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Su intento de pasos rápidos detrás mío eran como alarmas que me decían que tenía que correr más rápido, si bien no era un largo trayecto de la entrada de la casa a mi habitación, se me había hecho eterno al tan solo pensar que él me seguía de una forma tan dolorosa que estaba segura una lagrima se volvía a deslizar por sus rojizas mejillas.
Eran como si tuviera pesas atada a mis pies, era difícil y doloroso el tan solo dar un paso más. Y aún así no me detenía.
Escapando, si, eso era lo que yo hacía, porque simplemente las palabras que había dicho no entraban en mi cabeza de la forma en la que todos lo veían, aquella forma tierna y pura llena de verdad y sentimientos ocultos no había sido precisamente lo que yo quería.
Aunque sabiendo perfectamente que ni siquiera yo sabía lo que quería a ciencia exacta, lo que él había dicho solo había logrado confundirme más, porque demonios, se sentía tan malditamente bien volver a repetir sus palabras una y otra vez en mi mente causándome un sentimiento tan contradictorio como lo es el querer, a si mismo, se sentía tan jodidamente mal que no pudiera hacer nada.
Según yo, sabía lo que quería, pero no lograba convencerme al 100%, después de todo ahora las cosas habían cambiado con una simple confesión que por más simple que fuera había logrado darme un giro de 360° en un mísero segundo.
Lo que siempre pensaba era que no podría aferrarme a algo que luego no estaría más a mi lado por temor a perderlo.
Lo que siempre sentía era que quería estar entre los brazos de Park JiMin diciéndole una y otra vez pirotos cariñosos y subidos de tono.
Pero eso no cabía en mi vida.
O al menos no en la vida tranquila que me había planeado desde...¡Desde aquello!, joder 5 años, 5 años repitiéndome lo mismo, 5 años para que todo cambiara en un segundo.
Mi cabeza estaba a punto de explotar.
Y creí haber estado a salvo cuando puse un pie en mi desordenado cuarto, pero al ser ligeramente empujada -provocando que yo casi cayera directamente al piso- por la misma persona que ahora rodeaba mi cintura firmemente para evitar mi absurda caída, intenté no reír por lo estupidos que eran mis pensamientos, si él se encontraba aquí lo único que estaba tranquilo iba a ser mi corazó, algo muy malo cabe recalcar. Al ver que ya no habían indicios que me caería me soltó lentamente y solo al segundo de hacerlo cerró la puerta, con llave.
ㅡJiMin, sal de mi cuarto ㅡordené en un tono para nada agradable mientras me alejaba lo que más podía del frustrado pelinegro.
ㅡNo ㅡcontestó en un tono semejante a retador mientras intentaba borrar cualquier rastro de lagrimas en sus mejillas.
Yo solo lloré internamente mientras lo veía.
ㅡPor favor... ㅡpedí en un susurro apagadi.
ㅡNo Min ㅡrespondió seguro mientras se acercaba a lentos pasos hacia mí, yo no me moví.
