.- Dije gritando, el no dijo nada, pues sabe que tengo razón.

-Perdón pe---

-No Andrew, no hay peros, estoy harta de siempre ser tu segunda opción, ya no aguanto, siempre te tardas años en contestar y cuando lo haces es para decirme que ya te vas a dormir.- Se sentía bien por fin decirle todo esto en la cara.

-Lo siento pero los finales en verdad me están matando y no es que quiera hablar contigo es que no tengo tiempo.- Dijo viéndome a los ojos.

-Nunca tienes tiempo para mi Andrew y nunca lo vas a tener.- Sentía como las lágrimas salían de mis ojos, odiaba cuando me veían llorar por que me sentía débil y odio sentirme débil.- Has cambiado Andrew, tu no eras así ¿Qué fue lo que te pasó?- Pregunte mientras que agarraba su rostro.

-Lo siento.- Dijo como si hubiera cometido un crimen y se estuviera disculpando por lo que acaba de hacer, pero lo conocía, no se estaba disculpando por esto, se estaba disculpando por algo que hizo y me preocupaba.

-¿Que sientes?- Las lágrimas empezaron a caer de sus ojos verdes.

-Tienes que saber que solo fue una vez.- dijo entrecortado. Yo quité mis manos de su cara y lo vi a los ojos.

-¿Que fue solo una vez Andrew?- Pregunté con un nudo en la garganta.

-Estaba muy tomado y se me salió de las manos, en verdad lo siento. 

A través de mi pantallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora