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Park Jimin estaba en este momento en su habitación escuchando música mientras jugaba con sus regordetes dedos a formar figuritas abstractas, tenía un platito lleno de galletas que tocaba cada que terminaba una de las deliciosas masas dulces y mantenía una radiante sonrisa con sus hermosos labios cada que sentía el sabor del chocolate mezclarse con la vainilla.
Aquello era lo único que quería creer mientras corría sin detenerme hasta la parada de autobuses.
El frío hacía que mis desnudos brazos temblaran. Sinceramente no me importaba el hecho de seguir en pijama y no haberme aseado, en este momento lo único que me importaba era llegar a la casa del pelinegro y asegurarme que estaba en su cama esperando a decirme "Sorpresa, te la creíste", y estaba casi segura que le tiraría un puñetazo antes de abalanzarme a él y abrazarlo con tanta fuerza que no podría respirar por un minuto entero. Luego lo miraría y me daría cuenta de lo que estaba haciendo. Tal vez me arrepentiría, pero no más si todo era lo contrario a lo que quería que sucediera.
Mis piernas se estaban cansando, pero mi motivación no, mis pulmones exigían más aire y yo exigía ver a Park JiMin.
Cuando llegué a la parada de buses habían dos personas más que bajaron la mirada al darse cuenta en las prendas que me encontraba, mis pantalones grises de algodón que se podrían confundir con uno de entrenamiento tapaban toda la zona de mi cintura para abajo, pero no podría decir lo mismo del polo de tirantes negro que me quedaba demasiado grande, y por si se lo preguntan, si, no llevo sujetador.
El autobús llega y pago rápidamente para sentarme en uno de los primeros asientos vacíos, la mitad del bus está lleno, y aquella mitad me mira con reproche, lo único que yo hago es mover mi pie en un forma de demostrar mi desesperación.
Pasan 13 minutos y me encuentro en la avenida que queda cerca de la casa de los Park, el autobus se demora mucho en avanzar y yo ya no puedo esperar más.
ㅡMe bajo aquí ㅡinformo al conductor haciendo que se detenga en la esquina y sin decir gracias me bajo del autobús para empezar a correr, sé que todos me miran como si fuera una loca por la calle, Jungkook tal vez se reiría de mí. Pero lo único que pasa por mi mente es la bella sonrisa de Park.
Joder, espero que no haya hecho una estupidez.
5 minutos me bastaron para llegar a la entrada de los Park e inmediatamente intente regularizar mi agitada respiración.
Era ahora o nunca.
Mientras camino hacia la puerta recuerdo lo que me dijo mi madre y MinHa cuando se lograron tranquilizar.
ㅡHace un mes consiguió una beca para practicar atletismo como profesional ㅡrespondió MinHa entre moqueos.
ㅡEl vuelo se retrazo y por eso llegamos más tarde ㅡinformó mi madre dando leves palmaditas a la espalda de mi hermana.